Latinos: ¿Para qué se van o se quedan?
- Opinión
1ª parte
En un intento de considerable entrega a la investigación, Enrique Martínez Curiel, egresado de la Universidad de Guadalajara, se adentra en la vida de familias que cruzaron la frontera con el imperio y viven allí el crecimiento y desarrollo escolar de sus hijos. A la vez contacta con otras, que quedaron en México y tienen un proceso también de vida familiar y social a observar. La importancia del estudio trasciende por su hondura, las fronteras mexicanas, al involucrarse en este grave asunto de la migración, miles de personas provenientes de Centroamérica y el Caribe, pero también de Sudamérica y otros rumbos del Planeta.
Su libro: Los que se van y los que se quedan. Familia, migración, educación y jóvenes en transición a la adultez, en contextos binacionales. (1) es un arduo empeño por desvelar que ocurre con los niños y adolescentes que acompañan a sus padres, hermanos u otros parientes a la Aventura de buscar un mundo mejor para vivir, atraídos por lo que se expresa en los medios del cada vez menos reconocible “milagro Americano”. Contrasta estos resultados, con lo que ocurre a quienes deciden continuar su periplo vital en su tierra, en este caso Ameca, Jalisco.
Así, la 2a generación de familias avecindadas en E. U. (California) es su materia de estudio. En su natal Jalisco, analiza a quienes, de esas familias se quedaron en Ameca, pueblo natal de todos. La descripción de la metodología para la investigación, la cuidada construcción del método, la fuente y el acceso a la información, así como la descripción de las encuestas diseñadas para todos los involucrados (en especial padres e hijos) denotan seriedad y dedicación para lograr un trabajo sólido, que trasciende el deber etnográfico que se propuso el autor –al menos eso parece, porque no le conozco ni he conversado con él por ningún medio-.
La tarea que se impone, apoyado en estudios previos de connotados investigadores, que sin embargo no llegan hasta donde él logra llegar, le introduce en el conocimiento del contexto socio-cultural y demográfico de Ameca, el impacto de la crisis económica en México y sus efectos en la tarea educativa, culminando en este proceso con un recordatorio histórico de la migración en Ameca, producto de las vicisitudes provocadas por el movimiento revolucionario (1908-23), el reparto agrario y las deportaciones (1924-40), los llamados braceros, que fue una etapa muy especial en la migración, por urgencia de brazos para trabajar en la agricultura y otras actividades en el vecino país (1942-64), para culminar su periplo en la crisis de 1995-2008.
Considera, dentro de sus conclusiones previas, que el Programa Bracero de Ameca “consolidó el proceso migratorio y maduró las redes sociales que habían establecido los migrantes pioneros, logrando que tuvieran una diversidad de opciones de trabajo; mucho de ello se debió a la migración indocumentada y a los que pudieron obtener su residencia legal, ya que estos tenían más movilidad que la fuerza de trabajo contratada legalmente”. (págs. 128-29) Tal situación “ayudó a una migración familiar cada vez más mayoritaria que favorecería el tránsito y establecimiento de la migración…”.
Apreciaciones que pueden aplicarse al contexto nacional y Regional se anotan en estos considerandos conclusivos: “Las redes sociales establecidas al término del periodo bracero jugaron un papel importante para que la migración amequense siguiera su marcha y pudiera consolidarse en la comunidad de origen una cultura que impulsaría aún más ese flujo migratorio”. Razones de peso se aducen como: “La crisis Agrícola, el estancamiento del salario del obrero azucarero a consecuencia de la caída vertical de la rentabilidad de la industria azucarera nacional (1966-1971), la incapacidad del Sistema económico mexicano de dar ocupación permanente a la creciente población desempleada, junto con la gran oferta de trabajo en Estados Unidos y las devaluaciones del peso mexicano, dieron como resultado un crecimiento significativo de la migración… primordialmente obrera y campesina, factores que representaron el despegue definitivo del flujo migratorio internacional respecto del flujo interno”.
“Los cambios en las leyes de inmigración y el reforzamiento de la patrulla fronteriza han obligado a obreros y campesinos a establecerse en su comunidad de origen; la migración indocumentada se ha detenido considerablemente” afectando aún más las condiciones de vida, no solo en Jalisco sino en todo el territorio nacional. Esta situación, con variantes de mayor gravedad como el acoso policiaco a los indocumentados, persiste y hace complicado el sostenimiento de esos grupos al interior del territorio estadounidense, siendo motivo de deportaciones masivas y otras amenazas, cotidianamente expresadas por el gobierno de E.U.
La red consular de México se empeña en resguardar los derechos humanos de los migrantes -cualquiera sea su situación migratoria- pero su tarea, de por si ardua e inacabable, precisa de mayores apoyos, de toda índole, por parte de las altas autoridades mexicanas para dar una mayor cobertura a quienes prestan su fuerza de trabajo para el confort estadounidense.
En otro apartado de su interesante investigación, Martínez Curiel se adentra en la vida familiar, cultura de la educación y relaciones paterno familiares, tanto en el lugar de origen como en los residentes en California. En este caso echa mano de herramientas elaboradas, considerando criterios de autores como Alejandro Portes y Rubén G. Rumbaut. Este, en 1997 escribe en International Migration Review, un ensayo relativo al tema “Assimilation and its discontents: Between rhetoric and reality”. Acude el autor a él, como profesor de la Universidad de California. Ver: https://scholar.google.com/citations?view_op=view_citation&hl=en&user=laF6r2QAAAAJ&citation_for_view=laF6r2QAAAAJ:5VjbC5aozO0C
Las conclusiones, presentadas en sendos cuadros estadísticos, que ocupan una buena parte del libro que consta de 339 páginas, dan clara imagen de las diferencias mostradas por quienes emigran y aquellos que se mantienen en su origen. El autor recoge conclusiones de Portes y Rumbaut que encuentran en familias de inmigrantes mexicanos o de otro origen, que los hijos de familias biparentales registran aspiraciones educativas mayores a los de familias monoparentales o sustitutas, de allí que se considere fundamental la presencia de los dos padres biológicos para desarrollar en los hijos aspiraciones positivas. También se aprecia que las familias de estratos sociales bajos, presentan menores aspiraciones que las de estratos medios. Por género, las mujeres tienen mayores aspiraciones para terminar la universidad que los hombres.
Se corroboran consideraciones de la pedagogía que afirma, cuando el trípode de la educación funciona en grande, con una comunicación continua y regular entre padres e hijos, un nivel escolar de los padres por arriba de 12 años de preparación, apuntalados por el docente, con supervisión de los trabajos escolares en casa, apoyo y transmisión en el hogar de la cultura y los valores, las aspiraciones de niños, adolescentes y jóvenes son de mayor nivel. Ver: Barceló́ Rodríguez, V. M. (2013). El Trípode de la Educación. Puebla: El Colegio de Puebla.
Cuando se hacen apreciaciones similares, con instrumentos de investigación preparados especialmente, permiten apreciar como los factores estructurales y de tipo familiar, impactan diferenciadamente en las aspiraciones educativas de los jóvenes y adolescentes que radican en Ameca/Jalisco. Son múltiples los factores que propician e impulsan altas aspiraciones educativas, tantos como los que las bloquean y obstaculizan. Cuentan especialmente el ambiente familiar y la atmósfera emocional tanto como la económica, para que los adolescentes y jóvenes se encausen por rutas de alta preparación escolar. Las aspiraciones se van modelando en base a los niveles de exigencias, libertades, limitaciones, desinterés, compromisos, solidaridad y grado de emotividad que los padres establecen con sus hijos.
A esa edad los jóvenes están definiendo su identidad y sus intereses y afiliaciones sociales. Elementos clave para prepararse a una vida de adultos exitosos. El bajo rendimiento escolar se asocia con una madre con poca educación escolar. El estudio de caso que nos ocupa llega a precisar que “el sistema escolar en México elimina a las clases desfavorecidas, muestra de ello son los bajos niveles de rendimiento escolar y, sobre todo de deserción que presentan los adolescentes de las clases populares” (Pág. 203). A partir de ello se abre discusión sobre la crisis del sistema educativo en el país, viendo como juegan los factores estructurales y familiar en el rendimiento escolar. Los jóvenes están desorientados y por ello la tendencia a desertar de la escuela. En el estudio se confrontan estos síntomas con lo que ocurre con las familias que viven al otro lado de la frontera. ¿Será el sueño americano producto del ambiente existente o tienen que ver factores similares a los vistos hasta ahora? (Continuará)
Nota
(1) Martínez Curiel Enrique. “Los que se van y los que se quedan”… Universidad de Guadalajara. Centro Universitario de los Valles. 2016.
Los Ángeles, California-11/junio/2017
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com .
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