Guatemala, entre el limbo político y el proceso constituyente plurinacional

11/09/2018
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Movilizaciones contra la decisión del Gobierno de impedir la continuidad de la Cicig en el país.
Foto: Telesur
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Las esperanzas de la Guatemala oficial, como en el mito de Sísifo, cayó nuevamente al abismo ante el epílogo del teatro de la “guerra anticorrupción”. El Gobierno norteamericano expresó su respaldo al Presidente Jimmy Morales, y decidió sacarle los colmillos a la CICIG (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala).

 

Esta decisión fue un revés para la ciudadanía indignada de buena fe que creía que la “guerra anticorrupción” sacaría al país del agujero sin fondo en el que cae.

 

¿Por qué Guatemala creyó en la “guerra anticorrupción” made in USA? ¿Ingenuidad? ¿Ignorancia de su historia? ¿Acaso no es EEUU quien hundió al país en el fracaso actual en el que se encuentra? ¿Por qué le dieron el beneficio de la duda a Imperio que siempre los maltrató y los despoja?

 

De cualquier modo, Guatemala, después de casi mil días de “guerra campal” contra la corrupción se encuentra en peor situación sociopolítica que el 2015. El Gobierno y legisladores aprueban leyes para protegerse mutuamente, y así evitar ser investigados.

 

Una zozobra galopante se expande en el sentimiento urbano, ante un posible Estado de Sitio, para controlar los vestigios de las protestas sociales anti corrupción que dejó la CICIG. Aunque en los hechos, el área rural del país subsiste en permanente Estado de Sitio, con asesinatos selectivos de defensores.

 

¿Cuál es el camino a seguir en este laberinto político made in USA que se recrudece en el país? Hasta ahora, la Embajada norteamericana, mediante la CICIG, tenía casi bajo control el resentimiento social frente a su gobernante. ¿Ahora, quién ejercerá ese máximo poder?

 

En este contexto, la mayoría de la sociedad civil (movilizada en 2015 contra la corrupción), los estudiantes universitarios, y algunas organizaciones indígenas y campesinas se encuentran “rebasados con la coyuntura sobrevenida”.

 

Saben que no quieren al gobierno corrupto, ni a los diputados. Pero, no saben lo que quieren. O por lo menos no lo expresan aún. Si renunciara Jimmy Morales, el Vicepresidente (que tiene igual o peores indicios de actos de corrupción) ocupará el cargo. Entonces, se repetirá exactamente el escenario teatral del 2015. Y, en ese teatro les encontrará 2019, año electoral. ¡Sin propuestas, ni estrategias, para revertir esta letal situación!

 

Por su parte, desde 2012, las comunidades indígenas y campesinas en “resistencia”, articuladas en el movimiento social CODECA, pujan a todo pulmón, desde los territorios y comunidades, en la aceleración del proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional. Cuentan con una propuesta de cambios estructurales para el país, mediante un pacto social plurinacional ampliado. Para ello, están a punto de culminar con el registro legal de su organización política (instrumento político) para disputar el poder político en las próximas elecciones.

 

La ciudadanía molesta con la evidenciada corrupción sistemática vive en una disyuntiva coyuntural a tope: O seguir anclado únicamente en el teatro de la guerra anticorrupción, ahora, sin gringos, y con menos probabilidades de resultados que antes, o apostar y acelerar el proceso constituyente popular y plurinacional impulsado por indígenas y campesinos para derribar la estructura estatal y social que fecunda corruptos y corruptores.

 

Sin buscarlo, indígenas y campesinos en resistencia, favorecidos por la coyuntura, han puesto en una disyuntiva histórica a Guatemala país. O seguimos en el limbo sociopolítico, o sumamos y aceleramos el proceso constituyente popular y plurinacional para concertar reglas interculturales de convivencia entre todos/as.

 

Ollantay Itzamná

Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

https://ollantayitzamna.wordpress.com/+

@Jubenal

https://www.alainet.org/es/articulo/195250
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