Educación para romper la dependencia (II)

16/05/2017
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Si el fin de la tarea educativa es avanzar hacia una educación de excelencia -que no es otra cosa que poner a niños, adolescentes y adultos en sintonía con el cambio, hacia una situación de bienestar colectivo- es pertinente alejarla de las tendencias “modernizadoras” que le colocan solo como factor de éxito en el mercado que mueve la economía planetaria, a lo que no somos ajenos en la Región.

 

De aquí surgen los continuos conflictos de docentes y estudiantes con la autoridad, por lo general alineada al apoyo de la economía de mercado –impuesta desde los 80s por los organismos financieros internacionales- en una visión corto placera que cubre lo efímero de un período de gobierno que, puede alargarse 8 a 10 años, cuyas políticas públicas se dejan sentir en la pobreza y la enorme distancia, entre los servicios a los pocos, pero poderosos y sus familias, frente al trato a la inmensa mayoría del pueblo, que sufre de atenciones mínimas en materia de salud y educación.

 

De allí que urjan políticas públicas para formar en el niño y el joven, las competencias para ser el adulto ciudadano capaz de entender la geopolítica actual y actuar en consecuencia. Solo con esa formación libre, el ser humano logrará gobiernos que “gobiernen obedeciendo” los mandatos sociales y sean capaces de coadyuvar, unificadamente con sus pueblos y otras naciones, en el rescate de las regiones –como la nuestra- hoy sometidas a la dependencia más brutal que se conozca.

 

En las condiciones actuales, dada la poca importancia que se otorga a la educación –no más allá de formar amanuenses para la gran empresa transnacional- las dirigencias gubernamentales impuestas a los sectores educativos de nuestros países, por lo general no tienen ni idea de que la educación es el pivote para el crecimiento y desarrollo autónomo de los pueblos y comunidades. Por otro lado, no les interesa porque ello iría en detrimento del sistema económico-social vigente, de entreguismo total a los designios de los grandes países para controlar toda la vida de nuestras naciones.

 

Estamos tan gravemente afectados en materia educativa, que hay naciones –dos de las más importantes por su dimensión económica- en que sus jefes de estado y de gobierno utilizan vocablos fuera de lugar y sus secretarios o ministros de educación, mantienen un discurso plagado de palabras incompletas o mal usadas, dando un pésimo ejemplo de cómo manejan áreas de gobierno que estuvieron en manos de personalidades como: Andrés Bello, Gabino Barreda, Domingo F. Sarmiento, Justo Sierra, Eugenio María de Hostos, Félix Varela, José Vasconcelos, Alfredo Aguayo y hasta el español universal José Ortega y Gasset. Ver: http://web.cortland.edu/matresearch/EducLatinoamer2012.pdf

 

No le hacen favores a nuestros países, presidentes que dicen “resolvido” en vez de “resuelto” en un discurso programado, o son disléxicos y secretarios que escribe “Festíbal” , con “b” y acento o no saben ler en lugar de leer. No es casual el mal hablar y pronunciar de mandatarios que, además, también gobiernan muy mal, junto a sus ministros o secretarios y asesores con incapacidades crónicas.

 

Son presidentes electos, mediante campañas con promesas falsas, contrarias a decisiones ahora tomadas. Embisten contra todo lo que suene a nacional, incluso la educación pública, obligatoria y gratuita en todos sus niveles, de la que estamos orgullosos todos los que integramos las naciones de la Región. Lo único que buscan es convertirla en un negocio permanente, para quienes integran esos grupos privados que no se sienten latinoamericanos ni caribeños y que vociferan en algunos países que la “educación pública, no va más”. En muchas naciones, mediante pactos vergonzantes, el Congreso, que teóricamente representa la opinión y debe consultar sus decisiones con quienes le eligieron, se convierte en aliado vergonzoso, pero bien pagado, del gobierno en turno, apoyando sus consignas y determinaciones convertidas en leyes, que trastocan grandes triunfos de los pueblos, en torno al rescate de su soberanía –el caso del petróleo en México y otras naciones-.

 

Se vuelven ignorantes respecto a que la Educación Pública, siempre fue mucho más que la privada. Que sus hombres más importantes por los servicios a las naciones, surgieron de ella. Los profesores –nuestros profesores- fueron los mejores y vivían en el respeto a sus calidades humanas y del conocimiento. Pero hoy, mediante las pruebas estandarizadas que responden a intereses y preparaciones de unos cuantos países hegemónicos, se comparan los rendimientos, de unos países –para los que fueron hechas- con otros que cometimos el error de vincularnos a organismos en que no cabemos, así como a la escuela privada con la enseñanza pública, llevando a fraudulentos resultados, en el ánimo de seguir minando a la escuela pública, que contra viento y marea mantiene su esquema de preparar a niños, jóvenes y adultos para el cambio, para una vida plena en la libertad y la autonomía.

 

La tendencia es clara y aberrante, llegar a lo que hacen en muchísimos países del mundo desarrollado, o sea, una cobranza desmedida para empresas educativas, que hacen el negocio de la enseñanza privada, en todos sus niveles. Entretanto, se le retacean recursos a la escuela pública, exigiendo pruebas a los docentes, generalmente de temas no considerados en su educación normalista, ni en su formación continua, cargadas de falsedades, para discutir en base a esos resultados, la excelencia de nuestra enseñanza pública, gratuita y obligatoria. No se toma en cuenta que nuestros artistas, poetas, escritores, científicos, profesionales de las universidades públicas de la Región, fueron y son distinguidos en el mundo y varios de ellos ganaron el Premio Nobel. A la vez, con alumnos del sistema público, esos docentes ganan concursos de Matemáticas y de Ciencias –como la Mecatrónica y otras- fuera y dentro de nuestros países.

 

Pero los años en que los formados en las escuelas públicas copaban el servicio público y se hacías grandes esfuerzos por responder a las necesidades sociales de toda especie, están rebasados. Hoy, la gran mayoría de altos funcionarios de nuestros países, estudiaron en la escuela privada –nacional o transnacional- y no desarrollan criterios lógicos en su especialidad, mucho menos en su actividad pública.

 

El sistema perverso pretende privatizar diversos programas: educativo, de salud, Jubilatorio, y todo lo que tenga un valor económico, rentable (petrolíferos, minas, agua) para distribuir entre: multinacionales, funcionarios de los tres poderes de gobierno, sindicatos corruptos y los partidos políticos ungidos al yugo con prebendas y recursos, cómplices directos de planes, predeterminados fuera de la Región. Por supuesto no se consideran los daños al ambiente y a las formas de vida de los pueblos originarios.

 

La democracia subsiste sin ley, sin Justicia, sin Congreso, sin dirigentes obreros y sin seres humanos, que sepan pelear –juntos- por sus derechos. Sólo nos usan para que legitimemos una elección, generalmente fraudulenta. Pero los órganos que se consideran autónomos para vigilar y validar elecciones, cada vez caen más en manos de la corrupción y las componendas. http://barometrolatinoamericano.blogspot.mx/2017/05/la-educacion-en-los-tiempos-de-macri.html

 

La educación de los pueblos de la Región tiene que enfrentar situaciones de alta gravedad. Coincido con Carolina Vásquez: “Se ha destruido la visión humanista y hemos perdido toda noción de comunidad”. Es pronta y precisa la expresión, pero insume dolencias terribles en el seno de los pueblos y comunidades de Latinoamérica y el Caribe. La pérdida de valores y de sensibilidad humana es el mayor de los problemas. Ver: . http://barometrolatinoamericano.blogspot.mx/2017/05/se-perdieron-el-rumbo-y-la-empatia.html

 

La realidad está llevando a recrear “El Leviatán”. En dicha obra, ya clásica, Hobbes, en su metáfora del Estado moderno, considera al “hombre” –la obra más excelsa de la naturaleza- como un ser prácticamente malo. Podía conocer pasiones de otro hombre porque conoce las propias (el deseo, miedo, esperanza y otras). La naturaleza recreó a los seres humanos con tipologías similares, de cuerpo y mente. Hay diferencia cuando dos hombres quieren lo mismo y se vuelven enemigos. Hay tres cosas por la que el hombre pelea: la competencia (ganar), la diferencia (seguridad) y la gloria (reputación). El hombre lobo del hombre. Ver: https://www.clubensayos.com/Informes-de-Libros/Leviatan-De-Thomas-Hobbes/261270.html

 

Por ello cuando a la solidaridad y la empatía se anteponen el interés personal, la preeminencia de un sistema de creencias políticas o religiosas y la búsqueda del éxito -expresado fundamentalmente en términos materiales- resulta forzosa la pérdida de sensibilidad humana ante los otros; la energía se enfoca en la obtención del bienestar individual, como fenómeno presente en toda comunidad humana, si bien en distintos grados, derivando de sus niveles culturales y educativos.

 

Para quienes poseen riquezas, quienes menos tienen presentan actitudes más agresivas y crueles. No es así, las comunidades más pobres acostumbran ser las más solidarias. Las une su vecindad diaria, sus requerimientos compartidos y una visión muy real de sus penurias. De ellas surgen los mayores desafíos, ante generaciones de jóvenes sin oportunidades de todo tipo, ansiosos de un rumbo hacia su desarrollo. Entre esos caminos están algunas de las rutas más peligrosas para la estabilidad de las naciones. Pero pareciera que eso no importara, ante la urgencia de mantenerles bajo control -a través del vicio, la drogadicción, el narcotráfico o la delincuencia organizada- las rutas más accesibles ante la falta de una educación de excelencia que les encause al crecimiento personal, espiritual y económico.

 

Es evidente que la violencia presente en el mundo, transforma las relaciones humanas. El contexto global, aun cuando parece lejano y ajeno, influye de manera cada vez más importante sobre las naciones más débiles. La creciente tensión mundial y los conflictos en países de la Región, inciden en un pesimismo colectivo y en una visión superficial de los motivos de las crisis internas, como si estas pudieran resolverse con fórmulas importadas. Eso lleva a la aplicación fácil de “recetas” de toda índole, que no resuelven los asuntos para los que se aplican, pero si permiten el enriquecimiento de unos cuantos.

 

Los sistemas sociales que se aplican en la Región, fueron diseñados para controlar a los pueblos y comunidades, sometiéndoles a un esquema de valores decidido en los “tanques pensantes” del poder político y económico planetario, mismos que se formulan legalmente provocando la estratificación rigurosa de la sociedad, aboliendo la capilaridad social que nos permitió a muchos, con el estudio, superar etapas de marginación. Crece la privación de derechos a los sectores más vulnerables: indígenas, campesinos, jóvenes y pobres, mediante la criminalización de la pobreza y sus legítimas demandas, marginando a las generaciones más jóvenes y desapareciendo o encarcelando, sin juicio, a sus liderazgos fundamentales.

 

Los modelos educativos recientemente presentados en algunos países de la Región, semejan muros elevados por sus clases política y económica –al estilo Trump- para imposibilitar el acceso a la educación de grandes sectores de la población que, entre sus consecuencias, motiva el tránsito de la juventud marginada, hacia otros países en busca de oportunidades, que no se les dan del todo. También se incorporan a grupos con actividades delictivas y, sobre todo, crean una creciente ruptura del tejido social, por la imparable huida de miles de jóvenes hacia destinos fuera de control familiar y gubernamental.

 

El discurso real vigente en los círculos del poder, guarda tonos de odio y racismo. Los incidentes de agresiones, asesinatos y enfrentamientos entre grupos, muestran la irascible decadencia de una sociedad intransigente y negada a ver a sus semejantes de otras clases sociales, como tales. Se vive en la región una absoluta pérdida de empatía y solidaridad. Estamos en manos de lacras estructurales con un sistema de valores caduco e inhumano, cuya característica básica es el desprecio por la vida y la ineptitud para ir más allá de lo fehaciente y examinar, con honestidad, la procedencia de sus penurias. El rompimiento de la dependencia solo puede iniciarse por la educación. Una enseñanza que se funde en los valores primordiales de nuestros pueblos, aquellos que a pesar de los múltiples avatares que sufrimos a lo largo de los tiempos, nos conservan en una unidad regional, nacional y local precaria, que requiere su robustecimiento en la autonomía de gestión.

 

Esta solo se logrará por el análisis de nuestras realidades, el convencimiento de caminos para salvar los graves escollos de los intereses sembrados a lo largo y ancho de nuestra geografía. Tenemos los organismos creados desde el siglo pasado y otros de reciente formación, que nos permitirán avanzar por esos caminos. La paciencia, tolerancia, inclusión y convivencia, nos permitirá ir hacia delante en los fines señalados, a pesar de gobiernos y grupos a quienes suena inconveniente la reivindicación de la soberanía sobre nuestras vidas y todos los recursos inscritos en los territorios patrios de Latinoamérica y el Caribe.

Puebla, Pue. 14-mayo-2017.

 

Víctor Manuel Barceló R.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com

 

https://www.alainet.org/es/articulo/185502
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