De Almagro a María Fernanda, imperio bipolar, golpismo en descomposición

26/06/2019
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Dos hechos producidos en los últimos días han causado gran conmoción. Por un lado, unas contradictorias declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y por el otro un gesto que selló el suicidio político de una dirigente liberal que hasta hace unos días muchos calificaban de "presidenciable". Ambos hechos ilustran la descomposición del golpismo y la bipolaridad de la política estadounidense hacia la región. Vayamos por partes:

 

El secretario general de la OEA Luis Almagro es un empleado de los Estados Unidos. Algunos quieren ver tras su comportamiento a veces errático el afán oportunista de reelegirse en su cargo, pero en realidad su accionar más bien refleja las contradicciones de la política imperial hacia América Latina: La contradicción entre el deseo (imponer y mantener el viejo proyecto de "Latinoamérica para los norteamericanos") y la realidad marcada por: A) La existencia y resistencia de fuertes gobiernos populares y antiimperialistas en la región y B) el hecho de que están perdiendo su antiguo papel en el mundo, especialmente gracias a la emergencia de China en la arena mundial.

 

Ayer, Almagro dejó caer un aparente balde de agua fría sobre la oposición nicaragüense, al reconocer que el Presidente Daniel Ortega sí ha cumplido con sus compromisos y que aquí hay un gobierno que lidera el país. En una entrevista con el diario El Colombiano desde Medellín dijo que no se puede comparar a Nicaragua con Venezuela: “No hay una comparación directa entre Nicaragua y Venezuela. Ortega no es Maduro. La reciente liberación de prácticamente la totalidad de los presos políticos en Nicaragua demuestra niveles de compromiso del sandinismo para lograr una solución negociada”, manifestó en alusión a la amnistía a los golpistas aprobada por la Asamblea Nacional. Agregó que si bien "falta mucho aun por hacer", admite que en las negociaciones con el sandinismo si ha habido resultados.

 

Más allá de la soberbia imperial con la que Almagro reparte estrellitas de calidad democrática (de dudosa calidad, viniendo de él) entre "Maduro" y "Ortega", lo cierto es que el secretario general admite que la salida insurreccional promovida por el "golpe suave" contra el pueblo de Nicaragua fue un despropósito monumental. No tenía asidero en la realidad de una Centroamérica cada vez más interconectada por el propio neoliberalismo. Con sus declaraciones, Almagro descalifica totalmente a los golpistas de casa, que acusaron el golpe y hoy se quejan a coro desde sus páginas editoriales y sus programas de opinión. La verdad es que los Estados Unidos no saben muy bien qué hacer, ni con Nicaragua ni con Centroamérica.

 

En Honduras tienen un proceso insurreccional en marcha que están tratando de controlar por las malas (marines, represión, escuadrones de la muerte...) y por las buenas (negociaciones, salida de su embajadora en Tegucigalpa...). Podrían incluso llegar a ofrecerle el poder a José Manuel Zelaya pero dejándolo con las manos bien atadas y con la base de Palmerola firme en su lugar por los siglos de los siglos con tal de mantener el status quo histórico en el país. Le temen a cualquier cosa que se vea como una guerra fuera de control porque de ser así, ante la perspectiva de otra ola de emigración masiva desde Centroamérica, Trump entraría en curso de colisión con sus propios votantes de los que depende con un año electoral a la vista. El peligro de que se desaten olas migratorias es válido para una eventual desestabilización de Nicaragua y de cualquiera de los otros países de una región en la que las contradicciones de todo tipo no hacen más que crecer y acumularse.

 

En Nicaragua, con la OEA los Estados Unidos apoyan la vía política pero al mismo tiempo mantienen las amenazas por medio de la "Nica Act", que en realidad se les ha convertido en un boomerang porque es rechazada de plano por la inmensa mayoría de la población, además de no contar con apoyo internacional. Tratan de controlar a Miami y a todos los sectores que financiaron el "golpe suave" pero al mismo tiempo los mantienen como elemento de "presión". Mientras tanto, a lo interno, no existe un liderazgo político de derecha con el valor y la visión de enfrentarse al golpismo siguiendo la vía política de disputar el poder en unas elecciones que saben van a perder y poco a poco cada una de sus figuras va gravitando hacia el profundo agujero negro del desprecio popular al reivindicar los tranques y la violencia golpista... lo que nos lleva al segundo acontecimiento del día de ayer: la sesión de la Asamblea Nacional.

 

La dignidad de Porras y la huida de María Fernanda

 

Ayer, la Asamblea Nacional sesionó para introducir reformas a la Ley Orgánica del Legislativo. El Presidente del parlamento, Gustavo Porras, reaccionó ante la sanción del gobierno de Estados Unidos contra destacados dirigentes del gobierno y del FSLN, incluido él, asegurando que lo tomaba como una condecoración.

 

“Para mí es un reconocimiento, para mí es una condecoración que el imperio asesino hable de lo que él le llama sanción, esa es la condecoración a los nicaragüenses dignos y para mí es un orgullo pertenecer a ese colectivo de nicaragüenses del cual al frente a estado el General Augusto C. Sandino, también todos nuestros héroes y mártires, y también está al frente nuestro Comandante Daniel (Ortega) y la compañera Rosario (Murillo)”, expresó.

 

“Imagínense la fuerza de Sandino eran 30 con él y ahora ya no somos 30; ya no somos 3 mil; ya no somos 30 mil; ya no somos 300 mil, somos mucho más de 3 millones de nicaragüenses los que vamos siguiendo ese paso. Adelante compañeros que esa es la lucha por la patria digna, adelante”, manifestó en un discurso ante el pleno del legislativo.

 

Ante estas firmes declaraciones no pudo faltar la diputada María Fernanda Flores de Alemán, esposa del tristemente célebre expresidente Arnoldo Alemán y considerada "presidenciable" por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que hizo uso de la palabra pidiendo la renuncia de Porras por las represalias de las que fue objeto por el gobierno yanqui.

 

Para los lectores no familiarizados con la historia reciente de Nicaragua, debemos decir que si la expresidenta Violeta Chamorro es vista como la más incompetente, y don Enrique Bolaños es visto como el más impopular, Arnoldo Alemán con su administración familiar del Gobierno es visto como el más ladrón, con todo un historial que incluye desde asignaciones de los fondos del seguro social a su mujer y demás familiares, puestos fantasmas en el Estado, investigaciones por lavado de activos en Panamá y Estados Unidos, introducción al país y usufructo ilegal de un jet del narcotráfico, en fin, todo un rosario de casos conocidos del público nicaragüenses.

 

Además hay que agregar que María Fernanda, la semana pasada en la convención nacional de su partido, selló su destino político con el golpismo afirmando que ella también estuvo en los tranques de la muerte que son ampliamente repudiados por la población, con lo que para siempre empeñó sus perspectivas de algún día amasar algún tipo de mayoría política.

 

La diputada sandinista y primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Maritza Espinales , calificó de triste y lamentable que quien pidiera la renuncia del presidente del legislativo, Gustavo Porras, “sea la licenciada María Fernanda Flores, la primera sancionada hace 18 años por el imperio, le retiraron su visa por corrupción”.

 

Espinales continuó respondiendo a la bancada del PLC diciendo que Flores de Alemán “tiene una investigación en el Departamento de Estado (de Estados Unidos) por lavado de dinero por la cantidad de 2.8 millones de dólares”, acusándola de “darse lujos con dinero del erario público”, señalando al gobierno de Arnoldo Alemán de haber retrocedido socialmente a los nicaragüenses.

 

Espinales dijo que el sandinismo restituyó los derechos sociales de los nicaragüenses con salud y educación gratuita, cerrando filas con el diputado Gustavo Porras a quien llamó “un hombre digno”, llamando “lacayos y serviles” a aquellos nicaragüenses que van a Washington a pedir sanciones contra otros nicaragüenses.

 

Ante esta crítica, la respuesta de la esposa de Arnoldo Alemán fue hacer un gesto que no se puede interpretar de otra manera que como una amenaza de muerte a la parlamentaria sandinista para luego retirarse de la Asamblea.

 

La actitud de María Fernanda Flores de Alemán es una prueba de que el único proyecto de ella y políticos de su calaña es robar. No tienen valor para parársele a los golpistas y proponer otra cosa. Lo único que pueden hacer es meterse aún más profundo en el hoyo del desprecio popular con su apoyo al golpismo y a las agresiones de Estados Unidos contra Nicaragua. Y lo más trágico para ella y los de su casta, es que lo hacen en el preciso instante en que "empleados de mayor rango" en la OEA les cambian la seña.

 

Así están las cosas entre el imperio y los golpistas. Mientras tanto, en la Nicaragua real, el Frente Sandinista y el pueblo se preparan para celebrar el aniversario 40 de una revolución que llegó un 19 de julio de 1979 para quedarse.

 

https://managuaconamor.blogspot.com/2019/06/de-almagro-maria-fernanda-imperio.html

 

https://www.alainet.org/es/articulo/200660?language=en
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