¿Echarán a la cárcel a Uribe?

27/09/2019
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
uribe_euforico.jpg
-A +A

Ahora que se acerca el tan esperado 8 de octubre de 2019, en donde Álvaro Uribe Vélez –ex-presidente y hoy senador de la república– deberá comparecer ante la Corte Suprema de Justicia en calidad de investigado y acusado de manipulación de testigos, crecen las expectativas, pronósticos y apuestas sobre si será llamado a juicio y/o encarcelado.

 

Ha circulado profusamente por las redes un artículo publicado en Las2Orillas por Álvaro Leyva Durán titulado “Terco Uribe. Como una mula”, en donde con la frase “somos briznas de hierba”, da a entender que por el hecho de que la Justicia Especial de Paz (JEP) se ha fortalecido y está operando, la Ley “va a tocar y a zarandear” a Uribe.

 

Cuanto quisiéramos que a Uribe le echaran mano ahora mismo pero, no soy tan optimista. Apoyamos, por supuesto, todos los esfuerzos que han hecho instituciones y personas para conseguir que los órganos de justicia lo investiguen y lo juzguen. Como lo ha hecho Iván Cepeda, quien ha entregado parte de su vida en tan valiente acción que merece todos los aplausos.

 

Repito, no soy optimista. La condición sine qua non para que a Uribe lo investiguen, condenen y encarcelen, es que sea derrotado políticamente y que su poder (legal e ilegal) sea desmantelado. Sin que se cumpla esa condición será imposible que este personaje pague por sus crímenes.

 

Uribe sabe mucho. Tiene secretos y pruebas que comprometen a gente poderosa tanto de Colombia como del exterior. Y además, es una ficha y agente de inmensos poderes geopolíticos de Washington, Miami, Madrid, etc., que tendrían que ser debilitados para poder actuar contra él.

 

Además, la oligarquía colombiana es muy indolente y cobarde. Se requiere de un verdadero movimiento popular para empujarla y obligarla a respetar los “mínimos democráticos de legalidad”. Y, por otro lado, los agentes menores que podrían ser testigos contra Uribe, o son delincuentes o tienen miedo de que los maten a ellos o a sus familias.

 

Y el caso no es similar al de Fujimori en Perú como sugieren algunos analistas. Allá el “chinito” se le rebeló a los gringos y a la oligarquía, y por eso, las está pagando caro. Aquí no.

 

Para entender este asunto hay que enmarcarlo en la geopolítica global. Todos los poderes necesitan un enemigo externo para apuntalar su poder interno. Los poderosos de EE.UU. necesitan generar conflictos manejables (Irán, Venezuela, Siria, Corea del Norte) para engañar al pueblo estadounidense con la amenaza de Rusia y China. E igual, los poderosos de China y Rusia, requieren de lo mismo. Es posible que –de alguna manera– estén hasta de acuerdo.

 

Y en Colombia, la oligarquía necesita que las Farc y el Eln sigan activas para meter miedo con el tema de que son aliados de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Y, en medio de la distracción, siguen haciendo sus negocios a la sombra de tensionar a la gente con la “política” y esos cuentos chinos.

 

Actualmente, les va muy bien a los empresarios. Hacen grandes inversiones en la Orinoquía y Amazonía y su poder se ensancha y fortalece. No obstante, si la OCDE, FMI, BM, evaluaran seriamente la economía colombiana (como lo hacen con Venezuela y otros países) ya habrían creado un gran escándalo porque todos los indicadores de la economía colombiana son negativos.

 

La balanza de pagos (exportaciones/importaciones), el déficit fiscal (deuda pública/ingresos fiscales del Estado), la devaluación del peso, el empleo, etc., todo es negativo. Pero, eso no se siente porque ningún organismo multilateral tiene en cuenta los dineros que irrigan el narcotráfico y la minería ilegal hacia la economía legal. Toda Colombia es una “lavandería”.

 

De tal manera, que para los poderosos todo está más o menos bien. Y, además, tienen a los Fajardos y los Robledos para mantener divididos a los demócratas y a las izquierdas, y cuentan con sus grupos delincuenciales (Rastrojos, Pelusos, “Gaitanistas”, etc.) que cuando ellos quieren, los utilizan para sus tareas “políticas”, caso de Guaidó.

 

Por todo lo anterior, pienso que la situación de ellos (Uribe, oligarcas, mafiosos, etc.) no es desesperada. Y cuando algo los “acosa”, queman un “fusible” o le echan carroña a las fieras, como ocurrió con “Uribito” o puede pasar con el exfiscal Martínez Neira.

 

Empero, hay que seguir en la lucha. No pretendo desanimar a nadie.

 

Popayán, 27 de septiembre de 2019

 

E-mail: ferdorado@gmail.com / Blog: http://cort.as/-RiGe

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/202369?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS