Plan Marshall: 70 años atrás se implementó un salvataje europeo que perjudicó a la Argentina

06/06/2017
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
george-marshall.jpg
George Catlett Marshall
-A +A

El 6 de junio de 1947, 70 años atrás, el gobierno de los Estados Unidos de América aprobó el European Recovery Program (ERP), diseñado en el Departamento de Estado por los funcionarios William Lockhart Clayton y George Frost Kennan pero conocido como “Plan Marshall” dado que el titular de esa cartera, el general George Catlett Marshall fue el responsable de su instrumentación, habiendo sido su promotor el senador republicano Arthur Hendrik Vandenberg.

 

La iniciativa tuvo como objetivo realizar un salvataje de las economías europeas destruidas durante la Segunda Guerra Mundial para evitar los avances que estaban registrando los partidos comunistas, sobre todo en Francia e Italia como que en las elecciones convocadas por el general Charles André De Gaulle el 21 de octubre de 1945 el Partido Comunista francés se convirtió en la primera fuerza con el mayor número de diputados, mientras que tras las elecciones en 1946 el Partido Comunista italiano fue parte del gabinete nacional.

 

En 1947, ante la presión del presidente estadounidense Harry S. Truman y su secretario de Estado, el general Marshall los gobernantes europeos se vieron obligados a romper lazos con los comunistas y, como contrapartida, así se les prometió una salida a sus crisis económicas y financieras mediante la implementación de un programa de salvataje en el marco de la puesta en marcha por Truman de su política de “Contención del comunismo” dada a conocer tres meses antes de la aprobación del llamado “Plan Marshall”.

 

Su instrumentador precisó al respecto, al anunciar el Plan, en la Universidad de Harvard el referido 6 de junio de 1947, que “Su objetivo debe ser la vuelta a la vida de una economía operante en el mundo, de forma que permita la aparición de condiciones políticas y sociales en las que puedan existir instituciones libres”.

 

En julio se creó el Comité Europeo de Cooperación Económica (CECE) que en septiembre presentó el “Informe de París” que señaló cuatro objetivos: 1) aumento de la productividad agrícola e industrial hasta alcanzar los niveles de antes de la guerra; 2) estabilidad financiera; 3) cooperación económica entre países participantes y 4) solución al problema del déficit en dólares estadounidenses a través de la expansión de las exportaciones, los cuales fueron aprobados por el Congreso de los Estados Unidos el 3 de abril de 1948 mediante el “Programa de Recuperación Europeo” que incluyó a 16 países y dejó fuera a España y Finlandia y cuya pronta instrumentación se debió a la toma del poder en febrero de ese año por los comunistas en Checoslovaquia.

 

Entre abril de 1948 y junio de 1951 el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte recibió u$s 2.826 millones (en 1946 los británicos ya había obtenido un préstamo por u$s 3.700 millones) , Francia 2.444,8, Italia 1.315,7, la entonces República Federal Alemana 1.297,3, los Países Bajos 877,2, Austria 560,8, Bélgica y Luxemburgo, en conjunto, 546,6, Grecia 515,1, la Unión Europea de Pagos (UEP) 350, Dinamarca 257,4, Noruega 236,7, Turquía 152,5, Irlanda 146,2, Suecia 118,5, Portugal 160,5, Trieste (luego dividido entre Italia y Yugoslavia) 29, e Islandia 23,7, a lo que hay que agregar 29 a Yugoslavia que no integraba el Plan Marshall y 101,4 millones para la transcontinental asiática y oceánica Indonesia, entonces colonia de los Países Bajos.

 

Esas cifras, para estimarlas, hay que tener en cuenta que en 1953 llegaron a u$s 13.150 millones, que considerando la pérdida del poder de compra de la moneda estadounidense a lo largo de 70 años para tener una idea actualizada de las mismas se las debe multiplicar por algo más de 40 veces.

 

De esa manera el gobierno de Truman avanzó hacia lo que el británico Winston Leonard Churchill definiera como “la Cortina de Hierro” entre el occidente capitalista y el oriente comunista liderado por la ex Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que marcó los límites de la llamada “Guerra Fría” y en ese sentido las primeras ayudas fueron para Grecia y Turquía ante la posibilidad de que esos países también adhiriesen al bloque comunista de Europa Oriental.

 

 

 

 

 

Propaganda en calles europeas

 

Frente a los efectos negativos de la Directiva JCS 1067 de ”ocupación punitiva” del mismo Truman, algo anterior, Marshall logró su reemplazo por la JCS 1779 alegando cuestiones de “seguridad nacional” frente al mencionado avance de los comunistas ya que la anterior establecía impedimentos para favorecer una recuperación económica de Alemania, y hasta forzaba la destrucción del 50 por ciento de su capacidad industrial, lo cual contaba con el respaldo del gobierno francés encabezado por el socialista Vincent Jules Auriol.

 

Con el Plan Marshall se dejaron de lado las políticas anti alemanas que habían contado con la promoción del “Plan Morgenthau” del entonces secretario del Tesoro estadounidense Hans Joachim Morgenthau, y del banquero francés Jean Monnet quién, luego, en una postura contraria, siendo funcionario de la administración gaullista propuso la creación de la Comunidad del Carbón y del Acero devenida con los años en la actual Unión Europea (UE).

 

 

En 1951, como estaba acordado, finalizó el Plan Marshall que había fortalecido la recuperación europea que registró un fuerte crecimiento industrial y hasta superó la producción agrícola de pre guerra y se estableció una adecuada distribución del ingreso en base al “Estado de Bienestar” desarrollado por el economista bengalí William Henry Beveridge, decano de la Universidad de Oxford.

 

Alemania fue el único país obligado a devolver los fondos recibidos pero mediante posteriores negociaciones sólo reintegró el 16,9% y, además, mediante una renegociación de 1956 sólo se vio obligada a pagar el conjunto de deudas contraídas con los superávits de su comercio exterior en algo parecido al “Acuerdo Romero” de 1893 entre la Argentina y sus acreedores.

 

Japón, el otro gran derrotado durante la Guerra quedó fuera del Plan Marshall hasta que al iniciarse el conflicto con China en la Península de Corea, en 1952, el ejército estadounidense adquirió 5.000 camiones a la empresa Toyota, salvándola de la quiebra y empujando la reactivación económica de ese país.

 

Los Estados Unidos y Canadá fueron los únicos beneficiarios de la venta de bienes primarios a los europeos en el marco del Plan quedando, deliberadamente fuera la Argentina que perdió sus mercados en el Viejo Mundo con excepción de la España franquista que había sido deliberadamente marginada, en tanto que Francia y los Países Bajos dilapidaron buena parte de la ayuda en operaciones militares destinadas a frenar la independencia de sus colonias, mientras los propios Estados Unidos derivaron fondos para la Central de Inteligencia Americana (CIA).

 

 

Sello utilizado en los paquetes de la ayuda entregada a través del Plan Marshall.

 

El deterioro del comercio exterior con Europa generó serios problemas para la economía argentina entre 1949 y 1951, a lo que se sumó un largo período de sequías que popularizó el consumo de pan negro elaborado en base a centeno, pero lo hecho por el presidente Truman no pudo sorprender al gobierno argentino de Juan Domingo Perón ya que al implementarse el ERP visitó el país el ex secretario de Marina estadounidense, Herman Struve Hensel, quién descartó la adquisición de bienes locales porque los Estados Unidos “no era una agencia de rescate” y protegía los intereses de sus productores locales de alimentos. Una declaración que entonces dejó pasmado hasta a su propio embajador en la Argentina, George Strausser Messersmith.

 

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/185979?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS