Integración: Conclusiones, propuestas y hojas de ruta

12/07/2017
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Defender la producción y el trabajo y exigir transparencia en las negociaciones

 

A lo largo de dos intensas jornadas dirigentes políticos, sindicales, empresarios y especialistas analizaron -el 27 y 28 de junio de 2017- en Montevideo la situación y perspectivas del comercio y las balanzas de pago de los países latinoamericanos, portando hojas de ruta y propuestas para revertir las amenazas contra la integración.

 

La segunda reunión del Foro sobre el Futuro de la Integración Regional -organizado por la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y el auspicio del Centro de Estudios latinoamericanos de Integración Simón Rodríguez- se llevó a cabo en el marco de un notorio empeoramiento de las condiciones sociales, económicas y financieras regionales, inciertos cambios internacionales y nubarrones que presagian una etapa de desintegración regional. Los participantes del encuentro pusieron eje en el deterioro de los mercados internacionales para los principales productos de exportación regionales (energía, alimentos, minerales), lo que evidencia la necesidad de repensar el modelo de desarrollo basado en la apertura indiscriminada de las economías, la falta de estrategia y políticas públicas para alcanzar una mayor diversificación y complementación productiva y social. Especial atención tuvieron a las negociaciones en marcha entre el Mercosur y la Unión Europea, y fue generalizada la fuerte crítica a la falta de transparencia e información sobre la marcha de las mismas y la inexistencia de análisis de impacto sobre las eventuales consecuencias para los sectores económicos y del empleo de nuestros países, ante una liberalización y apertura no solo comercial, sino también de servicios, inversiones, compras públicas, propiedad intelectual, entre otros puntos.

 

He aquí la temática abordada, las propuestas y las hojas de ruta trazadas en Montevideo:

 

    ¿Hacia dónde va la integración regional?

 

    Es necesario realizar un balance de la participación social en las instancias de integración. Deben reconocerse logros y errores. Hoy no existe voluntad de muchos de los gobiernos para impulsar la participación social (y tampoco los procesos de integración). Se retornó a la lógica mercantil de los 90.  No se convoca a Cumbres Sociales.

 

 Los proyectos de integración deben interpelar a la participación popular, deben reconocerse desde las bases y reconocer a la soberanía en su sentido más noble de voluntad popular. Hoy nos encontramos en un marco de desmantelamiento de la participación social en el Mercosur y en Unasur.

 

    La participación popular está hoy siendo privatizada por grupos de interés, por una mal llamada sociedad civil (fundaciones, ongs) que solo busca legitimar el retiro de la escena del Estado y de la política como instrumento de transformación y el establecimiento del mercado como el orientador de los destinos de nuestros países, para convertir nuestra región en zona de libre comercio funcional a los intereses del capital trasnacional.

 

    Hasta ahora se le ha prestado atención –desde los gobiernos y los organismos de integración- a movimientos afines a cada gobierno, cuya representación en las cumbres sociales estuvo mediada por las cancillerías. Hubo encuentros de dirigentes de ciertos movimientos, pero no movilizaciones y participación general, donde el fin común fuera cimentar la integración política, económica, cultural, social.

 

    El campo popular está conformado por organizaciones segmentadas. Los movimientos campesinos, los movimientos urbanos, son organizaciones populares con trayectoria y mucha presencia territorial, que carecen de representación política. Las demandas de los movimientos sociales son todas distintas y el eje común, articulador de un frente sin hegemonía, debiera ser la construcción de la integración.

 

    La integración no puede comprenderse sin el desarrollo económico y social, que no puede ser el mero crecimiento general sin considerar por qué, para qué y para quién debe ser el mismo. En un período de crecientes interrelaciones globales y reposicionamientos geopolíticos, el desarrollo debe encararse como un desafío regional y no meramente nacional.

 

    Debe reconstruirse la identidad social y el imaginario histórico y cultural de la integración como una perspectiva imprescindible y no en forma meramente nostálgica o declamativa.  Es imprescindible la participación activa democrática de organizaciones campesinas, urbanas, estudiantiles, sindicales, empresariales en esta tarea de construcción.  Los centros de estudio, las universidades, los sindicatos, debieran trabajar cátedras libres sobre Integración, donde ir construyendo el trabajo común hacia la unidad regional.

 

    En lo económico, en un proceso de integración son elementos clave a atender en forma simultánea: la soberanía, el valor agregado, el conocimiento, y el mercado ampliado regional de economías, hoy muy parcialmente integradas. Paralelamente, los acuerdos de complementación económica de ALADI deben recuperar centralidad.

 

    Hoy muchos de los gobiernos de la región no muestran interés en defender prioritariamente la unidad regional. La separación de Venezuela de Mercosur ha sido una decisión contra la imprescindible unidad regional que no está basada en las normas y protocolos de defensa de la democracia, sino solo por posiciones políticas intervencionistas. Paralelamente, llama la atención que Argentina haya avanzado en forma independiente hacia un TLC con Chile.

 

 Dilemas del desarrollo y la integración ante un nuevo ciclo de la economía mundial

 

-   América Latina se encuentra ante encrucijadas políticas, económicas y sociales. Se superponen cambios estructurales internacionales y se evidencia la necesidad de analizar y debatir alternativas que deben referirse estratégicamente a un modelo de desarrollo que amplíe la matriz productiva, genere inclusión social y complemente las economías poniendo énfasis en políticas activas públicas para compensar asimetrías intra y extra regionales, que no se resuelven a través en forma automática por los mecanismos de mercado.

 

 -   La región vivió a principios de la presente década un ciclo progresista que combinó cambios positivos en las prioridades políticas y sociales con un intento de los gobiernos de cohabitación con el mercado mundial, con un mayor dimensionamiento de los mercados internos y las prioridades sociales. El ciclo económico expansivo ha finalizado y no existen factores en la economía mundial para prever en el corto y mediano plazo el retorno de un período de auge similar al anterior.

 

-    El período expansivo regional de principios de siglo fue de impulso capitalista y bienestar gracias a términos de intercambio favorables circunstanciales. En el comercio mundial para la producción y exportación de productos primarios y condiciones financieras internacionales favorables. La expansión no se asimiló a un cambio estructural de las prioridades de consumo e inversión, sino a las aspiraciones de un “consumidor popular globalizado” en los países periféricos.

 

 -   La perspectiva del crecimiento económico no se asimiló en el período expansivo a un cambio estructural de las prioridades de inversión de consumo hacia una sociedad menos desequilibrada y más equitativa y sustentable en el uso de recursos naturales limitados, sino a conformar las aspiraciones de un “consumidor popular globalizado” tanto en países centrales como periféricos.

 

-    Ante el crítico cambio de ciclo, es preciso analizar el rol y las condiciones de nuestras economías y de nuestras sociedades. En el mercado mundial. Se plantea reafirmar la especialización en la producción de productos primarios y/o con bajo valor agregado y la meta de convertir a América Latina en un nuevo polo, como cuarta fábrica industrial mundial (junto con EE.UU, Asia y Europa).

 

-    Desconociendo el carácter estructural y duradero de la crisis internacional, el discurso neoliberal sigue planteando que la liberalización es la única base para una expansión económica virtuosa, suponiendo que la apertura irrestricta comercial, económica y financiera generará automáticamente bases para una expansión económica virtuosa. Las repetidas experiencias negativas en América Latina demuestran que esto es un error.

 

  -  En los procesos de integración no se han tenido en cuenta los pequeños productores y pymes en general Pese a que se los menciona en forma reiterada como prioritarios, en realidad están ausentes del foco de atención de las negociaciones, no son consultados, ni se considera sus opiniones, temores y propuestas.

 

ANTE ELLO

 

   - Es preciso clarificar qué es la integración y qué es el desarrollo, y ello abarca conceptos muy amplios: patrón de acumulación, correlación de fuerzas, democracia, distribución del ingreso, estructura social, empleo, bienestar social, participación política, impactos ambientales y culturales. La integración debe ser un proceso dirigido por la política pública en tres aspectos centrales: deuda, inversión, control de recursos estratégicos.

 

   - Deben proponerse políticas y medidas públicas activas para priorizar, impulsar, diversificar y dimensionar la producción con el trabajo regional. Con esta perspectiva, por ejemplo, es necesario transformar políticas de compre nacional en compre regional, pero en forma equilibrada y no asimétrica.

 

  -  Es preciso complementar políticas públicas y programas de: apoyo a la producción de bienes y servicios, encarar obras de infraestructura, la generación de fuentes de trabajo, la investigación y desarrollo, la convergencia de  políticas y legislaciones sociales, la armonización de instancias educativas y culturales, entre otros. Debe avanzarse en forma real y no declamativa hacia una ciudadanía regional.

 

-    Es necesario analizar el rol de América Latina en la economía mundial.  Ello no puede ser contrapuesto al impulso del mercado local y regional, ni a un imprescindible desarrollo armónico de la sociedad que, sin dudas, no puede estar vinculado a un consumismo desenfrenado desequilibrador.

 

-    Es preciso que América Latina desarrolle fluidas relaciones comerciales de complementación con todo el mundo, pero para ello es necesario analizar y discutir qué reformas y medidas se necesitan para equilibrar vinculaciones y superar asimetrías entre países centrales y periféricos y dentro de la propia región.

 

 -   Debe cuestionarse la reiterada afirmación superficial que América Latina requiere abrirse irrestrictamente al movimiento de capitales extranjeros, debido a una supuesta falta de ahorro, cuando lo que se verifica es, por el contrario, una crónica fuga de capitales. .

 

  -  Debe analizarse puntualmente por sector económico y región la necesidad y las condiciones para la inversión extranjera y cuál debe ser el rol de la misma. Debe significar aportes reales de transferencia de tecnología e inclusión laboral para el apalancamiento de un desarrollo sustentable, evitando la disputa por ellas entre nuestros países al ofrecer mayores prebendas y privilegios para obtener su radicación.

 

 -   Debe impulsarse la creación de fondos de desarrollo regionales para Pymes.

 

 Posicionamiento de América Latina y los movimientos sociales ante TLCs y TBIs

 

-    Los Tratados de Libre Comercio (TLC) propuestos por países centrales a países periféricos tienen incorporada una estrategia económica desequilibradora para estos últimos   y sus sociedades. El debate no es entre quienes están a favor o en contra del comercio, sino sobre qué tipo y condiciones de relaciones internacionales se establecen entre países con grados de desarrollo, productividad y competitividad distintos.

 

 -   Europa necesita a América Latina como mercado cuando por la crisis han crecido sus presiones y posiciones proteccionistas. Las economías de ambas regionales han cambiado radicalmente en el último período. No es posible negociar improvisadamente y en forma reservada como hasta ahora. Existe desconocimiento sobre condiciones, concesiones, prioridades e impactos negativos que pueden esperarse.

 

   - Los acuerdos comerciales propuestos por Europa son similares a los TLCs de nueva generación que se han multiplicado a nivel internacional, aun siendo que se los presente con el nombre eufemístico de “acuerdo de cooperación económica”. Los TLC rebajan las prioridades públicas y afectan el rol del Estado. Las cláusulas de propiedad intelectual son peores que las del ALCA.

 

-    América Latina precisa un mayor comercio interno y mayores. Vinculaciones económicas y financieras extrarregionales, incluyendo los con países centrales (Europa, EE.UU. China), relaciones que deben ser equitativas y no asimétricas como impulsan los países centrales a países periféricos a través TLCs .Debe ser un proceso afirmativo y sustentable no inhibidor de una integración y complementación regional independiente.

 

  -  Argentina es en la actualidad el eslabón más débil del Mercosur por el compromiso asumido por su gobierno de priorizar la apertura y desregulación económica y financiera.  Puede ser su dilema irse a la Alianza del Pacífico o quedarse en el Mercosur.  Asimismo, debe reconocerse la incógnita si la burguesía industrial brasileña decidirá sostener como prioridad una estrategia regional o dimensionar prioritariamente sus vinculaciones y presencia extrarregional.

 

-    Se han firmado 400 acuerdos, aunque la OMC (Organización Mundial del Comercio) solo tiene registrados 2/3 de los mismos. La OMC se encuentra en una profunda crisis. La Ronda de Doha está estancada sin terminar y no solo con pocas posibilidades de ser destrabadas, sino también con posiciones de negociación desbalanceadas negativamente en relación los países y sociedades menos desarrolladas. No se ha cumplido el compromiso de convertir Doha en la “ronda del desarrollo”.

 

 -   Se estima que hay hoy en el mundo más de 2000 acuerdos o tratados bilaterales de inversión (TBIs). El paradigma de la no restricción ha quedado instalado .Al no existir acuerdos multilaterlaes de inversión, avanzaron los TBIs para proteger y brindar condiciones  de privilegio para  el  tratamiento de conflictos de los inversores extranjeros con los Estados, subordinando   la soberanía jurídica de cada país a instancias supranacionales cuestionadas por  la falta de garantías de parcialidad y enorme costo.

 

 -   Los cambios comprometidos por los países desarrollados en relación a las patentes para los medicamentos genéricos no se han concretado. No se cumplen acuerdos que benefician a los países periféricos, pero sí se exige a estos el cumplimiento de las exigencias de los países centrales. .

 

 -   El fenómeno del crecimiento de microemprendimientos a nivel global es un signo también de la precariedad del sistema laboral en una economía globalizada expulsora de empleo consistente.

 

-    En relación a la OMC, la opción no es proteccionismo vs libre comercio, sino exigir condiciones concretas para alcanzar la promesa de priorizar la atención al desafío del desarrollo de las economías más débiles que se prometió a comenzar la Ronda Doha.

 

-    Los países desarrollados exigen aplicación de los principios de “nación más favorecida”, pero los menos desarrollados deben unirse para exigir un “tratamiento especial y diferencial” para regiones y países siendo que las brechas entre países centrales y periféricos se han seguido profundizando.

 

 ANTE ELLO

 

-    Deben analizarse aspectos clave como condiciones y necesidad de desconexión para lograr impulso a la producción local, tecnología. Estructura del consumo, reformas de sistemas financieras, asimetrías internas y convergencias macroeconómicas

 

-    Debe impulsarse una multilateralización progresiva de tratados entre los países latinoamericanos. Los TLCs firmados por los países latinoamericanos son una maraña compleja que no ayuda a la complementación regional y, por el contrario, inhiben la planificación y coordinación de políticas activas económicas, sociales y financieras.

 

-    Es imprescindible reclamar el cumplimiento del compromiso asumido por los países centrales en la OMC de vincular el comercio con él    Ha surgido en el último período la atención a nuevos temas como el comercio electrónico que se presentan como de oportunidad para las Pymes, pero ocultan concesiones a grupos multinacionales que imponen la internacionalización de sus negocios utilizando la opacidad de marcos jurídicos y sistemas impositivos 

 

  -  Debe exigirse el fin del secretismo, transparencia de negociaciones y la participación previa parlamentario y de sectores económicos y sociales a ser potencialmente a ser influidos por la mayor apertura económica y comercial. El ejemplo de la movilización en Uruguay al conocerse el TISA es buen ejemplo de la importancia de ello.

 

-     Deben exigirse estudios detallados de impactos generales, regionales, nacionales y sectoriales de negociaciones comerciales y económicas en marcha con la Unión Europea. Estos deben ser puntuales y especializadas con la participación y consulta prioritaria a los actores económicos y sociales.

 

 -   Es imprescindible analizar los aspectos cualitativos y cuantitativos para no enfrentarse al hecho consumado de la firma de un acuerdo contra reloj, para dejar a los Parlamentos Nacionales únicamente con la   alternativa de aprobarlo o rechazarlo en forma completa.

 

  -  Se deben atender temas críticos tales como seguridad alimentaria para avanzar hacia la soberanía alimentaria, liberación de patentes para la salud, condiciones de trabajo, igualdad de género, entre otros.

 

    Situación regional e integración financiera

 

 -   La situación financiera debe analizarse desde una perspectiva latinoamericana y no solo nacional. Existe una tendencia general al deterioro de las balanzas de pago y fiscales, siendo que sus características especulativas, su grado de extranjerización y concentración desplazan su rol dinamizador productivo, del consumo y la inversión.

 

-    La crisis de 2008 puso en cuestión las regulaciones bancarias y para los movimientos de capitales vigentes, pero no ha habido cambios en ellas y han vuelto manifestarse las mismas tendencias regresivas que llevaron a la gigantesco desmoronamiento, aun en un grado mayor que entonces.

 

-    Es necesario analizar y debatir el rol de la inversión extranjera, sus condiciones y beneficios. Es grave la inexistencia de diferenciación entre inversiones productivas y las especulativas. No debe garantizarse en forma automática igual trato nacional al capital extranjero, en tanto ello puede impactar en las condiciones de competencia y rentabilidad en forma desigual.

 

 -   En la región subsisten tres problemas modales crecientes, por el aumento de los déficit de las balanzas de pago, por la  financiarización de las economías y la ausencia de limitaciones adecuadas a la apropiación de rentas financieras, agropecuarias y extractivas han obstaculizado seriamente el proceso de integración financiera, y por la alta exposición a movimientos especulativos y fugas de capitales,

 

-    Asimismo, la problemática financiera se profundiza por el crecimiento de la concentración de excedentes e ingresos; la “captura de controles” por parte del propio sector financiero, y por la permisividad en los movimientos que ha dado lugar a la multiplicación de la especulación y la fuga de capitales.

 

 -   Subsiste la necesidad de analizar experiencias vividas respecto de la inadecuación de las estructuras burocráticas estatales a las líneas trazadas por los gobiernos democráticos para poner el sistema financiero acorde a las necesidades y prioridades públicas y no solo privadas.

 

  -  A lo largo de la última década se plantearon iniciativas positivas englobadas en forma genérica en la denominación enunciativa de “una nueva arquitectura financiera” (Banco y Fondo del Sur, Sucre, intercambio con monedas locales, swaps, etc.) buscando avanzar hacia una mayor interrelación y menor dependencia del dólar de EE.UU. Los intentos chocaron bien con falta de impulso y definición propios de los gobiernos y/o la oposición directa o indirecta del sistema financiero internacional.

 

 -   La relación deuda/PBI puede parecer no ser preocupante, pero el raudo crecimiento del endeudamiento preanuncia una perspectiva peligrosa. Está abierto el interrogante sobre el tiempo que puede sostenerse el nuevo ciclo de endeudamiento público y privado externo creciente intensivo.

 

  -  Los tratados de libre comercio y las negociaciones en la OMC no deben incluir capítulo alguno sobre servicios financieros. La exigencia de mayor liberalización financiera es enormemente perjudicial para los países periféricos.

 

  -  Los Acuerdos de Basilea no sirven para evitar quiebras bancarias por insolvencia y caída de pirámides especulativas generalizadas. La regulación exclusivamente microprudencial de corte neoliberal propuesta debe ser cuestionada y revalorizar el asentamiento con consistencia, eficiencia y efectividad a las regulaciones macroprudenciales.

 

-    Debe plantearse una mayor independencia monetaria y financiera regional. Es esencial revalorizar el rol de los bancos centrales y la banca pública para la defensa de los intereses nacionales y las prioridades económicas y La “independencia” de los bancos centrales se confunde con su subordinación a intereses y la protección privilegiada de sectores financieros concentrados.

 

    Es posible vaticinar que la prolongación de la crisis global en la lógica de liberalización conduce a una nueva crisis que puede tener enorme impacto en América Latina.

 

    ANTE ELLO

 

  -  Es imprescindible analizar el nuevo marco financiero de América Latina y el vínculo entre el nuevo ciclo y el endeudamiento creciente.

 

  -  Es preciso analizar las condiciones para asentar el ahorro en monedas locales y su relación con   necesidades de crédito para el consumo y la inversión

 

 -   Es preciso dar una batalla cultural y programática intensa en los temas financieros. Estos tienden a ser vistos como ajenos a los movimientos políticos y sociales progresistas o, falsamente, de una complejidad solo abarcable por banqueros y gurúes financieros. Sus actores, normas, condiciones y mecanismos deben ser estudiados y analizados con seriedad y con el mayor detalle.

 

 -   Deben encararse estudios sistemáticos sobre los flujos de capitales de la región y la multiplicación de mecanismos de evasión y elusión impositiva a través de la utilización de guaridas fiscales y mecanismos y prácticas no transparentes.

 

  -  El Foro saludó la conformación del Centro de Estudios Estratégicos de Integración Financiera (CINFIN), nacido tras el primer encuentro de noviembre pasado, con el fin de generar un pensamiento estratégico a nivel regional, que coadyuve a la producción, coordinación y armonización en materia de políticas públicas financieras en la región.

 

   - Asimismo encomendó al Centro, contribuir, mediante el análisis permanente, a la identificación de desafíos, factores de riesgo y amenaza, oportunidades y escenarios relevantes para la integración financiera, en el presente como en el mediano y largo plazos; así como promover la construcción de una visión compartida que posibilite el abordaje común en materia de integración financiera, de los desafíos, factores de riesgo y amenaza, oportunidades y escenarios previamente identificados.

 

 -   Se torna necesario, además, coadyuvar en la identificación de enfoques conceptuales y lineamientos básicos comunes que permitan la articulación de políticas en materia de integración financiera regional.

 

Finalmente, el Foro instó a los organizadores a difundir las presentes. Conclusiones y propuestas a los Congresos Nacionales y el Parlasur, a los Poderes Ejecutivos, Bancos centrales, movimientos sociales y opinión pública en general.

 

(Relatoría a cargo de María Eugenia Correa, Guillermo Wierzba, Jorge Marchini y María Luisa de Paz)

 

https://www.alainet.org/es/articulo/186766?language=en
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