La guerra de los conciertos y por Venezuela

21/02/2019
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El concierto gratuito que ha de reunir a una selección nunca antes de vista de grandes cantores hispanos tiene como objetivo ser, también, el primero en la historia universal que busca darse en un país para derrocar al gobierno de la república vecina.

 

El viernes 22 se realizan dos conciertos en distintos y cercanos puentes que separan a Cúcuta (Colombia) de Venezuela. Mientras en el lado colombiano los presidentes de dicho país y Chile estarán presenciando uno que busca derrocar a su homólogo venezolano, en el lado del segundo el chavismo organiza uno pidiendo que no sean invadidos militarmente bajo el lema “Manos Fuera de Venezuela”.

 

Live Aid

 

El primer show concita mucha atención pues es el Venezuela Live Aid, lo que puede ser el concierto gratuito que reúna al mayor repertorio de cantantes hispanos en toda la historia sudamericana.

 

Éste se inspira en el primer Live Aid que en julio 1985 coordinaron Bob Geldorf y Midge Ure y que levantó millones para ayudar a las víctimas de la hambruna en Etiopía. Este se trató de una serie de conciertos simultáneos en 4 continentes y numerosos países donde todos pagaban entradas, el cuál fue visto por el 40% de la humanidad. La BBC reveló que gran parte de lo recaudado fue a parar para la compra de armas tanto del gobierno etíope como de sus opositores.

 

Desde entonces se han dado otros Live Aid, todos los cuáles se han dado bajo causas puramente humanitarias y sin interferir con la política de ningún gobierno, ni menos aún buscar deponer a alguno.

 

Ahora Sir Richard Branson, el dueño de la mega-corporación Virgin, ha decidido hacer su propio y primer Live Aid, pero con varias diferencias: 1) es gratuito; 2) no se da en ninguna metrópolis importante del mundo, y ni siquiera en Bogotá o cualquiera de las otras 5 urbes colombianas con más de un millón de habitantes, sino en un puente que separa a Colombia de Venezuela; 3) es altamente politizado; y 4) su objetivo expreso es atacar al gobierno de Caracas para derrocarlo.

 

En su afán de querer apelar al patriotismo venezolano, Branson ha puesto en su emblema un mapa de Venezuela en el cual incorpora a dos tercios del territorio de la vecina república de Guyana, ofendiendo a dicho país e, indirectamente, a su propia reina Elizabeth II, quien anteriormente regentó esas tierras y hoy sigue siegue siendo jefa de la Commonwealth donde se encuentra Guyana. Es cierto que el chavismo, así como muchas otras corrientes venezolanas, reclaman históricamente dicho territorio que aducen le fueron arrebatados por los británicos, pero esto es algo que no secundan las Naciones Unidas, la OEA, la UNASUR, el MERCOSUR, la CELAC, CARICOM o ninguna entidad supranacional.

 

Esta es la primera vez en la historia que el gobierno del país al que se destina la ayuda llama a boicotear dicho evento, el cual se da, además, justo en un puente que este mismo ha cerrado.

 

El cantautor venezolano más conocido que actuará en dicho show, el “Puma”, abiertamente llama a la intervención militar de EEUU, su patria adoptiva, sobre Venezuela, su patria natal.

 

Día “d”

 

Este concierto se da en la víspera del 23 de febrero, cuando se cumple un mes desde que Juan Guaidó, el líder de la Asamblea Nacional se auto-juramentó en una plaza como el presidente encargado de Venezuela. Él ha llamado a transformar esta fecha en el “Día D” para tumbarse a Nicolás Maduro, quien gobierna todos los cuarteles, ministerios, comisarías y entes estatales de Venezuela.

 

Para tal propósito, Guaidó sostiene que ha organizado más de medio millón de voluntarios que van a hacer todo lo posible por hacer entrar la “ayuda humanitaria” traída en aviones militares de EEUU, entre otro tipo de medios de transporte, e ir masivamente a los cuarteles a buscar convencer a la tropa a desobedecer al alto mando militar para hacer un golpe militar contra el gobierno central, al que tildan de ilegitimo.

 

Hasta el momento Venezuela ha vivido relativamente tranquila, pese a ciertos incidentes que han causado algunas decenas de muertes y a la existencia de dos presidentes que reclaman el poder. No obstante, el objetivo de un sector opositor puede ser el provocar una reacción militar en las fronteras o en los cuarteles, el cual genere sangre e incendie los ánimos, tal vez con la meta de alentar una intervención bélica extranjera bajo pretextos humanitarios. Caracas aduce que cualquier incursión foránea ha de desencadenar un Vietnam y recuerda que los bombardeos en Afganistán, Irak, Libia y Siria han causado la barbarie y no la democracia.

 

Ayuda humanitaria

 

Caracas ha dicho que dicha ayuda humanitaria no es tal, que mucha de ella son materiales residuales o tóxicos. También afirman que tras ella vienen armas, como anteriormente, aducen, pasó en 1965 cuando los EEUU enviaron más de 40,000 soldados a dicha república, tras haber organizado antes el golpe que depuso al primer presidente constitucionalmente electo en la historia dominicana, Juan Bosch.

 

En la web de Branson se menciona que los venezolanos pasan por pobreza, escases, hiperinflación y hambre, lo cual ha generado un gran éxodo. Por su parte, el gobierno “socialista” afirma que la crisis se debe a las sanciones impuestas por EEUU a espalas de las Naciones Unidas, la cual le ha venido costando al país más de 30 mil millones de dólares. La cancillería venezolana constantemente demanda que se le devuelvan los activos quitados (como la petrolera venezolana en EEUU o los 1,200 millones de dólares en barras de oro del Banco de Inglaterra) para hacer frente a la crisis, pues hoy –ellos aducen- los “ladrones” del tesoro venezolano se quieren quedar con éste a cambio de dar galletas.

 

Los chavistas retrucan que dicha ayuda debería ir para los pueblos de Brasil y Venezuela, quienes padecen de altos niveles de desempleo y miseria, y que cada gobierno debe ser soberano para organizar su propia ayuda a sus propios habitantes.

 

Las Naciones Unidas y la Cruz Roja han dicho que no van a ser parte de dicho esquema de envío o distribución de esa “ayuda humanitaria”, pues el gobierno del país al que debe estar enviada no la acepta y considera que viene con otra intención.

 

Juan Guaidó insiste en que dicha ayuda va a entrar sí o sí y Donald Trump constantemente amenaza a los militares venezolanos a que se le unan a él so riesgo de quedarse sin nada, pues él siempre afirma que queda sobre la mesa “todas las opciones”.

 

A fin de demostrar que está sobre el tapete la posibilidad de una invasión similar o mayor que la que EEUU ha hecho antes en México, Cuba, República Dominicana, Haití, Nicaragua o Granada, varios navíos y aviones militares de dicha potencia han sido enviados a las cercanías de Venezuela.

 

A una persona muy enferma o inconsciente se le puede obligar a ingerir alimentos o sueros, pero otra cosa es forzar a toda una nación soberana de más de 30 millones de almas para que les dejen pasar una supuesta ayuda, de lo contrario han de ser intervenidos por tropas extranjeras.

 

Cualquier invasión foránea, aunque sea en una hectárea de Venezuela, puede producir una guerra, la cual potencialmente puede devenir en la peor de la historia sudamericana, dada la tensión que hay en todo el vecindario y la participación activa de todas las 5 potencias nucleares del Consejo de Seguridad. Un conflicto de da característica va a multiplicar las penurias de los venezolanos, además de salpicar a toda la región.

 

 

 

Dictadores

 

En la propaganda que he visto aparecen grandes estrellas pero solo un orador. Este es Branson, quien ataca al presidente venezolano de dictador. Tanto él como Maduro viven en el Caribe, pero mientras el mandatario de Caracas ha llegado a su puesto tras ganar dos elecciones presidenciales (aunque la última ha sido cuestionado por parte de la oposición), Branson es dictador y tirano absoluto de la isla Necker, trasformada en propiedad privada, en las colonias británicas de las Vírgenes, cercana a Puerto Rico. Él es uno de los pocos billonarios que tienen su propia Antilla. En ésta, que tiene una superficie ligeramente menor a la del Vaticano, el país más chico que hay, ningún lugareño o turista puede entrar, a menos que sea un invitado personal suyo.

 

Las razones caritativas de Branson son discutibles en alguien quien, en vez de caracterizarse en organizar ayudas humanitarias, es un empresario que le gusta meterse en todo tipo de negocios, desde crear el primer transbordador comercial espacial de pasajeros hasta sacar provecho de muchas privatizaciones, como la de los trenes británicos donde impuso una de las tarifas más altas de Europa.

 

Lo más probable es que él querrá usar los favores que él ha hecho a los opositores con este mega-concierto para que un posible gobierno de ellos les facilite nuevos contratos o privatizaciones en Venezuela, el país con las mayores reservas de oro y petróleo del globo. Y él no es el único con esas miras. John Bolton, el jefe de seguridad de EEUU, públicamente dice que a EEUU le conviene entrar en Venezuela para lograr que sus compañías puedan tener mejor acceso al petróleo de ese país.

 

Maduro responde

 

Ante el concierto de Branson, Maduro ha decidido organizar el suyo propio el cual va a durar dos días (viernes 22 y sábado 23), el mismo que, a su vez, va a buscar devolverle a Colombia su “propia medicina”. Su responsable de cultura ha dicho que Cúcuta, una ciudad colombiana con 600 a 700 mil habitantes, tiene altos niveles de pobreza y desigualdad, por lo que ese día van a donarles miles de bolsas de víveres y destinarán multitudes de profesionales de la salud para darles a sus pobladores por primera vez atención médica y dental de forma gratuita.

 

El objetivo de Maduro es utilizar su propio concierto para crear una base de masas capaz de contrarrestar cualquier intento de los opositores por hacer entrar la ayuda humanitaria de EEUU y sus aliados, al mismo tiempo que buscan ganar los corazones colombianos.

 

Debido a que se han organizado centros de acopio y distribución de dicha ayuda en otras fronteras con Colombia y Brasil, y en las Antillas holandesas, Caracas ha decidido cerrar varios puentes y también el tráfico aéreo y marítimo de manera indefinida con Aruba, Bonaire y Curasao.

 

Mientras tanto miles de toneladas de alimentos y medicina han llegado desde China, Cuba y otros aliados de caracas, lo cuales han venido siendo distribuidos en las poblaciones más necesitadas.

 

Diosdado Cabello, uno de los principales líderes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha ido visitando puentes fronterizos para distribuir víveres y movilizar gente, habiendo hecho algunas importantes concentraciones, como en la frontera con Brasil.

 

Disputa

 

Roger Waters, una de las estrellas de la banda Pink Floyd, ha acusado a Branson de hacer un concierto que no es humanitario sino intervencionista, y ha organizado su propia protesta en contra de éste en Nueva York.

 

En la propaganda oficial de Venezuela Libe Aid se dice que van a reunir un millón de almas, aunque la agencia de noticias Reuters calcula que apuntan a lograr la cuarta parte de ello. Es difícil de saber pues, para lograr tener un millón de personas, hay que movilizar gentes desde muy lejos de Cúcuta. Es posible predecir que dicho concierto ha de tener más espectadores que el de Maduro debido a la calidad de sus artistas.

 

Empero, en esta guerra de conciertos lo importante no va a ser quién lleve más público, sino en ver si Guaidó va a lograr su propósito de hacer entrar la ayuda (que ya sobrepasa los cien millones de dólares en donativos) y poderla distribuir, así como lograr que algunas tropas se pasen a su lado (pues hasta la fecha solo ha logrado algunas contadas deserciones de uniformados en el exterior).

 

Para Guaidó y Maduro se trata de una prueba de fuego. El primero se reclama el legítimo presidente encargado de Venezuela debido a que él aduce que Maduro es un dictador usurpador y a que cuenta con el reconocimiento diplomático de EEUU, Canadá, Brasil y la mayor parte de los países hispanoamericanos y de la Unión Europea, entre una cincuentena que suman alrededor de un cuarto de las Naciones Unidas.

 

Hasta la fecha ningún juzgado, comisaria, cuartel, ministerio o entidad pública le obedece a Guaidó, mientras que Maduro le encara que todos ellos le obedecen a él, pues es el presidente constitucional, quien, además, es el único que cobra impuestos, vigila el orden público, administra los aeropuertos y todas las vías, etc. Para Maduro él es un “payaso” que nunca ha participado en ninguna elección nacional ni menos aún ha ganado ésta siendo el único “presidente” del hemisferio no electo por el pueblo sino directamente por Trump.

 

Mientras Maduro reclama que él fue electo en Mayo 2018 con el 68% de los votos y el 31% del padrón electoral y que esta es una de los porcentajes más altos del mundo para cualquier presidente electo, Guaidó aduce que esos comicios fueron fraudulentos (aunque él también dice lo mismo de los del 2013 en que Maduro ganó por primera vez y que toda la comunidad internacional reconoce).

 

Muchos opositores acusan a Maduro de ser una dictadura de narcos, corrupta o comunista, la cual ha creado una nueva boli-burguesía. En caso de ser todo ello cierto, el problema está en que una cosa es deponer a una tiranía mediante movilizaciones de su propio pueblo y otra es apelar a EEUU y a las grandes corporaciones (como Virgin) para que hagan ello, pues éstas a lo que apuntan es a sacar jugo de su inversión económica y militar buscando que el nuevo gobierno les dé pleno acceso a la mayor reserva planetaria de petróleo y a sus ricos yacimientos de oro, cobalto, diamantes, y demás minerales estratégicos.

 

Perspectivas

 

Para Trump la lucha contra Maduro es parte de una contra la troika del mal en la cual están también Nicaragua y Cuba (y eventualmente Bolivia, si es que la oposición no gana las presidenciales contra Evo Morales) a la cual deben derrocar. La fuerte ofensiva de Trump contra el socialismo también está destinada a contrarrestar el ascenso de Bernie Sanders en las encuestas, como el candidato demócrata que podría sacarla de la Casa Blanca en las siguientes presidenciales, y al laborista británico Jeremy Corbyn.

 

A pesar de la propaganda que acusa a Maduro de tener una “dictadura comunista”, uno puede comprobar en la web que hay muchos partidos, gremios, diarios, radios y canales de TV en Venezuela que le atacan y hasta que reconocen a Guaidó como presidente, el mismo quien se pasea libremente por doquier, incluso puede venir a diario a su escritorio en la Asamblea Nacional donde la guardia que obedece a Maduro salvaguarda dicho edificio.

 

Cuando el parlamento catalán organizó su propia consulta popular para ver si los catalanes querían la independencia, Madrid envió miles de uniformados para golpear a miles de votantes y destruir cientos de urnas. Luego apenas dicho parlamento apoyó los resultados, el gobierno central lo disolvió y conculcó la autonomía de dicha nación. Hoy, mientras se da la disputa catalana varios ministros del gobierno catalán llevan más de un año en la cárcel y vienen siendo juzgados pendiendo sobre ellos penas de más de un cuarto de siglo, solamente por pedir pacíficamente su propia independencia.

 

Si bien hoy Pedro Sánchez, el presidente español, se une a Trump para desconocer a Maduro y reconocer a Guaidó, él, como lo hizo su predecesor Mariano Rajoy, en un escenario como el catalán algo similar al que tiene hoy su homólogo venezolano, bien pudiesen haber decretado estado de emergencia y apresado a toda la directiva del parlamento opositor.

 

Una revolución y una dictadura como la que encabezó el Partido Comunista de Lenin en 1917 lo primero que hubiese hecho ante un intento de golpe es movilizar a las masas hasta expropiar y nacionalizar a todos los capitalistas y dueños de grandes propiedades, redistribuir las tierras y mansiones a los pobres, desconocer a la deuda externa, disolver cualquier parlamento y crear una economía estatizada y planificada mediante consejos de trabajadores.

 

Nada de esto ha hecho el chavismo, el cual ha mantenido numerosas empresas privadas y multinacionales, desde los McDonald hasta la Chevron, sigue pagando la deuda externa, mantiene una economía de mercado con muchas empresas privadas y tiene una democracia multipartidaria donde compiten decenas de partidos. En 20 años de chavismo se han dado 25 elecciones, 23 de las cuales han sido ganadas por el oficialismo y 2 por los opositores.

 

Maduro, en vez de optar por un modelo bolchevique, viene buscando el diálogo y por eso aún deja libres a Guaidó y su comitiva, le deja hacer manifestaciones por todas partes y no ha echado a los diplomáticos de EEUU pese a haberlos declarado personas no gratas y haber roto relaciones.

 

Al parecer él busca hacer que Guaidó se agote y demuestre que no tiene mayor poder para convencer a los opositores a llegar a alguna forma de acuerdo con él, y, mediante esa vía restablecer relaciones con varios otros países de su entorno y de Occidente.

 

Aloysnio Nunes, el canciller del gobierno derechista brasilero de Michel Temer que depuso al Partido de los Trabajadores, considera que no se puede reconocer a un “presidente”, como Guaidó, que no tiene ningún poder y que es preferible cultivar relaciones con maduro, quien si tiene autoridad. El nuevo presidente de México, la nación más poblada de Centroamérica y de la hispanidad, sostiene que el principio que debe garantizar la paz entre todas las naciones es el de la no injerencia en los asuntos del otro. Maduro quiere valerse de estas dos posiciones y del apoyo de los 14 países del caribe no hispano y de Uruguay y Bolivia que piden diálogo.

 

Marco Rubio, senador republicano de La Florida, aduce que el objetivo de Maduro es ganar tiempo, que el movimiento de Guaidó se vaya enfriando o desgastando y que el mundo se vaya volcando a otra crisis, para lograr apaciguar a sus oponentes y obligarles a que le reconozcan y se sienten a la mesa con él, mediante lo cual es buscará hacer concesiones a fin de perpetrarse en el poder.

 

Mientras tanto, y por eso, Guaidó se niega a dialogar, amenaza con que él o la Asamblea Nacional autoricen una invasión extranjera, y su estrategia pasa por ir minando a Maduro con presiones múltiples a fin de lograr una fisura en el aparato militar, lo cual podría conducir a un golpe que le saque del palacio de Miraflores.

 

Por primera vez en la historia un concierto de artistas internacionales va a jugar un papel clave en lo que puede resultar siendo una intervención o la caída de un presidente. Si la oposición no sale victoriosa en su “Día D” es el propio Guaidó quien se irá debilitando.

 

Isaac Bigio

Analista Internacional

Anteriormente ha publicado en muchos medios de Venezuela y ha enseñado sobre dicho país en la London School of Economics.

https://www.alainet.org/es/articulo/198311
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