Trump y los G20 ¿Irán a Buenos Aires?
- Opinión
La pregunta es pertinente a pesar de que todo parece estar ya en marcha de forma imparable. Podríamos decir que los gobernantes y mandamases de los Bancos Centrales de los países signatarios del Foro G20 ya están casi con un pie en el avión, pero de todos modos hoy la duda se abate sobre el éxito de la reunión.
A esta hora en la bella Capital argentina estábamos esperando el inicio de la final de la Copa Libertadores de América entre Boca Juniors y River Plate, que ya sabemos que no habrá.
Desde ayer a las 3 de la tarde así ha sido la vida futbolera del país y de gran parte del mundo aficionado. Los cientos de piedras arrojados por los “barra brava” de River sobre el microbús que traía al Estadio Monumental a los xeneinses, dejó heridos y enfermos entre los jugadores de uno de los equipos más famosos del mundo, además de mantener a los casi 70.000 espectadores que ocupaban las instalaciones del recinto deportivo por más de seis horas expectantes en sus asientos. Millones tras las pantallas de televisión.
Pero el problema no fue el partido y su realización, de lo que escribiré más adelante. El problema real fue la absoluta incapacidad de dar seguridad para un evento que se venía preparando desde hace unos quince días y para el que se habían asignado miles de policías y miembros de la Prefectura Naval.
El lugar es un barrio de la ciudad habitualmente tranquilo. De casas y edificios mayoritariamente habitados por gente de clase media en general o media alta. Mi esposa vivió allí –a dos cuadras de donde ocurrió el incidente- hace algo más 60 años y ya en esa época los vecinos y el comercio cerraban todo herméticamente porque las hinchadas eran cosa seria. Esto quiere decir que lo ocurrido ya tenía una vieja historia.
Por eso la pregunta del título de esta columna.
La próxima semana estarán en Buenos Aires los representantes de la propia Argentina además de Australia, Brasil, Canadá, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unido y los Estados Unidos con Donald Trump a la cabeza.
Si el aparato de seguridad no fue capaz de darle protección a un bus que transportaba a un equipo de fútbol ¿podrá garantizar la seguridad de los representantes de los países que asisten al Foro?
Patricia Bullrich, que de ser la tenienta Carolina Serrano de Montoneros –los jóvenes guerrilleros peronistas del los 60- ahora es la Ministra de Seguridad Nacional del Gobierno de Macri, no logró que Boca Juniors llegara al Monumental para disputar un partido –aunque no era su responsabilidad directa, era la “GRAN PRUEBA” para el evento que viene ¿Estará en condiciones de que sus fuerzas respondan de manera eficiente?
Por la avenida que se desplazaba el microbús de los “bosteros” no había casi nada de gente, pero en la esquina en que debía virar, para entrar a la calle que lo lleva a su destino, había cientos de hinchas ya premunidos de su “artillería” pétrea lista para ser utilizada en el ataque y las fuerzas de seguridad eran muy escasas. Eso en un lugar donde la más mínima idea de prevención decía que no debería haber nadie y sí Policías y muchos. Por eso la gran duda de este momento no es quien será campeón, sino si se puede resguardar a los que vienen al Foro de la G20 a discutir políticas relacionadas con la promoción de la estabilidad financiera internacional.
El actual Gobierno ya fracasó en la economía porque llegó sin un Plan Económico, ahora, para esta reunión, ¿tiene un Plan de Seguridad?
Ahora, algo sobre el partido de fútbol. Los miles de hinchas que debieron estar ahora en la cancha y que el domingo esperaban expectantes por más de una hora por la Final de la Copa, no sólo fueron victimas de los desaforados “barras bravas”, sino han sido victimas, principalmente de los “Gerentes Comerciales” del Fútbol. El Presidente de la FIFA y el de la Conmebol que jugaron y siguen jugando con todo, de acuerdo a los internes comerciales y no a los deportivos, o al menos los de la salud de los jugadores. Es como cuando cae un andamio en un edificio que se construye y el obrero José Silva, queda herido, grave o de mediana gravedad. Se repara el andamio y se sigue la construcción, no importa José.
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