Apostillas sobre Agustín Cueva (II)

04/05/2017
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 II Parte

 

Aparte de sus celebrados libros Entre la ira y la esperanza, El proceso de dominación política en el Ecuador y El desarrollo del capitalismo en América Latina, ya reseñados en Apostillas…I, de la prolífica obra del sociólogo y crítico  literario Agustín Cueva cabe relievar textos como los siguientes:

 

Tiempos conservadores (Editorial El Conejo, Quito, 1987), libro colectivo preparado bajo su coordinación y en el cual avanza  el análisis, desmitificación y denuncia del remozado discurso de la derecha mundial, tan teñido de antitercermundismo, neodarwinismo social (también conocido como neoliberalismo), racismo, xenofobia, discriminación sexual, relativismo moral. Es decir, en una crítica de la teoría/práctica de los Reagan, Thatcher, Nakasone, Hayek, Friedman y otros “brujos malvados”,  reencarnados en el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.

 

Pocas veces en la historia del pensamiento latinoamericano se habrá librado una batalla tan descomunal como la que asumió Cueva en su estudio “El viraje conservador: señas y contraseñas”, incorporado  a “Tiempos conservadores”, combate desplegado en  defensa de los fundamentos racionales y humanistas de nuestra cultura latinoamericana.

 

En el mismo decenio trágico de los ochenta –signado por el triunfo orgiástico del Gran Capital, el hundimiento del “socialismo real” en el Este europeo y la derrota de las organizaciones sindicales y nacionalistas en el Sur del planeta- la vocación irreverente y comprometida de Agustín nos obsequian “Las democracias restringidas en América Latina” (Planeta, 1988) y “América Latina en la frontera de los 1990” (Planeta, 1989).

 

 “Las democracias restringidas...” comprende una recopilación de  ponencias y otros materiales académicos donde desglosa las nuevas realidades y los nuevos fetiches que atormentaban/ atormentan a la región. En cuanto a las realidades, allí examina  la agudización de los problemas económicos y sociales del continente interpretándolos como correlato de la condición subalterna de nuestro  capitalismo y de los intereses de burguesías sin sentido nacional, los ajustes recesivos impuestos por los altos mandos de la banca internacional en el marco del shock de la deuda de 1982, similares a los que en los días que corren han llevado a la insolvencia  a Puerto Rico (que acaso se impongan también en la desequilibrada Venezuela chavista-madurista y en el Ecuador poscorreísta); y, en cuanto a las ideologías y su influencia práctica, en el aludido trabajo discierne sobre la implantación en estas latitudes de la teología del mercado y la (re)instauración de regímenes democráticos meramente formales y decorativos después del repliegue de las dictaduras fascistas en el Cono Sur.

 

Como democracias nostras las tipificó el malogrado compatriota  a algunos de esos gobiernos,  tan distantes del “mandar obedeciendo” de nuestros pueblos originarios y tan cercanos a las fórmulas de acumulación de Al Capone, Rafael Trujillo u Odebrecht.

 

El libro se cierra con una denuncia de “El otro sendero”, el prefabricado best-seller del peruano Hernando de Soto, que con sus fábulas sobre el “capitalismo popular” y el “reino de los microempresarios” habíase convertido en una suerte de Biblia para los multiplicados economistas y sociólogos neoconservadores.

 

En “América Latina en la frontera de los años 90”, nuestro autor se  sumerge  nuevamente en los grandes temas y problemas contemporáneos del continente: el hundimiento económico/social de la región, el dogal de la deuda, las privatizaciones, la denominada crisis de los grandes paradigmas (o de la pequeña realidad, ironiza Cueva, la manipulación de los derechos humanos, el viraje derechista de la socialdemocracia, la resistencia de las organizaciones sindicales y populares.

 

Ya en el umbral de su existencia física, acosado por una  implacable enfermedad, nuestro infatigable autor  se convierte en uno de los principales cruzados de la contracelebración del dominio instaurado en contra de nuestros pueblos en 1492 (“el Reich de los 500 años” que diría Noam Chomsky”). Fruto de esa campaña, que le llevó a recorrer nuevamente la geografía latinoamericana, son sus breves ensayos “Falacias y coartadas del V Centenario” y “América Latina frente al ‘fin de la historia’”, en los cuales reitera su impugnación al colonialismo de ayer y al neocolonialismo de ahora. Al tiempo que refuta la tesis liquidacionista de la historia formulada por el ideólogo del establecimiento capitalista mundial Francis Fukuyama.

 

En enero de 1992, en medio de una desigual lucha con la muerte, entrega al editor los originales de “Literatura y conciencia histórica en América Latina”, texto que se publica en forma póstuma en 1993. “Literatura y conciencia histórica...” es uno de los legados más estéticos de nuestro polifacético investigador académico.

 

Contiene una selección de artículos de crítica literaria dedicados a identificar, según sus palabras, “como fue constituyéndose no sólo objetivamente, sino también en lo subjetivo, lo que hoy denominamos ‘situación de subdesarrollo”. Quienes hayan recorrido sus páginas podrán testificar cómo su obsesión por explicar la condición esencial del continente le lleva a explorar incluso en los intersticios de la ficción y de los sueños.

 

En “Literatura y conciencia histórica...” discurre sobre la obra de autores en apariencia tan distantes y disímiles como Alonso de Ercilla, Bartolomé de las Casas, Pablo Palacio o Jorge Enrique Adoum. Destaca en el compendio la reproducción   del prólogo escrito por Cueva a dos de las novelas mayores del Nobel Gabriel García Márquez: “Cien años de soledad” y “El coronel no tiene quien le escriba”, a propósito de la edición de las mismas por la Biblioteca Ayacucho (Caracas, 1989).

 

May.4/2017

 

Especial para ALAI

 

René Báez

International Writers Association

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/185257
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