Este libro se detiene en la nueva estrategia de guerra indirecta que Estados Unidos exhibió durante las crisis en Siria y Ucrania. Ambas situaciones dejaron a muchos preguntándose si estaban observando una exportación de las revoluciones de colores a Oriente Medio, la llegada de la primavera árabe a Europa o, quizás, algún tipo de Frankenstein híbrido.

Se puede afirmar que cuando las acciones de EEUU en ambos países se comparan de manera objetiva, se percibe claramente un nuevo enfoque estandarizado con miras al cambio de régimen. Este modelo se inicia con la implantación de una revolución de colores como intento de golpe suave, que es seguida luego de un golpe duro, por intermedio de una guerra no convencional, si el primero fracasa.

La guerra no convencional se define en este libro como cualquier tipo de fuerza no convencional (es decir, grupos armados no oficiales) involucrada en un combate ampliamente asimétrico contra un adversario tradicional. Si se consideran conjuntamente en un doble enfoque, las revoluciones de colores y la guerra no convencional representan los dos componentes que darán origen a la teoría de la guerra híbrida, un nuevo método de guerra indirecta que se perpetra por los Estados Unidos.