Paneo por la Roma de Alfonso Cuarón

28/01/2019
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Imagen de la película Roma
Foto: mundopeliculas.tv
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A raíz de un debate sobre Roma, la película de Alfonso Cuarón que acaba de ganar el festival de Venecia e iría camino a uno o varios Oscars si la Academia fuere servida, he vuelto a ver el filme y a leer prácticamente todo lo que se ha escrito o recomendado, al menos en las redes sociales y en los periódicos y revistas que consulto, y por cierto la reseña crítica de Slavoj Zizek.

 

La reseña, de cineasta que es a la vez filósofo, lúcido analista político y pensador de alta cultura, fue publicada con un título –muy periodístico a la manera actual, o sea ambiguo y mal intencionado– que induce a pensar sin leer, que a Zizek NO le gustó la película: “Roma está siendo celebrada por las razones equivocadas, Slavoj Zizec”, titula el Blog El Libro Vakero, de Lovely Portman, seudónimo de Odeen Rocha.

 

Y es todo lo contrario. No solamente a Zizek le gustó la película sino que la admira como una obra maestra del cine, sin que llegue a decirlo aunque concuerda con el dictamen crítico: la describe como tal. Cito el primer párrafo de Zizek:

 

“La primera vez que vi ROMA me dejó con un sabor amargo: sí, la mayoría de los críticos tienen razón al celebrarlo como un clásico instantáneo, pero no pude deshacerme de la idea de que esta percepción predominante se sustenta en una aterradora, casi obscena y mala lectura, y que la película se celebra por los motivos equivocados” (sic).

 

Infiero que su comentario NO es una crítica a la película sino una crítica a la crítica que percibe su genialidad por motivos aleatorios que si bien son importantes, NO representan el verdadero mensaje del filme. Cleo, para Zizek, en lo cual estoy de acuerdo y no porque lo diga Zizek sino porque fue mi primera percepción, es pretexto para una narrativa de alto contenido social y político de la realidad mexicana (latinoamericana).

 

Ante lo cual constato que el periodismo comercial (siempre lo ha hecho desde Hearst, Pulitzer y Cia), así pose de cultural, induce la opinión del lector en los titulares, en función de sus intereses empresariales. Y al sector empresarial, política e ideológicamente ultra derecha militarista, no ha de gustarle un filme que desnuda al monstruo que azotó a México desde la matanza de Tlatelolco en el 68 y, como lo narra el filme, en los años 70s con la masacre de Corpus Christi y la "Guerra Sucia" subsiguiente, y de nuevo amenaza con azotarnos hoy vía bolsonaros, macris, duques/uribes, piñeras, Morenos/Nebots y demás ralea derechista dictatorial.

 

Es también y además, una crítica a la sumisión que se patentiza, entre otros muchos detalles, en la manera como Cleo "limpia" la bocina del teléfono cada vez que lo usa, para que su patrona no se contamine con su aliento de indígena.

 

Escribí hace un par de días en mi muro de FB, que Roma me parecía un Ensayo Visual sobre la Estética del Subdesarrollo. Y no solo mexicano, que ya ameritaría un par de filmes, sino latinoamericano. Veamos.

 

Ahí están las calles lodosas en invierno y polvorientas en verano (¿no les recuerda el Guayaquil del suburbio, las barriadas de Lima “La Horrible”, las calles de las Villa Miseria de Buenos Aires o las Favelas de Río de Janeiro?); el ruido omnipresente de nuestra cultura popular: gente que grita, niños que alborotan, vendedores que pitan y anuncian mil cosas al mismo tiempo, autos que aturden con el claxon; el kitch recargado de nuestra clase media trepadora con sus cabezas taxidérmicas como trofeos de caza; la absurda religiosidad mexicana (un poco menos evidente) plagada de símbolos y estampitas; la presencia amenazante de las FFAA, “siempre listas” para reprimir; la curiosidad morbosa pero indolente de nuestra gente del pueblo; el afecto por la violencia, las armas, la lucha libre y las artes marciales como imagen del “macho” (¿ustedes no disparan?, pregunta uno a las damas, que prefieren cotillear, menos una que se atreve); la más amenazante aún por lo soterrada presencia del paramilitarismo; la fe inútil ante los desastres naturales (¿de qué sirve arrodillarse a rezar ante un terremoto como el de México?; de nada: pero muchos de los que sobevivieron dijeron que había sido por “un milagro de dios”); en fin. El mapa social y humano de América Latina al desnudo y mediante paneos de cámara.

 

Sin embargo, Cuarón debía tomar una decisión práctica: o filmar algo así como la segunda parte de Berlín Alexanderplatz en más de 13 horas o al menos la Solaris de Tarkovski en casi 3, o decidirse por uno o dos de los temas y subtemas que lo acuciaban y rodar un película que, a pesar de lo densa, “no aburriera mucho”.

 

Con talento narrativo, optó por aprovechar el momento y hacer un homenaje a una persona por la que sentía el agradecimiento que le quedara del cariño de infante descuidado por sus padres: su nana Libo, para el filme, Cleo; personaje que, de paso, representaba a esa clase oprimida y explotada por nuestras altas y aristocráticas clases sociales (¿no se enfurecieron en Ecuador cuando la Revolución Ciudadana las obligó a afiliarlas al seguro y pagarles el salario mínimo?), pero graficando la hipocresía cristiana de considerar al sirviente como “igual”, pero con reservas. La abrazo y la llamo Cloe pero a la hora del té, le grito y la insulto: Es inferior.

 

Roma, sin duda, es una obra maestra del cine contemporáneo, con múltiples lecturas, guiños intelectuales y musicales (Leo Dan), mensajes políticos evidentes, crítica social profunda, crítica al machismo cuando el "amigo" de la patrona, sabedor de que el marido la dejó, trata de "consolarla" y ella lo rechaza, y un manejo de la imagen que solo puede hacer un heredero de Gabriel Figueroa. Y Cuarón lo es detrás o a un lado de la cámara, porque tuvo ayudante operador. No olvidemos que ES una película Cuarón: dirige, fotografía, escribe el guión y edita.

 

Es decir, Roma es una pieza de alto contenido humano, casi autobiográfica, casi de protesta social, casi política, casi contestataria. Pero NO es un documental sobre la realidad latinoamericana: es un filme de arte. Por ello el casi es un mérito fílmico de quien es hoy por hoy, luego de Y tu mamá también y Gravity (a la que hace un merecido aunque vanidosillo homenaje), uno de los mejores realizadores cinematográficos del mundo.

 

Pero no ganará el Oscar a la mejor película ni al mejor Director, ni al guion intelectual y elaborado, ni la protagonista será la mejor actriz: no es película Hollywood: blanco y negro, actriz indígena y poco agraciada, crítica política. Si acaso, le otorgarán uno a la mejor fotografía. Tal vez… Ojalá me equivoque.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/197796
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