Perú: vizcarrazo a 27 años del fujimorazo

01/10/2019
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El 5 de abril de 1992, el entonces Presidente Alberto Fujimori, el “apoteósico”  chinito, disolvió el desprestigiado Congreso de la República del Perú de aquel entonces, bajo el argumento de democratizar el Perú y luchar contra la corrupción.

 

El 29 de septiembre del presente año, 27 años después del fujimorazo, el Presidente Martín Vizcarra disuelve el desprestigiado Congreso de la República peruana, con igual o mayor apoyo popular, bajo la misma promesa: democratizar el Perú.

 

¿Qué cambió en el Perú a 27 años del fujimorazo?

 

Alberto Fujimori, aprovechando el sentimiento providencialista de los sectores peruanos que veían en Él a su mesías esperado, luego de disolver el Congreso, mandó a redactar y promulgó la actual Constitución Política del Estado (1993) que sirvió y sirve como un estatuto para la implantación del sistema neoliberal en el país andino, sin mayor resistencia popular.

 

A casi tres décadas de la vigencia de dicha Constitución, se privatizó prácticamente todo el Perú, y la corrupción se convirtió en la normal central para la administración pública. Al grado que todos los ex presidentes del Perú neoliberal, contando desde Fujimori, o se encuentran encarcelados y/o procesados judicialmente por delitos de corrupción. García prefirió el suicidio antes que la cárcel.

 

27 años después, la promesa de la democracia (como sinónimo de derechos) jamás llegó para las grandes mayorías demográficas del Perú. En varias regiones del país, hay igual o mayor cantidad de hogares en situación de pobreza y de desnutrición que hace 27 años atrás. Casi todo el territorio del Perú fue concesionado a las empresas transnacionales para su explotación/saqueo. El Perú carga y cargará con niños de plomo, ríos, lagos y suelos muertos.

 

En 27 años de neoliberalismo el Estado peruano prácticamente fue convertido en una gendarmería privada que escolta a los agentes de las empresas transnacionales en sus incursiones inconsultas para saquear los territorios indígenas y campesinos del país.

 

El Producto Interno Bruto (PIB) creció en el Perú en estas tres décadas, pero el Estado apenas participa de ese PIB quizás en el 7% del total. La riqueza es de las empresas, la pobreza de los peruanos. Una dolorosa realidad.

 

Casi tres décadas después, la “peruanidad”, nuevamente eufórica aplaude y se contenta con otro circo político de mal gusto: el vizcarrazo. Sin cuestionar al sistema neoliberal, mucho menos atreverse a plantear colectivamente una propuesta post neoliberal, y post Estado criollo corrupto y fracasado.

 

Y así, el Perú, nuevamente, como en el mito de Sísifo, décadas después de haber celebrado con jolgorio el vizcarrazo tendrá que pujar cuesta arriba cargando consigo las nefastas consecuencias del sistema neoliberal y del fallido bicentenario Estado criollo.

 

Los pueblos y sectores del Perú, nuevamente están en una histórica oportunidad para hacer una inflexión determinante,  y atreverse a pensar y construir el Perú de todas las nacionalidades mediante un proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional para diseñar y construir el Estado Plurinacional de todas las sangres (como diría Arguedas).

 

La gangrena que padece el corrupto Estado criollo peruano es demasiado avanzada como para intentar remediar con tradicionales procesos electorales, o reformas institucionales superficiales. El país necesita un conceso político ampliado y plurinacional materializado en una Constitución Política Plurinacional. 

 

 Ollantay Itzamná

Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/202426?language=en
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