Después de 12 de días de hacerse celebrado las elecciones generales en Honduras, todavía no hay humo blanco. El Tribunal Supremo Electoral (TSE), una especie de oficina de trámites de documentos del gobierno de la Republica, no ha tenido la capacidad para poder declarar un ganador en dichas elecciones. Inicialmente, los miembros del Tribunal manifestaron que con el nuevo equipo contratado estaban en capacidad de anunciar al nuevo presidente de Honduras a las 3 horas después de haberse cerrado las urnas, un globo sonda para ocultar su cuestionada falta de credibilidad de la empresa encargada de trasmitir los resultados.

Tanto las misión de observadores de la OEA como de la UE, han presentado sus informes preliminares del proceso electoral, donde destacan las crecientes debilidades y la falta de transparencia. La OEA habla que detectó la venta de credenciales ya que la votación en mesa de los partidos de maletín no corresponde al número de votos obtenidos, igual los problemas por la falta de reglas claras para el escrutinio, y la urgencia de recoger las demandas de los partidos políticos en cuanto a una revisión de actas y reconteo de votos en aquellos casos donde no existió trasmisión de resultados directamente de mesas receptoras al Centro de Cómputo del Tribunal.

En el caso de la UE, de entraba informaron de la desigual participación de los candidatos de los partidos de oposición en cuanto a la propaganda en medios televisivos, radiales y públicos, frente a la mostrada por el candidato del Partido Nacional y actual presidente de la Republica Juan Orlando Hernández (JOH); en anuncios por televisión, la relación llegó 10 a 1, o sea a favor del Presidente. Igual manifestaron su preocupación por la falta de transparencia del proceso, pero sobre todo la necesidad de atender las demandas de los partidos de oposición en cuanto al reconteo de actas y votos.

El TSE, específicamente David Matamoros Batson, ha manifestado que no existe ningún problema para realizar dicho conteo, siendo acuerpado por representantes del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (C0HEP) y Partido Nacional que entregó las actas suyas al Tribunal; sin embargo, lo que este organismo entiende es la cotización de las actas en su poder con las que tiene la Alianza Opositora, procediendo al conteo de votos siempre y cuando existan inconsistencias o números distintos en ambas actas.

Un nuevo informe de la OEA plantea una serie de recomendaciones para que el TSE las considere y, obviamente acepte, para bien del proceso y tranquilidad de los partidos políticos y pueblo hondureño: a) El cotejo de las 1,006 actas que fueron sometidas a escrutinio especial con las originales recibidas, para ver si son parte de aquellas que fueron transmitidas online o parte de aquellas que fueron procesadas una vez llegaron al Centro de Acopio Nacional Electoral, ubicado en las instalaciones del Infop; b) La verificación de las 5,174 actas del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que no fueron transmitidas la noche de la elección, realizando un recuento de votos de las actas que presenten inconsistencias; c) La revisión de la participación en la votación de los departamentos de Lempira, Intibucá y La Paz, tomando el 100% de las Mesas Electorales Receptoras (MER) de cada uno de los departamentos; d) El establecimiento de una etapa razonable para la presentación de impugnaciones. Debido a los retrasos en los escrutinios ordinario y especial, se exhorta al Tribunal Supremo Electoral a ser flexible en la recepción de estas impugnaciones y a resolverlas con todas las garantías procesales, de forma individualizada tras un cuidadoso análisis debidamente fundado y motivado; f) La publicación de los listados de los miembros de las MER de los departamentos de Atlántida, Colón, Cortés, Francisco Morazán y Yoro; g) La verificación de la integridad del Sistema Integrado de Escrutinio y Divulgación Electoral (SIEDE), y de sus componentes.

La OEA es de criterio que, si estas irregularidades existen y son atribuibles en su mayor parte al TSE, no descarta la posibilidad de recomendar la repetición de la elección bajo nuevas reglas.

De nuevo, el TSE, especialmente David Matamoros Batson, acepta las recomendaciones de la OEA, y espera que los dirigentes de la Alianza Opositora contra la Dictadura, lleven las actas al Tribunal para cotejarlas, y si hay inconsistencias proceder al conteo de los votos. Por parte de la Alianza, se exige de entrada copia de las cartillas, maletas y registros que sirven de soporte a la información que aparece en las actas, ya que tienen evidencia no solo de adulteración de las actas, ni también de la emisión de actas originales que sirvieron para sustituir a las generadas por los centros de votación.

El Presidente de la Republica ha manifestado que el Partido Nacional no se opone al conteo de las actas, siempre y cuando se haga en el marco de la ley vigente, igual debe el Tribunal acelerar el conteo de las mismas para avanzar en el proceso y declarar al ganador; lamenta además que el Ingeniero Salvador Nasralla no haya suscrito un nuevo acuerdo con la OEA, donde se comprometen a respetar los resultados del proceso y no hacer protestas ni manifestaciones.

En respuesta, para Salvador Nasralla, se ha detectado que existe no solo poca transparencia y fraude en las 5,200 actas que entraron directo al Centro de Computo, sino también en aquellas donde sale ganador, ya que le bajaron los números en tanto según los técnicos ganaron las elecciones con cerca de 200,000 votos, por lo que pide un conteo general de todas las actas, o sea las 18,103 actas de todo el proceso. Frente a la falta de credibilidad y trasparencia del TSE, pide que dicho conteo lo realice un Tribunal Internacional con apoyo de la OEA, UE, e incluso Embajada Americana.

Este argumento, tiene mayor fuerza cuando el candidato a la Presidencia de la Republica por el Partido Liberal, tercera fuerza política en contienda, tiene en su poder 82% de las actas escrutadas en las cuales Salvador Nasralla sale ganador, por lo que entregará dicha documentación a la Misión de la OEA y la UE. Pide al TSE y a su Presidente, que de la declaratoria con el ganador de las elecciones y asuma su responsabilidad.

Es estos términos es poco probable que la vía del reconteo sea una salida viable a la crisis política, y más bien se piense en una nueva elecciones con un Tribunal Electoral Internacional y reglas claras puestas por ellos, acompañado de organizaciones de la sociedad civil. A partir de allí, puede generarse un compromiso o pacto para la gobernabilidad de Honduras con una agenda de trabajo conjunta entre actores políticos, económicos y sociales.

Otra solución a la crisis, ha empezado a barajarse entre bastidores, o sea la toma del poder por las FFAA de Honduras, integrando un gobierno de transición mientras se convoca a una nueva elección. De acuerdo al General Romeo Vásquez Velázquez, candidato a la presidencia y jefe de las FFAA durante el gobierno de Zelaya Rosales, en la medida que la crisis avanza y se orilla a una guerra civil interna, la Constitución de la Republica autoriza a esta Institución a intervenir. En este caso, la medicina puede ser muy dura ya que abra que tomarla por mucho tiempo.,

Tegucigalpa, DC, 7 de Diciembre de 2017