Petróleo: inversores se buscan
- Análisis
Los bajos precios internacionales del petróleo han retraído las inversiones en el sector. Si no se habilitan nuevos proyectos este año, habrá escasez de crudo y los precios se dispararán a las nubes. Pero si los proyectos se habilitan, las nubes nos dispararán a nosotros.
Los últimos dos años no han sido buenos para la industria petrolera y los países exportadores de petróleo. La suma total de los ingresos por venta de crudo en los países de la OPEP cayeron de 1,2 billones de dólares en 2012 a 450 mil millones en 2016. Por esta razón, en noviembre del año pasado los países miembros de la OPEP y otros 11 países exportadores ajenos al cártel, acordaron recortar la producción de crudo en 1,8 millones de barriles diarios (mbd) con lo que se logró que los precios no siguieran cayendo. Hasta que se alcanzó este acuerdo, existía el temor que los precios volvieran a caer a los niveles de los USD 30 por barril de comienzos de 2016.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronostica que los precios continuarán en alza en los próximos años pero no lo suficiente para que el ritmo de las inversiones en exploración y explotación se retome con la fuerza que requiere la demanda esperada. Las inversiones mundiales en el sector del petróleo y el gas se contrajeron un 25% en 2015 y un 26% en 2016 y fueron las más bajas desde 1950. A la vez que los bajos precios del crudo desestimulaban las inversiones estimulaban su consumo, el cual aumentó en 2 mbd en 2015 y 1,6 mbd en 2016 augurando una crisis de suministro aún no descartada del todo.
Pero la AIE percibe cambios en este inicio de 2017 y advierte modestas señales de recuperación impulsadas por una mayor inversión en la región petrolera de Estados Unidos. Desde 2014 los altos costos de producción del petróleo de esquisto llevaron al cierre de la gran mayoría de los yacimientos estadounidenses, causando incluso la quiebra de algunas compañías. Sin embargo la agencia informa en su último reporte (Market Report Series: Oil 2017) que estos costos a nivel global han disminuido un 15% en 2015 y un 17% en 2016. En Estados Unidos particularmente, las reducciones de costos fueron superiores: un 30% en 2015 y un 22% en 2016.
Con estos datos a la vista, estima que a finales de 2017, la producción de petróleo de esquisto aumentará en 0,5 mdb. Si los precios del petróleo superaran los USD 60 por barril, hacia 2022 la producción podría aumentar hasta 1,4 mbd y por encima de los USD 80, el esquisto estadounidense alcanzaría una producción de 3 mbd.
No obstante la agencia insiste en la necesidad de aumentar los proyectos de exploración y explotación petrolera pues en caso contrario se corre el riesgo de sufrir un aumento abrupto y considerable de los precios antes de 2020. A su juicio, los plazos para planificar y ejecutar las inversiones no serían suficientes para llegar a tiempo a cerrar la brecha entre la oferta posible y la demanda esperada que ascenderá hasta 100 mdb en 2019, y a 104 mdb en 2022. "La industria petrolera global necesitará un incremento de la inversión del 20% este año para cumplir con el crecimiento de la demanda y para contrarrestar el descenso de los pozos naturales", comentó el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol al momento de presentar el informe el pasado 6 de marzo.
Inversores cautos
Sin embargo la decisión de invertir en combustibles se enfrenta a varios problemas. La experiencia de la debacle financiera de la explotación del petróleo de esquisto estadounidense -luego de haber sido presentada como "la revolución del shale" que iba a llevar a Estados Unidos a ser el abastecedor mundial de energía- ha puesto en guardia a los potenciales inversores. La burbuja especulativa que creció en torno a las expectativas de un rápido y generoso retorno un par de años atrás, se pinchó rápidamente dejando en evidencia la dudosa ecuación de la rentabilidad del esquisto. En 2014 las mayores empresas de petróleo y gas estadounidenses ya habían presentado un déficit conjunto en su flujo de caja que superó los USD 100 mil millones según el Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Por otra parte los gobiernos han hecho una serie de promesas en el Acuerdo de París que, de cumplirse, los llevarán a tomar medidas de reducción de combustibles fósiles en el corto plazo. Y si de verdad los países quieren evitar el cambio climático y mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2o C, como estipula el acuerdo, los compromisos deberán ser aún mayores. Si bien las contribuciones presentadas en la Convención de Cambio Climático aún no son jurídicamente obligatorias, claramente tienen una influencia importante en la opinión pública.
Una de las expresiones de esta influencia es la campaña para la desinversión en fósiles que se viene desarrollando desde 2010 y que cobró fuerza en los momentos previos a las negociaciones del Acuerdo de París. La idea de sus promotores es convencer a los fondos de inversión más sensibles a las cuestiones ambientales y climáticas de deshacerse de las acciones, bonos o activos en las empresas o fondos que invierten en combustibles fósiles. Según el sitio Fossil Free la campaña ya logró un desprendimiento de activos por un valor de USD 5,5 billones. Más de 700 instituciones entre las que se encuentran fundaciones, fondos de pensión, universidades, iglesias y gobiernos, forman parte de los primeros capitales en retirarse del negocio de los hidrocarburos.
Este panorama de alto riesgo financiero, nuevas regulaciones climáticas y opinión pública renuente no son el mejor escenario para que las inversiones necesarias se realicen a tiempo. Y si la AIE está en lo cierto, solo cabe esperar un aumento importante del precio del petróleo antes del 2020; lo que seguramente ponga en jaque a la economía global, como ocurre cada vez que aumenta el precio del crudo. Si bien los precios del petróleo son cíclicos, parece evidente que el "piso" de los precios futuros será cada vez más alto y estará por encima de los USD 80 el barril. Dos preguntas quedan pendientes: ¿Podrá la economía global continuar su crecimiento con un petróleo por encima de los USD 80? ¿Cómo se conciliará el consumo de 104 millones de barriles diarios de petróleo con la meta de los 2oC?
Gerardo Honty es analista de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social)
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