Poderes fácticos: ¿quién gobierna realmente?
- Opinión
Quien piense que el poder radica en el Estado, con sus funciones: Ejecutiva, Legislativa, Judicial, y ahora de Participación Ciudadana, que son ellas las que nos gobiernan, desconoce que hay poderes a la sombra, que son los que imponen sus agendas a los gobiernos, y pueden controlar en gran medida el funcionamiento del Estado…
Aunque no están contemplados en la organización estatal, y no son poderes formales, jurídicamente regulados, son ostentados y ejercidos de facto por individuos o grupos para defender intereses económicos y sociales de carácter particular dentro de la comunidad política.
Los poderes fácticos, son actores estratégicos que actúan en la sociedad, con suficiente poder para alterar el orden público, impulsar o detener el desarrollo económico o, en general, afectar la marcha de la sociedad, ya sea porque poseen bienes de producción determinantes, mueven organizaciones de masas, tienen influencia sobre la maquinaria administrativa del Estado, manejan las armas o poseen la capacidad de diseminar con fuerza ideas e informaciones sobre la sociedad.
Generalmente son considerados como tales los poderes del dinero, de la prensa, de las iglesias, y de las armas –los estamentos militares-, ya que la gente y organizaciones que están tras ellos, tienen el poder suficiente para afectar o permitir la gobernabilidad, (grupos de presión), pero también hay grupos de tensión, como los nuevos movimientos sociales, ciertas organizaciones no gubernamentales (ONG) e incluso las mafias y otras entidades que tienen potestades que no están previstas ni autorizadas por la ley pero que no por eso son menos eficaces ni menos influyentes a la hora de la toma de las decisiones en la vida social.
A lo largo de la historia, los poderes fácticos han demostrado tener mucha fuerza, ya sea como poderes de promoción de ideas o iniciativas, o como poderes de disuasión o de intimidación sobre las autoridades estatales.
Generalmente permanecen en la penumbra. Condicionan el ejercicio de la autoridad política, moldean la opinión pública, ejercen influencia sobre el pensamiento y la acción de las personas para proteger los intereses comunes de este poder en la sombra.
Se erigen como clase dominante y todopoderosa, realizan alianzas tácticas entre ellos para lograr sus objetivos. (Recordemos que el exPresidente Correa solía aludir a la Bancocracia, la unión entre los grupos empresariales y la prensa), hasta el punto que el poder formal del Estado, es decir el gobierno, no pasa de ser sino un “consejo de administración” al servicio de sus intereses.
Aunque son invisibles, no por eso son menos reales.
Fue el marxismo el que los descubrió y denunció, afirmando que pertenecen a quienes son propietarios de los medios de producción, que imponen de hecho su voluntad sobre un conglomerado social, pero que además inspiran las leyes en virtud de las cuales asumen también privilegios de Derecho, lo que los vuelve más poderosos.
Así que amable lector, la próxima vez que escuche sobre los poderes fácticos sabrá que se están refiriendo a “la mano invisible que gobierna el mundo” como los definiera el escritor español Joaquín Estefanía.
Paulina Andrade A.
Educomunicadora