Gobierno y ELN: superar dificultades y avanzar

14/01/2018
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Desafortunadamente la solicitud que hicimos varios sectores de la sociedad colombiana y comunidad internacional no tuvo el resultado que esperábamos y hoy estamos lamentando hechos de violencia, condenables sin duda y con sus tremendas consecuencias -entre otras darle argumentos a los adversarios del proceso-; pero se trata de continuar superando dificultades. Ya está claro el regreso de Gustavo Bell a Quito luego de la reunión del Presidente Santos con el Secretario General de la ONU y deben recuperar el tiempo perdido. Creo que hay tres campos en los cuales se debe actuar con igual prioridad: acordar un nuevo cese bilateral del fuego, revisado; redefinir la metodología de trabajo de la Mesa de Quito y poner en marcha el proceso de participación ciudadana.

 

Sobre el primer punto, debería ser el encargo de una subcomisión liderada, desde el gobierno, probablemente por el general (r.a.) Padilla, conocedor como ninguno de los temas militares y quien puede contribuir, junto con los delegados del ELN a un nuevo acuerdo de cese bilateral, que tampoco será perfecto, pero que puede resolver algunos de los problemas que ha tenido el actual. Podría pensarse en sumar a la MAPP-OEA y otras voces independientes. Ojalá eso no les tome más de lo que resta de Enero. Claro, si el Gobierno y el ELN tienen la voluntad que han expresado, podían tomar ya la decisión política de prolongar el actual mientras se llega al nuevo acuerdo. ¿Muy difícil?

 

Sobre la metodología de trabajo de la delegación, todo indica que se puede acordar un trabajo permanente, basado en subcomisiones como se viene haciendo, por el número de miembros de las mismas, que permitan que se vayan rotando en tomar pausas de descanso, sin que se interrumpan las conversaciones. Pero adicionalmente deberían ir construyendo borradores de acuerdos en los puntos que ya están avanzando, no solo por utilidad metodológica, si no como forma de ir construyendo confianza y consolidando los avances.

 

Se supone que luego de las consultas de Tocancipa y Bogotá sobre la forma de la participación de la sociedad, las dos delegaciones deberían tener un borrador de acuerdo que recoja un sistema de participación de la sociedad en los territorios que permita en un tiempo definido superar ese tema. Esto requiere realismo, no se puede mitificar la participación y no olvidar que este es un ejercicio que debería ser permanente en una sociedad democrática. En el ejercicio que realizamos desde el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la UN, con la USO y el Ministerio del Trabajo, en la segunda Asamblea por la Paz, en tres meses se realizaron en todo el país, cincuenta y dos reuniones subregionales, once asambleas regionales y una asamblea nacional; con desiguales niveles de calidad, como siempre sucede. Esto para decir que se puede adelantar un proceso de participación organizado y productivo en un tiempo relativamente corto.

 

En fin, debemos apoyar y exigirle a los dos equipos negociadores y a sus cabezas, Gustavo Bell y Pablo Beltran, seriedad y agilidad en las conversaciones y avances en la construcción de acuerdos, teniendo claro como dijo alguien, que la guerra ya no está en la cabeza de los colombianos y que ellos esperan, especialmente en las regiones, es que la violencia no sea más justificada por razones políticas.

 

- Alejo Vargas Velasquez, Profesor Universidad Nacional, Colombia.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/190328?language=es
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