Es evidente que el orden es uno de los factores que en mayor medida puede ayudar al progreso de una sociedad.

El orden debe formar parte de nuestros valores, de nuestra concepción de la vida, de algo imprescindible para que la sociedad prospere, de un factor importante para que lo logrado no se destruya, para que la forma de organización no se convierta en un verdadero caos, para que podamos continuar recibiendo los beneficios que la sociedad destina para cada uno de sus miembros.

En la historia de la humanidad, el orden siempre ha sido considerado como algo de extrema importancia.

Los griegos tuvieron esa preocupación que trataron de resolver con la intervención de Solón, que murió en 560-559 a.n.e. Entre las tareas que le fijaron estuvo la de reformar la constitución, donde primó la idea de que la buena o mala fortuna no era natural ni sobrenatural, sino social. Este expresó:

“El desorden trae a la ciudad la mayor parte de sus problemas, mientras que la legalidad lo hace todo ordenado y limpio y frena a los malhechores, suaviza las asperezas, contrarresta los excesos, humilla al orgullo y hace que las flores de la ruina se marchiten”.

La idea de Solón es que la cooperación activa de todos los miembros de la comunidad es lo que puede mantener a esta en un estado de bienestar mediante un sistema capaz de controlar el orden y asegurar que este se mantenga. Aunque toma en consideración la voluntad de los dioses, llega a la conclusión de que si la ciudad pasa por malos momentos, la culpa es de los propios ciudadanos que viven en ella.

Esta frase refleja dicho pensamiento:

“Nuestra ciudad nunca perecerá por el designio de Zeus o por la intención de los benditos inmortales, tan grande protectora tenemos en Atenea, que nos cuida y nos tiende sus manos; pero los ciudadanos mismos eligieron destruirla por su propia locura y por la avidez del dinero, y por las intenciones injustas de los jefes del pueblo que sucumben tan fácilmente al orgullo que da origen a las calamidades”.

Más adelante, desarrollando esta propia idea expresa:

“Muchos hombres malos son ricos y muchos hombres buenos son pobres; sin embargo, no cambiaremos la virtud por las riquezas, porque la virtud es siempre segura, mientras que el dinero está constantemente pasando de un hombre a otro”.

Considero importante que todos analicemos lo dicho por Solón y que traslademos sus ideas a nuestro tiempo en que el orden se hace tan necesario para garantizar la perdurabilidad de nuestra Revolución.

El orden es tarea de todos.

12 de diciembre del 2017

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)

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