El General Juan Velasco Alvarado y los precursores de las nuevas democracias del siglo XXI

11/10/2018
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Para Oscar Balbuena Marroquín y Antonio Aragón Gallegos, dos revolucionarios de impecable trayectoria, que contribuyeron sustantivamente a ese y a otros procesos.

 

Han pasado 50 años desde el inicio del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada en el Perú, Presidido por el general Juan Velasco Alvarado junto con los entonces Coroneles Leonidas Rodríguez Figueroa, Jorge Fernández Maldonado Solari, Rafael Hoyos Rubio (años más tarde, siendo General fue asesinado en un “accidente” de aviación en las mismas semanas y condiciones que Jaime Roldós y Omar Torrijos) Enrique Gallegos Venero y Arturo Palacios Valdez y los civiles que se incorporaron desde un inicio a ese movimiento como Alberto Ruiz Eldredge, Efraín Ruiz Caro y Javier Pérez de Cuéllar, quien luego fuera Secretario General de las Naciones Unidas.

 

El segundo párrafo del Manifiesto Revolucionario leído el 3 de octubre de 1968 dice a la letra: “Poderosas fuerzas económicas, nacionales y extranjeras, en complicidad con peruanos indignos, detentan el poder político y económico, inspiradas en lucrar desenfrenadamente, frustrando el anhelo popular en orden a la realización de las básicas reformas estructurales, para continuar manteniendo el injusto orden social y económico existente que permite que el usufructo de las riquezas nacionales esté al alcance sólo de los privilegiados, en tanto que las mayorías sufren las consecuencias de su marginación, lesiva a la dignidad de la persona humana.” Parece que no hubiera pasado el tiempo y el manifiesto sigue vigente para el Perú.

 

Un día como hoy hace 50 años…“Ese 9 de octubre de 1968, el Contralmirante Esteban Zimic Vidal, un marino de la estirpe del héroe nacional Miguel Grau, encabezaba la ocupación del yacimiento petrolero de la Brea y Pariñas en manos de la International Petroleum Company, en Talara, dando inicio a una etapa de la historia republicana donde la soberanía y la dignidad volvían a ser bandera en el país.” (Luis Varese 9 de octubre 2013. alai.net)

 

El Gobierno encabezado por el General Velasco inició un periodo de profunda transformación democrática del país. Si en su forma fue una dictadura militar, en su práctica se concretó como el mayor esfuerzo de democratización y rescate de la dignidad ciudadana en el Perú. Nacionalización del petróleo y expulsión de la misión militar estadounidense por intromisión. Reforma Agraria en un país donde los patrones en el Cuzco aún se hacían llevar en andas entre la casa hacienda y la capilla o donde en Andahuaylas y Ancash aún se usaban cepos para “castigar a los indios que no obedecían”. Nacionalización de la gran Minería; transferencia de la prensa de manos de los dueños del Perú a los sectores populares organizados y nunca hubo una prensa tan concientizadora y culta como la de aquella época. Reforma de la educación; reforma de la industria dando hasta un 49% de las acciones y los beneficios a los trabajadores y creando la comunidad industrial; creación del sector de propiedad social en manos autogestionarias de los trabajadores; ley de comunidades nativas de la selva amazónica. Algo fundamental, el reconocimiento del quechua como idioma oficial, lo que obligaba a que los juicios fueran en castellano y quechua si el acusado era quechua hablante o si así lo solicitaba. Profundas reformas que democratizaban al país, lo trasladaban del feudalismo al Siglo un XX con un estado fuerte y benefactor. Ocho años después, en 1976, aprovechando de la enfermedad del general Velasco, mientras comenzaba a institucionalizarse el proceso, el Imperio y la oligarquía hacían todo lo posible por destruir cualquier avance democrático, un personaje funesto, llamado el felón por el historiador Jorge Basadre, el general Francisco Morales Bermúdez, daba un contragolpe y lograba en poco tiempo el desmontaje de las reformas. (Trae a la memoria tristes reediciones cercanas)

 

Los Estados Unidos, la Marcona Minning Company, la empresa Minera de Toquepala la Peruvian Copper Corporation, (similares nombre de los que asesinaron a Allende) los sectores antinacionales dentro de la Fuerza Armada, una oligarquía incapaz de aceptar los avances indispensables para la modernización del país y la ausencia de organización popular efectiva alrededor del Proceso, facilitaron las condiciones para ello. Luego, en 1977, un gran paro nacional impulsado por fuerzas sindicales, populares, obreras y campesinas y con gran influencia velasquista y de la izquierda organizada, obligaron a Morales Bermúdez a llamar a una Asamblea Constituyente. Pocos años después surgen Sendero Luminoso y luego el MRTA y el Perú entra en un conflicto interno que lo lleva hasta el punto de una situación de equilibrio estratégico, cuya solución se resuelve en favor de los sectores dominantes con todo el apoyo de las fuerzas imperiales y de los servicios bien prestados por la CIA y el MOSSAD. Acciones de carácter indudablemente terroristas por parte de Sendero (usar a la población civil como objetivo militar para influenciar políticamente) y el militarismo para resolver contradicciones en el seno del pueblo, propiciaron esta derrota que afectó a todo el campo popular. Hoy tenemos como resultado un país entregado a las transnacionales con la pesquería en manos principalmente chilenas (Sebastián Piñera, Presidente de Chile, resulta ser uno de los propietarios de los recursos del mar peruano entre otros bienes de aire, mar y tierra); la Minería y la extracción maderera en manos multinacionales, y; la agricultura con el retorno de latifundios mayores a los de 1968 y con un régimen de servidumbre neoliberal copiado del esclavismo de nuevo tipo.

 

Con un crecimiento económico sostenido a nivel de récord mundial y una economía interna que no se redistribuye. Una burguesía cuyo amor a la Patria se reduce a la comida peruana y a la selección de fútbol, y que piensa solamente en enriquecerse sin compartir nada de la riqueza acumulada, aunque sea en los servicios básicos. La corrupción en sus más altos niveles, el estado como botín (en el Perú del libre mercado extremo, todo se compra, todo se vende) y una representatividad política incompetente e incapaz de realizar las mínimas reformas indispensables para modernizar y hacer avanzar al país e incorporar a sus sectores más pobres, ubicados justamente donde están las grandes empresas mineras. (Como nunca perdemos la esperanza, tal vez los patriotas y los más jóvenes impulsen al Presidente Vizcarra para que logre encabezar un camino diferente, por lo menos más democrático y menos corrupto.)

 

Las reformas hechas hace 50 años impactaron notablemente en América del Sur. Hoy muchas de ellas se realizaron en los países de las nuevas democracias e igualmente entramos en el proceso de destrucción de lo avanzado. Los dirigentes de estos movimientos del Siglo XXI, están siendo destruidos políticamente utilizando las fake news y el lawfare (falsificación de las noticias y utilización política del poder judicial) y los movimientos populares que colocaron legítimamente a través del voto, a mujeres y hombres encargados de hacer profundas reformas y de enfrentar al Imperio de la Banca, de una manera frontal y organizada, se ven desarmados ante la ofensiva de los medios de comunicación y la mentira institucionalizada.

 

Ha pasado medio siglo de esas profundas reformas. Fue el tiempo de Juan Velasco Alvarado, de Omar Torrijos, de Salvador Allende, de Juan José Torres y de Cámpora en la Argentina. Fue el tiempo de la Teología de la Liberación, de Mayo del 68 y de la Revolución Popular Sandinista. Fue también el tiempo de la criminal guerra contra Viet Nam, fue el tiempo del genio político y diplomático de Ho Chi Mihn y del Genio Militar de Nguyen Von Giap. Fue un tiempo de frescas primaveras para nuestros pueblos a las que el imperialismo estadounidense y las vergonzosas oligarquías locales respondieron con las asesinas dictaduras de los gorilas. Hoy personajes sacados del fondo del averno como Jair Bolsonaro resucitan en nombre del Ordem e Progresso para entregar y devolver a las grandes corporaciones, nuestras riquezas y la mano de obra barata de nuestros pueblos. Hoy somos más conscientes, pero más débiles frente a los medios de comunicación. Sólo resisten quienes han sabido ligarse y organizar efectiva y profundamente a las mayorías, como los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Venezuela o Bolivia y soportan el embate furibundo del imperio de las corporaciones.

 

Ha pasado medio siglo de desde las reformas hechas por Velasco en el Perú y una de las más premonitorias fue la creación de una prensa y televisión estatal con fines revolucionarios. Fue un tiempo de confrontación frontal con los poderes oligárquicos y solamente sobrevivió y se fortaleció Cuba con su proyecto profundamente particular y revolucionario. Cada una de las reformas hechas en el Perú de esa época requiere un análisis y este año del cincuentenario del inicio de la Segunda Independencia del Perú, habrá mucho que investigar, publicar y desempolvar.

https://www.alainet.org/es/articulo/195868?language=es
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