Elecciones presidenciales: ¿Triunfará la justicia o la impunidad?
- Opinión
Las encuestas están revelando que los dos candidatos a la presidencia de Colombia tienen una diferencia mínima e incluso que no puede pronosticarse el triunfo de uno u otro candidato, por supuesto, los medios hegemónicos sustentadores del poder oligárquico, dan como ganador al candidato de la ultraderecha uribista Iván Duque, una vieja estrategia de los políticos colombianos de sembrar la matriz de ganador y, si estos pierden, acudir a la argucia de que se cometió fraude y allí viene la pataleta.
Pero mientras todos los medios y la divulgación de las bondades del candidato uribista se promociona. ¿Qué es lo que estratégicamente se esconde en estas elecciones?
En el campo internacional, una derrota del candidato de la oligarquía, pone en crisis la participación de Colombia en una agresión a Venezuela contemplada en el Plan Maestro, dirigido desde el Comando Sur, por el almirante Kird W Todd y respaldado por el Secretario de la OEA, Luis Almagro y el llamado Grupo de Lima. Plan denunciado por la periodista argentina Stella Calloni y la pública presentación de dicho Plan en el Comité de Defensa y Seguridad del Senado estadounidense, el pasado 15 de febrero por el referido uniformado.
De ganar las elecciones la alianza Colombia Humana, pondría en riesgo la continuidad de las nueve bases militares estadounidense en territorio colombiano, a lo que se suma ser signatario de la OTAN, elementos de gran trascendencia para el gobierno de Estados Unidos.
Desde que el gobierno de William W. Clinton apreció que estaban perdiendo espacio político y militar en Suramérica, el crecimiento de partidos de izquierda en diversos países andinos, en Brasil y Argentina, más la crisis política y diplomática con el gobierno de Ernesto Samper, iniciaron una ofensiva política para conjurar la tendencia progresista y anti-gringa que se estaba imponiendo en la zona y en aquella época, se apreciaba, con preocupación en Colombia, país para Estados Unidos estratégico.
Las elecciones presidenciales de 1998 fueron cruciales para Estados Unidos, el triunfo electoral del conservador Andrés Pastrana, acérrimo adversario del presidente Samper, fue un triunfo de la diplomacia estadounidense pero también de la propuesta de paz en la campaña de Pastrana. El 3 de agosto de 1998, cuatro días antes de asumir la presidencia, en visita oficiosa a la Casa Blanca, en Washington, el reciente electo presidente, Andrés Pastrana, solicitaba al presidente Clinton apoyo económico y militar.
Una contradictoria conducta, cuando se había comprometido en iniciar un proceso de Paz, en reunión sostenida con el Comandante en Jefe de las FARC-EP Manuel Marulanda Vélez, en Caquetania, Colombia, cuatro semanas antes de su entrevista con Clinton.
El polémico Plan Colombia, propuesto por Estados Unidos, fue aprobado como un plan social y antidroga, para combatir al narcotráfico. En realidad fue un plan contrainsurgente, así lo demuestra el Plan Patriota en el 2003/04, pero además colateralmente, y para supuestamente combatir los sembrados de coca, producto de las fumigaciones aéreas en el sur del país, provocó miles de colombianos afectados en su salud y sufriendo graves enfermedades, muchos de ellos de muerte, también afectaron parte de la población ecuatoriana radicados en la fronteras de ambos países. El daño ambiental ha sido irrecuperable, la fauna y flora afectadas por la muerte de miles de animales y sus ricas selvas y árboles devastados.
El gobierno de George W Busch fue más claro de lo que significaba el Plan Colombia, y se transformó en lo que era su esencia, la Iniciativa Regional Andina, cuyos intereses era la influencia y el trabajo de sus misiones diplomáticas y aliados en los países andinos y sureños, contra gobiernos progresistas como los de Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina, en estos últimos 16 años y así se ha comportado. Luego del fracasado Golpe de Estado en Venezuela, le siguió con éxito y graves violaciones legales los Golpes Parlamentarios en Paraguay y Brasil, graves sanciones económicas y acciones violentas y desestabilizadoras contra Venezuela y en Argentina, hasta que triunfó el adocenado magnate Mauricio Macri, aliado de EE:UU, del FMI de los militares golpistas. Traición a la Revolución ciudadana en Ecuador, intento fallido de desestabilización en Bolivia, utilizando a estudiantes y directivos de un centro universitario en El Alto, la Paz. Y las agresivas y terroristas acciones violentas dirigidas por la derecha y el empresariado en complicidad con la iglesia, contra el gobierno Sandinista en Nicaragua, cuyo desenlace aún están en ciernes.
Es en este escenario y con esa agenda que Colombia juega un papel fundamental para el gobierno de los Estados Unidos, nada diferente al de Israel en el Medio Oriente. Esa es, entre otras, una de las poderosas razones por lo que todos los ex-presidentes y caudillos políticos liberales y conservadores se han unido y apoyan al candidato del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, pues saben que el bipartidismo estadounidense los apoya, no importa, que durante los gobiernos de Uribe y Santos, se hayan cometido crímenes de Lesa Humanidad, información comprobada por diversos organismos internacionales de Derechos Humanos, incluido el de la ONU o que se anulen los Acuerdos de Paz, según declaró el propio candidato Iván Duque.
En el libro “Ejecuciones extrajudiciales en Colombia 2002-2010”, de los colombianos Omar Rojas Bolaños y Fabián Benavides Silva, estos demuestran y dan a conocer los siguientes datos “Cuando Álvaro Uribe llegó al poder en 2002, las Fuerzas Armadas afirmaban que las insurgencias estaban conformadas por cerca de 30.000 personas en armas. Al terminar su segundo periodo, en 2010, los mismos militares presentaron las siguientes cifras: 19.405 muertos en combate, 63.747 capturas y 44.954 desmovilizaciones. Esto arroja un total de 128.106 insurgentes. ¿De dónde salieron tantas muertes, capturas y desmovilizaciones?
El comandante en Jefe de las FARC-EP Manuel Marulanda Vélez en febrero de 1999, en el campamento de Raúl Reyes, en la zona de distención, le comentó a una fuente amiga, que sus fuerzas contaban con unos 60 frentes guerrilleros, y más o menos unos 20 mil combatientes.
“En el libro ya mencionado, se afirma que: “La Política de Seguridad Democrática de Uribe Vélez llegó a decir que se trataba “solo” de 42 casos, mientras que en 2015, la Fiscalía General de la Nación documentaba 4.500, la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos (CCEEU) reportaba 5..700 y otras ONG hablaban de 6.200”.
La Fiscalía General de la República a cargo del Dr. Néstor Humberto Martínez, se niega a cooperar con la CIP, en septiembre pasado se negó a entregar información a la Fiscal Fatou Bensouda, de la Corte Penal Internacional, (CPI) así lo declaró públicamente la Fiscal, algo muy grave porque además viola el artículo 11 de la constitución de 1991 que establece que “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte” Por lo tanto las ejecuciones extra judiciales o los mal llamados falsos-positivos son asesinatos de civiles a manos de la Fuerza Pública del Estado. Y por tanto, Terrorismo de Estado.
Este 17 de junio el país y sus votantes tienen dos opciones o votan por la paz y cambiar para un sistema más justo y de combate a la corrupción y por el bien del país o votan por el Centro Democrático para mantener la corrupción, la impunidad y los crímenes, profundizar el modelo neoliberal, que llevará a la ruina al campo, a la industria nacional, a la media y pequeñas empresas, al empobrecimiento de la clase media y la continuidad de la guerra. Y a la guerra con sus vecinos y también a conflictos internacionales en su condición de miembro de la OTAN.
Es votar para enriquecer una pequeña élite y un creciente empobrecimiento de millones de colombianos, esa es la realidad que viven los colombianos desde hace más de 70 años. Es por eso que el próximo domingo conoceremos si se optó por vivir en paz y justicia o por continuar la guerra, los falsos positivos y la impunidad.
La Habana 14 de junio del 2018
Tony López R.
Periodista, politólogo y analista internacional
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