Maracaibo, en el centro de la candela geopolítica

08/05/2019
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El estado Zulia venezolano, y en particular Maracaibo, su capital, soportan en estos días una campaña persistente que lo colocan en el centro del debate político. “Maracaibo simboliza la crisis que se vive en Venezuela”, dice un corresponsal de BBC, rozando apenas la epidermis y sin entrar en explicaciones, ni mucho detenerse en profundidades.

 

El epicentro del ataque es el Zulia, por razones geográficas y políticas. La afirmación la hace Juan Romero, historiador y diputado zuliano, quien para ubicar el valor geoestratégico de la región toma en cuenta una serie de características: sus accesos fluviales, por la cuenca binacional del río Catatumbo o el Golfo de Venezuela; los recursos minerales, empezando por el petróleo, pero también hay otros muy codiciados como el coltán y el toriun, en la Sierra de Perijá, en territorio limítrofe con Colombia. A lo anterior, Romero añade el ingreso, desde Colombia, de paramilitares desde hace años, lo cual facilita que se generen acciones violentas y asesinatos selectivos de líderes sociales y políticos, tal como sucedió hace poco con un dirigente del PSUV, del municipio fronterizo Francisco Javier Pulgar.

 

Luis Prieto, historiador, resalta el interés de Estados Unidos en la balcanización de Venezuela, y el riesgo que eso significa para la región zuliana y el occidente del país. Explica que la intención de la separación de esta parte de Venezuela está latente, porque permitiría crear otro país con dos refinerías –Amuay y Cardón-, una industria petroquímica –“Ana María Campos”-, una infraestructura petrolera, una reserva de petróleo liviano, más rentable que la faja petrolera. Esta reserva, dice Prieto, anda por los 13 mil millones de barriles de petróleo liviano, en el Lago de Maracaibo, que explotados a razón de 700 mil barriles por día habría allí petróleo para 70 años. Esto, cuantitativamente, es más petróleo que toda la reserva de Colombia, Ecuador, Perú y Argentina.

 

Todavía hay otras razones que les lleva a la tentación secesionista. De este lado occidental están por certificarse en el Golfo de Venezuela millones de barriles de petróleo; se puede controlar la vía más rápida y expedita para sacar la cocaína y otras drogas desde Colombia, meta del narcotráfico; y está la reserva de carbón (648 mil toneladas métricas) más grande de América.

 

Una guerra multidimensional

 

Para explicar el momento complejo que vive la República Bolivariana de Venezuela, Pascualino Angiolillo Fernández, secretario del Consejo de Defensa de la Nación, dice que contra este país se aplica una guerra multidimensional, que es el resultado de un resumen o compendio de enfoques y teorías sobre cómo intentar dominar a un adversario político.

 

Entre estas teorías, Angiolillo incluye la del caos, que expone como a través de medios y personajes públicos se pueden crear circunstancias que perturben la vida ciudadana, para justificar una acción bélica frontal. Incluye la teoría sobre “guerras híbridas”, en la que no se respetan reglas, ni parámetros.

 

La fuente militar añade otras teorías en desarrollo en esta coyuntura, la del Estado fallido, de Gene Sharp, donde las instituciones del país objetivo son desprestigiadas y se trabaja para que haya una explosión social; la teoría de la inteligencia estratégica, atribuida a Sherman Kent y Robert Kohane, que se apoya en la política exterior de Estados Unidos; y la teoría del derecho a proteger, que convierte la denuncia a violaciones de derechos humanos en su caballito de batalla, para justificar cualquier acción bélica, con la excusa de ayuda alimentaria.

 

Para Juan Romero, la guerra multidimensional pasó de lo económico, con un impacto inmenso, que supera los 132 mil millones de dólares, a una guerra diplomática que se pasea por la lógica de crímenes de agresión contra Venezuela.

 

El impacto de las sanciones y el bloqueo económico

 

En Venezuela se aplican manuales para derrocar a gobiernos y se ensaya una guerra no convencional. Eso se ha materializado en una espiral de medidas agresivas unilaterales y en un boicot declarado contra el país. El gobierno de Trump dice que ataca a los funcionarios, pero en los hechos se golpea a la población, al impedir la compra de alimentos, medicinas e insumos. El boicot también se materializa en el deterioro de servicios públicos esenciales, como electricidad, agua y gas, por las dificultades para acceder a repuestos y al financiamiento.

 

La economista Pascualina Curcio refiere que la administración Trump y el gobierno de Estados Unidos presionan a empresas transnacionales para que generen escasez de bienes esenciales, bloquean transacciones financieras, confiscaron la petrolera Citgo, el oro depositado en un banco en Inglaterra y en Euroclear y hacen una declarada guerra diplomática, con la finalidad de derrocar al gobierno del Presidente Maduro.

 

Estas medidas buscan un efecto demoledor contra el gobierno del Presidente Maduro, desestabilizar al país y crear caos en la vida diaria. Pone como ejemplo el congelamiento de activos venezolanos en Estados Unidos, que pertenecen a Citgo. Esta petrolera venezolana tiene tres refinerías en Estados Unidos, una red de oleoductos y más de cinco mil gasolineras en la costa este estadounidense.

 

Franco Vielma, del portal Misión Verdad, resalta como la administración Trump ha actuado con una consistente agresividad, en la política de sanciones y bloqueo aplicado de manera sistemática. “Estas acciones no deben entenderse como una situación aislada del conjunto de presiones diplomáticas, políticas, comunicacionales y militares de Washington”.

 

Analiza que el redoblamiento de la asfixia económica en lo que va de 2019 es el resultado del desgaste las acciones de boicot económico interno, que ha sufrido el país en los últimos años, sin que se produjera el resultado esperado, la salida del presidente Nicolás Maduro. “A la ‘tormenta perfecta’ de la economía venezolana se le suman fenómenos exógenos, como el pronunciado ciclo de precios bajos del petróleo que afectan a la economía venezolana. El Estado mediante sus exportaciones petroleras es el que ingresa más del 90 por ciento de las divisas extranjeras a la economía venezolana, en una economía sostenida mediante importaciones de bienes, equipos e insumos para la producción de alimentos y medicinas”.

 

Vielma enumera una serie de actos de bloqueo y sanciones contra la economía venezolana: sanciones directas contra los bonos emitidos por el Banco Central de Venezuela y PDVSA, para inhabilitar las capacidades de financiamiento del país y tratar de impedir el refinanciamiento de la deuda; ordenaron a Citgo, filial de PDVSA, no enviar los dividendos a su casa matriz; y el Departamento del Tesoro inició la aplicación de medidas contra fondos y cuentas venezolanas en el exterior; en enero retuvieron 1300 millones de euros, en activos en oro, por parte del Banco de Inglaterra.

 

El Presidente Maduro denunció que Euroclear tiene secuestrados 1400 millones de dólares de dinero venezolano, destinados a traer medicinas contra la diabetes y el cáncer.

 

Las verdades de fondo

 

Ramiro González, propietario de uno los puestos de verduras en el mercado municipal de Maracaibo, se queja a viva voz de la falta de electricidad porque lo deja sin punto de venta. “El gobierno de Maduro es una calamidad”, vocifera.

 

Uno de sus clientes, Eduardo Primera, intenta hacerle ver que el problema no es solo Maduro. “Recuerda que los gringos nos matan con sus sanciones y su bloqueo”.

 

Otra compradora, Elena Martínez, también se mete en la conversación y dice: “Trump y su pandilla le quieren poner la mano a PDVSA y a los recursos del país”.

 

El debate gana terreno. A pesar de la campaña de medios y redes que buscan responsabilizar con exclusividad al gobierno bolivariano de la crisis actual, muchos van entendiendo lo que sucede y se atreven a buscar otras explicaciones.

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/199725?language=es

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