¿Por qué May adelantó las elecciones? ¿Qué podrá pasar en UK?
- Opinión
Un nuevo shock sacude al mundo. El mismo Reino Unido que produjo un terremoto en la Unión Europea al votar en un referendo para salir de ésta, va a tener nuevas elecciones generales anticipadas el jueves 8 de junio.
El anuncio cogió a la inmensa mayoría de los británicos de total sorpresa, justo cuando ellos se reincorporaban a sus trabajos tras 4 días de feriado por pascuas.
La primera ministra Theresa May ha pedido que el parlamento vote mañana, miércoles 19, un llamamiento a elegir a un nuevo gobierno a casi un año de haberse producido el plebiscito donde por un 52% contra 48% los británicos optaron por el Brexit.
Según el acuerdo firmado por la coalición conservadora-liberal que gobernó al Reino Unido en 2010-2015 todos los mandatos deberían ser fijos y debieran durar un quinquenio. No obstante, si dos tercios del parlamento lo permiten se pueden adelantar los comicios.
May desmaya
La nueva posición de May ha dejado un poco desmayado a muchos pues ella siempre dijo que su intención era seguir gobernando hasta que en el 2020 se cumpla el quinquenio conservador. De hecho los tories venían teniendo una mayoría parlamentaria absoluta, algo que Cameron solo lo logró en el 2015, pero no en el 2010 cuando fue electo.
El cálculo original de May era que debía evitarse anticipar elecciones pues su partido por primera vez en dos décadas detentaba más del 51% de la cámara de los comunes, y que había que esperar hasta que el proyecto de reducir los curules de 650 a 600 se plasme para así debilitar aún más al laborismo.
No obstante, May ha decidido hacer su jugada más audaz y riesgosa. Tras haber prometido que no iba a adelantar los comicios generales ella acaba de hacer lo opuesto. Su nuevo cálculo es el siguiente.
Todas las encuestas del 2017 le han venido dando a ella una sustancial ventaja de dos dígitos sobre su contrincante laborista Jeremy Corbyn, diferencia que ha llegado a crecer a 20 puntos en un reciente sondeo. En las elecciones de febrero para renovar las bancas parlamentarias de dos distritos industriales que eran sólidos bastiones del laborismo, el partido de la rosa bajó su porcentaje y perdió en uno de ellos.
May sabe que ella llegó a su puesto sin que haya ganado una sola elección, ni si quiera dentro de su partido, debido a que heredó el cargo. Si ella logra un mandato popular su autoridad y capacidad de maniobra han de crecer.
Ella saca la lección de lo que pasó al laborista Gordon Brown cuando él en el 2007 heredó el premierato de Tony Blair y por no querer llamar a elecciones anticipadas aprovechándose de su inicial popularidad al final solo pudo gobernar 3 años más y quedando sumamente quemado.
May ansía más mayoría
May sabe que se viene un tremendo desgaste con la cuestión del Brexit y ha preferido adelantar los comicios por que espera querer ganarlos ampliamente.
Ella ha argumentado que tiene muchas trabas para el Brexit. La cámara de los lores constantemente le bloquea en sus planes, la mayoría de los diputados tories fueron pro-UE, y los 3 partidos de oposición plantean un nuevo referendo (los laboristas quieren uno para que vote sobre los resultados de las negociaciones con la UE, los liberales lo mismo o incluso un nuevo referendo sobre el Brexit y el nacionalismo escocés uno sobre la independencia de su país).
Si May ganase las elecciones generales manteniendo o incrementando la mayoría parlamentaria absoluta ella podría exigir un sólido mandato quinquenal y postular que ya no es necesario un nuevo referendo sobre los acuerdos con la UE así como sobre la independencia de Escocia o la posible reunificación de la isla irlandesa.
Ella piensa que el laborismo con un líder de izquierda “dura” no va a ser capaz de ganar a las capas medias y que se va a presentar desunido. Una eventual gran victoria electoral suya podría arrinconar al laborismo y producir dentro de éste una rebelión que busque cambiar a Corbyn por un “moderado”.
Una fuerte victoria suya, además, podría ser un duro golpe contra el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), el cual acaba de cambiar de líder, está en crisis y viene de perder a su único parlamentario.
May buscaría así unir a toda la derecha tras ella y estabilizar un gobierno que vaya hacia convertir al Reino Unido en el único país de toda Europa Occidental que quede al margen del acuerdo de libre comercio y libre tránsito.
Tiro por la culata
La jugada de May es altamente riesgosa. Ya dos líderes importantes de su partido llamaron a elecciones anticipadas pensando que las iban a ganar y al final las perdieron.
Cameron había prometido un referendo sobre la UE para el 2017 pero lo adelantó un año antes pensando que las concesiones que él había sacado a Bruselas serían suficientes para lograr derrotar definitivamente al UKIP y a los euro-escépticos dentro de su partido. No obstante, el hombre que ganó dos elecciones generales consecutivas y el referendo escocés, encontró aquí su Waterloo, el mismo que le obligó a dimitir del premierato.
Zac Goldsmith, el candidato conservador a la alcaldía de Londres en el 2016, renunció a su curul parlamentario en Richmond esperando ser reelecto con una mayor fuerza combinado el voto de los tories y el UKIP. Sin embargo, los liberales, el partido que más había perdido en las elecciones generales del 2015, supo capitalizar el descontento local de esta área pro-europea contra el Brexit y pudo quitarle el escaño a Zac.
Por el momento las tendencias electorales navegan en favor que los conservadores ganen ampliamente en Inglaterra, aunque en Gales ganarían los laboristas, en Escocia los nacionalistas y en Irlanda del Norte habría una polarización entre unionistas y nacionalistas.
La cuestión está en que la gente puede cambiar en una situación de crisis y que las encuestas pueden ser impredecibles. Unas horas antes de los resultados del Brexit la mayoría de los analistas pensaba que eso no iba a pasar.
Corbyn ha cogido el guante y, en vez de buscar trabar a que el gobierno adelante los comicios, ha saludado éstos y dice que es el momento de capitalizar el descontento contra los recortes al servicio nacional de salud (NHS) y al presupuesto de obras públicas para dar un salto.
Corbyn quiere dar una sorpresa como las que antes han dado sus camaradas izquierdistas en España con el Podemos y en Grecia con Syriza. Él tiene en su favor un partido con más de medio millón de miembros (el partido con más militantes en la UE) donde la mayoría es muy activa seguidora de él y su prédica anti-austeridad.
Corbyn anhela ganar estos comicios pero, en caso que él logre incrementar la bancada laborista o hacer que los conservadores ganen pero sin mayoría absoluta, él podría retener el timón del partido y prepararlo para unas nuevas elecciones generales.
Los demo-liberales son el partido que más puede saludar dicha convocatoria. Su bancada, de apenas 9 diputados, es la más magra que haya tenido este partido desde que se fue formando a inicios de los ochentas. Tratando de capitalizar al 48% de votantes pro-UE los demo-liberales buscarán incrementar su número de curules y captar a votantes conservadores o laboristas que son anti-Brexit.
Escocia e Irlanda del Norte
En el referendo sobre la UE mientras Inglaterra y Gales optaron por el Brexit en Escocia e Irlanda del Norte ganó el sí a la UE.
Los comicios generales van a revivir ese debate.
El Partido Nacionalista de Escocia (SNP) sabe que si UK se sale de la UE ésta no aceptaría el ingreso de Escocia independiente como un miembro de ésta debido al veto que Madrid le impone buscando evitar que Catalunya siga tal ejemplo. Por ello ahora su prédica consiste en demandar que se logre que Escocia siga dentro de la zona de libre comercio y tránsito europea en una situación similar a la que tienen varios países euro-occidentales que no son de la UE tales como Islandia, Noriega, Suiza y Liechtenstein.
El SNP detenta hoy el 95% de la bancada escocesa en Westminster conformada por 59 diputados. En estos comicios el SNP va a querer retener similar número de curules.
Si los 3 partidos pro-independencia de Escocia (SNP, Verdes y Socialistas) suman más del 50% de los votos escoceses se dan alas para que el separatismo pida un nuevo referendo sobre el status de Irlanda.
Una gran pugna va a ser por el segundo lugar. El laborismo, que inicialmente era la fuerza mayoritaria en Escocia, pasó a ser allí el tercer partido y los conservadores lograron escalonar al segundo puesto con una líder pro-UE. Empero, ahora los conservadores van a tener que hacer campaña en Escocia desde una posición pro-Brexit algo que les puede quitar puntos.
Corbyn, si bien tiene muchas coincidencias con el SNP en cuestiones sociales y en su oposición a los submarinos nucleares anclados en costas escocesas, debe buscar recuperar la influencia de su partido en dicho país. De allí que él va a tener que hacer una doble lucha contra el gobierno conservador de Londres y contra el nacionalista de Edimburgo.
En Irlanda del Norte veremos una batalla muy especial. Esta es la única parte del Reino Unido donde no operan los 3 grandes partidos británicos (conservadores, laboristas y liberales) y donde la escena se polariza entre dos partidos unionistas y dos nacionalistas, encabezando cada uno de estos campos la fuerza más radical de éstos.
Estos van a ser los cuartos comicios que tenga Irlanda del Norte en un bienio. Los últimos que fueron dados hace solo dos meses fueron los primeros en la historia de dicha provincia en los cuales el unionismo no consiguió una mayoría absoluta y en los cuales el Sinn Féin, el partido ligado a la desarmada guerrilla urbana del IRA, virtualmente empató el primer puesto.
Debido a que el 56% de los nor-irlandeses votaron a favor de mantenerse en la UE y que el Brexit es impopular en dicha provincia por el temor a que se restablezcan los controles fronterizos o los aranceles de importaciones, es que viene creciendo un movimiento en favor de pedir un referendo para que se decida si la isla irlandesa se vuelve a reunificar o no.
Sinn Féin nunca toma posesión de sus cargos parlamentarios porque desconoce la autoridad de Londres sobre su país al cual considera estar ocupado y ahora espera aumentar su número de curules ganados para avanzar en su planteo de pedir la separación de dicha provincia del Reino Unido.
¿Qué puede pasar?
De aquí al 8 de junio muchas sorpresas pueden darse. La mayoría de los analistas nunca pensaron que los británicos votarían por salirse de la UE o que Trump llegase a la Casa Blanca. Nadie puede saber con certeza cuál de los 4 principales candidatos franceses entrará a la segunda ronda gala.
La situación en el Reino Unido es muy volátil.
Los conservadores van a ir a los comicios erigiéndose como el único partido que puede garantizar el Brexit y el respeto al mandato del referendo del 2016.
Con dicha postura van a tratar de recuperar muchos votos que han ido al UKIP y de atraer a un tercio del electorado laborista que originalmente votó en favor de salirse de la UE.
Muy probablemente el partido que más pierda en estos comicios es aquel que ganó en el referendo europeo. Su propia derrota puede venir del hecho que los tories se han apropiado de sus ideas y vestimenta.
El laborismo va a entrar a estos comicios con su manifiesto más radical desde que en 1983 Michael Foot compitió con Thatcher. Entonces, el veterano líder socialista sacó el 27.6% de los votos frente al 42.4% de la primera mujer conservadora que llegó al gobierno.
Las primera ministras conservadores Thatcher y May en 1983 y 2017, respectivamente, lideran a los tories en un escenario similar de polarización entre un conservadurismo pegado hacia la derecha y un laborismo muy izquierdizado.
Según las encuestas es posible que May logre una diferencia electoral similar a la que hace 34 años Thatcher sacó a un jefe socialista del laborismo, aunque los sondeos pueden cambiar.
Empero, la situación hoy es diferente. Por aquel entonces el laborismo se presentó dividido y el ala ‘social-demócrata’ se presentó en alianza con el liberalismo, lo cual daría paso luego a la creación del actual partido demo-liberal.
Esta vez el laborismo tiene pugnas internas pero se mantiene como un solo partido. Otra diferencia es que en 1979 los tories tenían la ventaja de no haber estado tanto tiempo en el poder y en haber ganado la guerra de las Malvinas, mientras que ahora los conservadores ya llevan 7 años gobernando y las guerras en el exterior han sido impopulares.
Corbyn cuenta con un ejército de cientos de miles de voluntarios con el cual busca revertir el declive de su partido y avanzar lo más posible.
Si él pudiese evitar que los conservadores retengan su actual mayoría absoluta y puedan así cambiar la composición del parlamento (de 650 a 600 diputados, reestructuración que debilita a las bases electorales del laborismo) y logra que su partido gane curules, entonces él podrá torear un posible cuestionamiento interno y querer erigirse en el líder que prepare una eventual sucesión laborista en unas consiguientes elecciones generales.
Si en la época de Blair los laboristas hicieron pactos electorales con los liberales (para apoyarse en ciertas circunscripciones contra los tories) e hicieron acuerdos con el SNP, hoy vamos a ver una pelea de 4 fuerzas todos se golpearán contra todos. No vamos a tener otro pacto entre conservadores y liberales como en el 2010-15.
Los tories acusarán a laboristas, liberales y SNP de querer sabotear al Brexit, Corbyn acusará a sus 3 rivales de aplicar políticas de austeridad, el liberalismo acusará a May y Corbyn por avalar el Brexit contra el cual originalmente votaron y al SNP de querer dividir al Reino Unido, y el SNP acusará a los 3 grandes partidos británicos de ignorar la voluntad de la nación escocesa de querer mantenerse en Europa y poder tener un nuevo referendo separatista.
Nuevamente veremos que el Partido de Gales y los Verdes de Inglaterra y Gales harán una coalición con el SNP postulando una reorganización “progresista” y “soberanista” de las 3 naciones británicas.
Isaac Bigio
Analista internacional
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