Educación popular y resistencias

Estudio y debate sobre los movimientos sociales (II)

22/02/2019
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Segunda parte

 

Comenzamos el debate sobre algo que nos inquieta -inquietud que se expresa en términos teóricos, pero que se enuncia sobre todo en sentidos prácticos y políticos-: ¿Por dónde pasa el conflicto social y las reinvenciones de los movimientos sociales-populares en este presente político de América Latina?i

 

Sin la intención de agotar un tema que especialistas seguro ya habrán sistematizado unas cuantas veces, aventuramos algunas reflexiones al respecto.

 

En primer lugar, habría que decir que la cuestión del fin de la política o la ´desaparición´ de las clases trabajadoras como sujeto histórico en las ciencias sociales y cierta perspectiva teórica de los años ´80ii, estuvo ligada al auge del análisis de los “nuevos movimientos sociales” como “protagonistas privilegiados” de la protesta social contra el neoliberalismo. En cierta medida la clave de lectura social de estos fenómenos buscaba escapar al determinismo economicista típico de años anteriores y no pocas veces derivó (y deriva aun) en la idealización de la espontaneidad en la organización de la sociedad civil.

 

La resistencia social se organiza

 

Lo segundo que podemos resaltar, si pensamos en los movimientos sociales latinoamericanos, es que existe hoy -en pleno 2019, atravesados por todas las formas de explotación posibles- la necesidad de avanzar por sobre la textualidad dicotómica que contrapone la perspectiva de la constitución subjetiva de los movimientos sociales, frente a la miradas que enfatizan los condicionamientos económico/estructuralesiii; es decir: ni todo es el sujeto/sujeta que hace y deshace per se, como tampoco lo es todo la estructura y cierto mandato esencialista o fatalista que nos condena a estar oprimidos o “hacer la revolución”. El análisis de los movimientos sociales en Nuestra America, debe implicar una doble ruptura epistemológica y política en relación a las escuelas de pensamiento tradicionales.

 

En tal sentido es que pensamos que la noción de movimientos sociales, como sujetos educativos-políticos y espacios de construcción de “epistemes (que producen saberes alternativos y proyectos políticos contrahegemónicos)iv, puede ser una característica definitoria de los movimientos sociales y populares latinoamericanos en la actualidad. Las organizaciones de base en resistencia, se hacen en la ocupación del conflicto territorial concreto y en la resignificación de la problemática de la explotación como clases sociales oprimidas en el actual sistema capitalista neoliberal.

 

Veámoslo con más claridad.

 

Movimientos sociales y proyectos educativos

 

El proceso de resistencia social y política latinoamericana (siguiendo a Lía Pinheiro Barbosa) que proponen, por ejemplo, los pueblos campesinos, indígenas, afrodescendientes, como aquellos desplazados y empobrecidos en las grandes ciudades, constituye el reverso de las secuelas que ha dejado la colonización iberoamericana, como así también la agudización de las contradicciones y antagonismos sociales actuales. En esa dirección, al re-pensar America Latina, los sujetxs sociales organizados en movimientos populares representan la emergencia de un gran puñado de rebeldías. Rebeldías que se expresan en otras semánticas y dispositivos de lucha ideológica, a tal punto que sus prácticas logran desafiar la unilateralidad hegemónica de la colonialidad, al tiempo que exponen la continuidad histórica de una “profunda contradicción estructural subyacente al y propia del capitalv. Es decir que en nuestros sures, los movimientos en lucha no solo desafían al capitalismo, sus gobernantes y poderes facticos, sino que también ponen en tela de juicio opresiones más lejanas. Ahí están el movimiento campesino, indígena, feminista y tantos otros.

 

Las demandas articuladas que encarnan esos pueblos organizados en movimientos sociales expresan la centralidad de las clases sociales en contextos de dependencia. Es decir que, tanto las formas de resistencia como las alternativas pedagógico-políticas que los movimientos sociales desarrollan en America Latina, resultan una forma de impugnación al modelo económico-político del capitalismo al tiempo que elaboran una critica del tipo de relaciones ideológicas que atraviesan, de múltiples maneras, las modalidades de conciencia y voluntad de los sujetos. Dicho en los términos de Barbosa: “denuncian de par a par las múltiples formas de sojuzgar propias de un modelo político-económico que edificó su dominación mas allá del campo económico, haciendo raíces profundamente arraigadas a esquemas simbólicos-ideológicos que dan sostenimiento a la dominación vivida en nuestros días”vi.

 

En otras palabras decimos: solo la educación popular y nuestra alfabetización política militante puede empezar a desmontar las opresiones que cargamos en nuestras realidades concretas.

 

Desplazamiento semántico

 

En los últimos años se ha dado en la región, tanto en el estudio de los movimientos sociales como en la práctica misma de las luchas populares, un cierto desplazamiento semántico desde la noción de movimiento social a la caracterización de movimientos populares latinoamericanosvii. Con el tiempo hemos constatado que en el acontecer de las resistencias en América Latina, los proyectos políticos-educativos de estos movimientos apuntan a poner en cuestión la pasividad hegemónica que la misma pedagogía tradicional les asigna bajo el imperio del capital. Dicho de otra manera, una vía de expresión del antagonismo social y la tensión de clases en la actual coyuntura regional se materializa en las disputas pedagógico-políticas de los movimientos:

 

Un mirar panorámico sobre el continente nos permite vislumbrar los indicios de un proyecto emancipador, vinculado a un papel político conferido a la Educación, manifiestos en: la trayectoria del Sector de Educación del MST; en la propuesta de creación de la Universidad del Sur; en la expresiva experiencia del Método de Alfabetización cubano, “Sí, Yo Puedo!”, sobre todo con los pueblos originarios; en las Escuelas Autónomas Rebeldes Zapatistas, entre otras propuestas que se han consolidado y avanzado gradualmente, testigos vivos de que el “paradigma emancipador para América Latina” tiene un pie en la Educación, camino de transformación cultural radical y necesaria a nuestro continenteviii

 

Así presentados, los movimientos sociales desde América Latina se estructuran en torno de una disputa de sentidos comunes, en términos gramscianos. Los mismos representan una erosión a las formas de dominación del capital, pero llevadas a cabo por vía de la puesta en cuestión de sus elementos ideológico-políticos. En el caso de los movimientos populares latinoamericanos, entre los que el campesinado o los movimientos indígenas resaltan por sus luchas políticas, la cuestión de las propuestas educativo/políticas re-crean formas de articulación social y una praxis política disruptiva.

 

Finalmente, nos jugamos y reafirmamos nuestra hipótesis: los movimientos sociales, en particular el conjunto de organizaciones de base campesinas e indígenas, mujeres, trabajadores precarizados, excluidas y excluidos en America Latina constituyen fuertes experiencias de clase social devenidas en movilización política, articuladas en torno a proyectos políticos que prefiguran otros espacios y construyen saberes populares para encontrar salidas a esta injusticia perfecta que padecemos llamada capitalismo.

 

Oscar Soto

Politólogo y militante social. Mendoza, Argentina

https://criticayresistencia.blogspot.com/

 

i Estudio y debate sobre los movimientos sociales de cara a lo que viene – Parte I https://iberoamericasocial.com/estudio-y-debate-sobre-los-movimientos-sociales-de-cara-a-lo-que-viene-parte-i/

ii Iñigo Carrera, Nicolás (2008) Algunos instrumentos para el análisis de las luchas populares en la llamada Historia Reciente. En, M, López Maya; N, Iñigo Carrera y P, Calveriro (Comps.) Luchas contrahegemónicas y cambios políticos recientes de América Latina, Bs. As., CLACSO

iii Seoane; Taddei, y Algranatti (2009) El concepto “movimiento social” a la luz de los debates y la experiencia latinoamericana reciente. Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de México. (p. 11)

iv Barbosa, Lia, P. (2013) Los movimientos sociales como sujetos educativos-políticos. En M, Gomez Sollano y Z, Corenstein (Comps.) Reconfiguración de lo educativo en America Latina. Experiencias pedagógicas alternativas. México, Universidad Autónoma de México. (p. 124)

v Barbosa, Lia, P. (2013b) Educación, movimientos sociales y Estado en America Latina: Estudio analítico de las experiencias de resistencia contra-hegemónica en Brasil y México. Tesis para optar el grado de Doctora en Estudios Latinoamericanos. México, UNAM-Dirección General de Bibliotecas. Tesis Digitales http://132.248.9.195/ptd2013/noviembre/0706520/0706520.pdf (p. 24)

vi Barbosa, Lia, P. (2013b) Educación, movimientos sociales…(p.25)

vii Palumbo, María, M. (2016) Educación en movimientos populares rurales: un estado del arte. Revista Historia de la Educación Latinoamericana. Vol. 18 No. 26: (p. 224)

viii Barbosa, Lia, P. (2009) Movimientos sociales, protesta social y educación. Vías de acciones contrahegemónicas para la construcción de la democracia latinoamericana. XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires. Recuperado el 30 de agosto de 2018, de: http://cdsa.aacademica.org/000-062/1657.pdf (p. 6)

 

Fuente: https://iberoamericasocial.com/estudio-y-debate-sobre-los-movimientos-sociales-parte-ii-educacion-popular-y-resistencias/


 

https://www.alainet.org/es/articulo/198344
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