México: el rescate de la identidad por la educación (II)

17/10/2018
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2ª parte

 

Hemos visto cómo a pesar de los esfuerzos por definir una educación para la vida, que cubriera integralmente las capacidades innatas de la población, siempre se unieron dos factores para afectar la ruta conveniente: la religión vigente y las formas educativas venidas del exterior. Según era la línea política de los gobiernos que se sucedieron en México y en casi todo el subcontinente Latinoamericano y Caribeño, corrían las determinaciones de acción en la educación, tomando sesgos característicos de los conservadores o de los liberales.

 

Esta pugna dijimos, fue ruda y con vaivenes sonados, durante buena parte del siglo XIX. Los liberalismos latinoamericanos –si bien tenían rasgos comunes, respondía cada uno a su contexto- fueron frutos de una etapa de dispersión del capitalismo en Europa central, cuya llegada a América no muestra giros precisos, tal vez por no contar con una base social previamente incorporada a esas ideas.

 

Tenemos que ahondar en el pensamiento político de la época, como producto de realidades sociales y económicas. Lo visible es entender como liberales y conservadores reconocían a las formas de vida en Europa y E.U. como patrones a seguir. Así, liberales les tomaron de modelos perfectos para la construcción de sus repúblicas, en tanto los conservadores buscaron la anexión o el protectorado de países europeos, provocando o dando pretextos a las invasiones habidas en esas épocas. Tal vez esta apreciación nos explique muchos de los procesos vividos en la Región, sobre todo en la 1ª mitad del siglo XIX y en algunas partes del continente, en años posteriores.

 

Empero, la construcción de naciones que avanzaron hacia su autonomía, requirió que fuesen los liberales quienes tomaran el control de los países. En México los de la Reforma con -Benito Juárez a la cabeza- empeñados en construir la 2ª transformación nacional, a que ya nos referimos. Pero esta determinación tropieza en su avance, en este caso, con la tozudez del General Díaz, para mantenerse en el poder por más de tres décadas, dando al traste con el paso libertador del liberalismo positivista, que se mantuvo como sustento de la vida nacional, trascendiendo a las primeras etapas de la Revolución Mexicana.

 

Por lo que se refiere a la educación, se entendía que su aplicación adecuada, sería la ruta idónea para lograr la unidad nacional, ya que el país estaba viviendo una crisis política y social. Dos prominentes pedagogos -Joaquín Baranda y Justo Sierra- junto a otros estudiosos de la educación, buscaban que ésta fuera factor para atender a las necesidades del país siendo: popular e impulsando a su través, la integración nacional.

 

Durante la revolución armada -1911-1917-, se vive un momento de gran inestabilidad. El caudillismo -generalmente con ideales liberales- impulsaba mejorar la calidad de vida de la población, lo que llevó a la autonomía en materia educativa en algunos estados de la Federación. Gran empeño pusieron en Coahuila, Durango, Tabasco y Yucatán, por crear sus propios esquemas, considerando los requerimientos de sus respectivas poblaciones.

 

El Club Liberal Ponciano Arriaga en San Luis Potosí realizó su Congreso en febrero de 1901, de allí surgieron movimientos que se oponían al régimen porfiriano, principalmente creados en torno a la corriente magonista -Ricardo y Jesús Flores Magón-. El Partido Liberal Mexicano que construyen bajo esas bases, difundió su programa político en julio de 1906. En la causa educativa, proponía la necesidad de popularizar la educación y dejaba al Estado diversas tareas como: asumir la organización y dirección de la instrucción de la niñez, otorgar mejores sueldos a los maestros, enseñar artes y oficios en las escuelas, prohibir al clero impartir educación y la sostener la obligatoriedad en la educación elemental; todo esto, para lograr el desarrollo del país dentro de un marco de libertad y justicia social. Ver: https://www.monografias.com/trabajos12/limex/limex.shtml

 

Para popularizar la instrucción en los sitios más apartados y sin comunicación accesible, se instituyeron las “Escuelas Rudimentarias” por todos los rincones del país. En 1911 (30 de mayo), se aprobó un proyecto de Ley que encargó al gobierno la obligación de solventar los recursos para estas escuelas, instaladas fuera del Distrito Federal. Caudillos y hacendados como Francisco I. Madero, aplicaron dicha ley, ofreciendo educación a sus trabajadores y a sus hijos -en recintos dentro de sus haciendas- considerando que la educación contribuía a una mayor productividad. En tales instituciones se daban conocimientos básicos y oficios, para integrar a la población a la vida productiva.

 

Importante era “la enseñanza para hablar, leer y escribir castellano y ejecutar las operaciones fundamentales y más usuales de la aritmética”. Pero tal proyecto educativo no cubrió las expectativas de los mexicanos, así lo hizo notar Alberto J. Pani, cuando da a conocer los resultados obtenidos por una encuesta que efectuó, en la que se detectaron algunos problemas de las Escuelas Rudimentarias, tales como: a) La heterogeneidad étnica-lingüística de la población. b) Los bajos recursos financieros. c) Deficiencias técnicas del programa. Pani estimaba que la educación debía tener carácter práctico. Ver: http://inglesijtb.blogspot.com/2011/10/las-escuelas-rudimentaria.html

 

En estos tiempos la educación se destacó por imaginar y ensanchar la enseñanza, con escuelas al servicio de la comunidad, buscando contribuir al bienestar social de la población. El maestro tenía cometido eminente como generador de cambio. El compromiso consideraba reglas de apoyo a la sociedad mediante distribución de alimentos y vestido en escuelas. Con esos alicientes y un modelo educativo popular, se constituyen las escuelas como centros educativos con asistencia social.

 

Los líderes naturales que participaron en la lucha armada, como Emiliano Zapata, participaron en el proceso educativo. El Caudillo del Sur (E.Z.) lanzó su “Ley sobre Generalización de la Enseñanza” (1915) que mandataba: prohibición al clero para dar educación a fin de combatir la ignorancia, la dominación y cimentar la libertad; introducir planes y programas a nivel nacional; generalizar las escuelas por todo el territorio nacional. La educación era –para el grupo de maestros que le acompañaron en la lucha- el camino para el progreso del país y la mejora de las condiciones de vida de cada individuo. Era la herramienta para desmantelar el fanatismo que la religión había implantado en las conciencias, desde la Colonia.

 

La tendencia en la Región latinoamericana y Caribeña de echar mano de modelos extranjeros para la educación, se mantuvo durante buena parte del proceso revolucionario mexicano, tanto armado como de construcción nacional. Así entra la educación a cooperar a la 3ª Reconstrucción Nacional. Los modelos extranjeros de la educación mexicana en el siglo XX, fueron en seguimiento del empeño europeo por recuperarse de la devastación, miseria, desorden y marginación con sus secuencias de gran desigualdad social, económica y cultural, producto de las constantes guerras ocurridas durante el último tercio del Siglo XIX y principios del XX. Nada extraño en una región del Planeta –Eurasia- que fue conformando sus territorios nacionales a base de componendas entre líderes acompañados de luchas armadas. Finalmente, se concibe en la Región que la educación será el único camino apto para lograr un bienestar económico y cultural.

 

En el caso de México, para afrontar la enseñanza abstracta, de alto contenido religioso existente en la época, y cumplir con llevar educación a todo el pueblo, para que favorezca el desarrollo económico del país, se importan y aplican pedagogías creadas en el extranjero. Son cuatro los modelos que entran al país y que se ponen en práctica: la escuela progresista que se desarrolló en torno a las ideas de John Dewey, prominente pedagogo estadounidense, reconocido universalmente. Ver: http://teoroseducativus.blogspot.com/2010/11/dewey-aportes-del-pradmatismo-la.html

 

De impacto fue la orientación racionalista y científica del pedagogo español Ferrer Guardia. Los estados de Yucatán y Sonora aún muestran su influencia. Su tesis proponía la coeducación (niñas y niños en una misma aula) y la coeducación de clases, mediante un manejo libertario, laico, que llevará a la emancipación de los pueblos y grupos oprimidos. Ver: Las escuelas racionalistas: Ferrer i Guardia Pag 38 en https://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/19378/1/TFG-L1359.pdf

 

También Rusia (URSS), influenció a la educación mexicana, a través de los trabajos pedagógicos de Anton Makarenko (1888- 1939) que vincula la educación con el trabajo productivo. se basa en la práctica y en la experiencia. Su experiencia la logró atendiendo problemas que vivían en la colonia para niños, Gorki (lectura recomendada: “Banderas sobre las Torres”). Debido a las características con las que los niños llegaban a la colonia, Makarenko afirmó que “el niño no es ni bueno ni malo por naturaleza” es la educación la que decide este aspecto en última instancia. Ver: http://teoroseducativus.blogspot.com/2010/11/anton-semionovich-makarenko.html

 

Las corrientes mencionadas están consideradas dentro de la denominada escuela nueva o activa, que buscaba un “proceso activo, basado en la experiencia y el hacer”. Lo fundamental era, atender los intereses de los niños con prácticas pedagógicas que le lleven a un desarrollo integral. Para ello, los programas eran dúctiles, sin horarios fijos, las lecturas no eran preparadas y el maestro se concebía como guía, orientador y facilitador de acciones que se consideraban impulsoras al avanzar hacia “el aprender haciendo”, creando un vínculo de cooperación en un ambiente democrático.

 

Creadores y voceros de la escuela nueva o activa, opuesta a lo tradicional influenciado por prácticas escolásticas, considerada nueva en su momento, por el modo de ver las cosas en la educación, son: su autor, el francés, Edmond Demolins (1852-1907) sociólogo y pedagogo francés, que asentó como principios básicos, la libertad, la observación e investigación por parte del alumno. De Alemania, Hermann Lietz (1868-1919) su objetivo era formar hombres sanos de cuerpo y alma; en su “hogar educativo campestre” propicia la vida y el trabajo en común de los estudiantes. Georg Kerschensteiner (1854-1932) nacido en Alemania: parte de la individualidad, considerando que cada niño posee maneras particulares de actuar y pensar, frente al medio que le rodea. Desarrolla una tesis señalando que, en la educación se deben considerar particularidades, axiológicas, psicológicas, sociológicas y teleológicas.

 

Toca a John Dewey (1859-1952) Filósofo, educador, activista. Considerado el “padre de la educación renovada”. Analizó los sistemas educativos de China, Japón, México, Turquía y la Unión Soviética. Contrastó sus principios educativos en la escuela laboratorio experimental (Escuela Dewey) en la Universidad de Chicago, 1896. La escuela para él era “espacio de producción y reflexión de experiencias relevantes de vida social, que permite el desarrollo de una ciudadanía plena”. Lo ofertado por el sistema educativo no ofrecía crear un proyecto adecuado para la vida en sociedad, siendo ésta democrática. El “método experimental” pedagógico que creó se soporta en: destreza individual, iniciativa y espíritu de empresa, en menoscabo de la adquisición de conocimientos científicos. Ver: https://pedagogia.mx/john-dewey/

 

(Continuará)

 

San Andrés Cholula, Puebla, México.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com

 

https://www.alainet.org/es/articulo/195981
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