Enseñar y aprender

Todo supone un enseñar y aprender permanente: los seres humanos se desenvuelven o toman acciones que siempre son enseñables y aprendibles. Tratándose de un contexto de educación superior, los dos componentes que corresponden a la didáctica se constituyen en componentes esenciales para la formación de profesionales en devenir. Es imposible concebir uno sin el otro. La mirada convencional del docente universitario supone que el participante no efectiviza el aprendizaje cuando la enseñanza no incorpora la motivación, sin embargo, la mirada del aprendiz siempre estará enfocado en lo interesante. De ahí que se tenga a la mano, se aprende lo que es relevante para el discente. Aquí salta a la vista el asunto de la motivación, la motivación de los estímulos externos que compete al docente trabajar en situaciones adecuadas y, la motivación intrínseca, la predisposición interna en el estudiante por realizar cierta actividad con cierta intencionalidad, para el docente es el logro y los resultados esperados y para el estudiante es el desarrollo de capacidades.

Es preciso hacer cita de los momentos de la experiencia universitaria que dan lugar al acontecimiento de la enseñanza sin aprendizaje:

Uno: La inseguridad del docente. Un docente inseguro no genera confianza y esto no posibilita el aprendizaje. Es preciso un docente seguro y sea consciente conocedor del saber y su trabajo didáctico.

Dos: La motivación externa es esencial para suscitar el aprendizaje, el despertar el interés comporta un despliegue de doble partida, la motivación del docente al momento de enseñar y el interés del que aprende al momento de asimilar saberes, actitudes, etc.

Tres: La relevancia de la materia cultural también es esencial para suscitar el interés de los sujetos educativos. El contenido debe comportar sentido tanto para el enseñante y el aprendiz en aulas universitarias. Porque únicamente por esa vía estaremos frente al acontecimiento real del aprendizaje ¿Quiénes están convocados realmente a enseñar y aprender? El docente aprende de los participantes y estos enseñan al docente, el docente enseña y los estudiantes aprenden del docente.

Cuatro: Los materiales y las metodologías docentes también adquieren significación al momento de enseñar-aprender. Los materiales en educación superior son diversos, entre convencionales y tecnológicas. Las metodologías que facilitan el aprendizaje son las participativas, individualizadas y colectivas, como ser: exposiciones, debates, foros, mesa redonda y otros.

Algo esencial para el docente

La didáctica hace a la figura del docente y consecuencia del trabajo educativo son los que reciben formación. Los profesionales de las diferentes universidades son el resultados de lo que hicieron con ellos. En otras palabras, la formación y el tipo de profesional es gracias a la didáctica practicada por los docentes universitarios y no tanto así de los contenidos, porque los contenidos pueden ser tomados y aprendidos de diferentes fuentes y porque estamos en una sociedad de la información y la información está a la mano, es fácil de otear. Ahí radica la importancia de la didáctica para el docente, el cómo de la metodología de la enseñanza a ser trabajada un determinado saber o conocimiento para posibilitar conductas y saberes. Todo el despliegue procedimental nos remite a interiorizar la siguiente comprensión: Didáctica efectiviza la realización del proceso de enseñanza-aprendizaje en el que intervienen de manera comprometida por la relación de responsabilidad recíproca los Educandos y el Maestro con respecto al sujeto de la naturaleza.