El interminable luto del periodismo mexicano

16/05/2018
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Javier Valdez Cárdenas
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El martes 15 de mayo en la ciudad de Buenos Aires se homenajeó a Javier Valdez Cárdenas, periodista mexicano asesinado en Culiacán, Sinaloa, un año atrás.

 

El 15 de mayo de 2017, a las 12h00, a poco de salir de la redacción del periódico del que había sido cofundador, RioDoce, fue interceptado por un grupo que lo estaba esperando y asesinado de 12 disparos.

 

En la cotidianeidad mexicana, signada por la violencia del narco, de la policía, del Estado cómplice y los grupos paramilitares, los atentados, golpes, detenciones, presiones, “levantones” (desapariciones) y asesinatos de periodistas son moneda común.

 

El marco en que se desarrolla esta verdadera masacre, es el de más de 150 mil muertos y 30 mil desaparecidos, desde el momento que el ex presidente Felipe Calderón declaró la “guerra a la droga”” en 1994 por imposición de los EEUU. Excusa para imponer la represión y aumentar el negocio de la venta de armas.

 

Se habla oficialmente de 117 periodistas asesinados desde el año 2000, 6 este año, pero quienes siguen los casos estiman que son más de 200 los/las periodistas asesinados, 40 de ellos durante el mandato de Peña Nieto.

 

Según Reporteros sin Fronteras, México es el país más peligroso para el ejercicio del periodismo, superando incluso a Siria.

 

Estos son algunos de los conceptos volcados en el homenaje realizado en el Centro Cultural de la Cooperación, con la presencia de Stella Calloni, periodista, corresponsal de La Jornada en Argentina, Andrea Miranda, Directora General del Periódico El Debate de Sinaloa, quien leyó su texto El luto interminable en homenaje a Javier Valdez, Dina Grijalva, ex Directora de la Universidad de Filosofía y Letras de Sinaloa e integrante de la Comisión de Seguimiento al caso de Javier Valdez, e integrantes de la Asamblea de Mexicanos/as en Argentina.

 

Allí denunciaron la situación político social y plantearon la necesidad de constituir un Comité permanente de solidaridad internacional con el pueblo mexicano e impulsar un trabajo conjunto que permita dar a conocer la realidad mexicana en nuestro país y denunciar que México es un país en estado de guerra por los intereses de EEUU y su clase dominante, y esa guerra es contra el pueblo mexicano.

 

Conocer lo que sucede en México y entenderlo como parte de las políticas que el imperialismo lleva adelante para sostener su influencia en todo el continente americano resulta fundamental para enfrentar estas políticas en una lucha que se juega en cada uno de nuestros países.

 

En esta lucha, mientras los grandes medios de comunicación operan sobre la sociedad con un discurso homogéneo, claramente direccionado en defender los intereses de los grupos multinacionales a que los que pertenecen con periodistas que se convierten en agentes de prensa de estos intereses, aquellos y aquellas que continúan ejerciendo su profesión y buscan dar a conocer la realidad que enfrentan los pueblos son perseguidos, amenazados, cesanteados, impedidos de trabajar o, como sucede con escalofriante regularidad en México, asesinados o desaparecidos.     

 

Javier Valdez publicó varios libros con crónicas que exponen esa violencia que atraviesa México en manos del narcotráfico y sus intensos lazos con los poderes del estado mexicano y de los EEUU. Retrató el drama de las mujeres, de los niños y niñas cuyas vidas son apropiadas y destruidas por el narcotráfico en un contexto en el cual las victimas temen tanto al narcotráfico como a la policía y su complicidad, estableciendo un sistema de impunidad en convivencia con el Estado mexicano.

 

El 14 de abril de 2017, al cumplir 50 años, un año antes de su asesinato, Javier Valdez escribió: “Soy un sobreviviente, tengo amigos muertos, perforados a tiros o vencidos por el tiempo, soy un luchador, un resiliente, un guerrero, un perdedor en la tómbola de los exitosos, un polizón, cómplice de otros que tampoco pagaron boleto, y aquí estoy, feliz cumpleaños a mí, gracias a todos por ser y estar”.

 

Palabras precisas de quien tenía conciencia de lo que significa ser periodista en México y estar bajo amenaza permanente. El mismo día que se estaba realizando este homenaje en Buenos Aires, que se realizaba una marcha en Culiacán y sus compañeros y compañeras lo recordaban en todo México, otro periodista, Juan Carlos Huerta, era asesinado en Villahermosa, Tabasco.

 

Marcelo F. Rodríguez

Sociólogo, director del CEFMA

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192904
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