Donald Trump y Oriente Medio

09/03/2017
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La primera reunión entre Vladímir Putin y Donald Trump se realizará en el Kremlin antes de julio,  ha afirmado la presidenta del Senado ruso. El encuentro está precedido de declaraciones prometiendo restaurar las deterioradas relaciones entre ambos países y sentarse a dialogar sobre asuntos relevantes como la lucha contra el terrorismo islamista en Siria e Irak.

 

Pero el entendimiento parece estar muy lejos de la realidad. El líder de EEUU en conversaciones con el presidente turco Erdogan ha acordado actuar conjuntamente en los preparativos de la liberación de la ciudad siria de Al Raqa, capital del Estado Islámico. Cabe recordar que el plan de la administración Obama se basó en una estrecha colaboración sobre el terreno con las milicias kurdas sirias consideradas por Turquía como un grupo terrorista vinculado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán.

 

En Irak si podría ver la luz un pragmático acuerdo entre las grandes potencias: Rusia y su aliado Irán colaborando con la coalición internacional liderada por Occidente en las operaciones militares en Mosul y el resto del país. Pero también aquí Trump ha mostrado su rechazo hacia el gobierno de Teherán. El presidente apuntaba en su cuenta de Twitter: "Irán rápidamente se apodera cada vez más de Irak incluso después de que Estados Unidos ha derrochado allí tres billones de dólares. Hace mucho, obviamente".

 

Las noticias que llegan de Bagdad confirman la creciente intensidad de las manifestaciones sadristas lideradas por el clérigo chií Muqtada al Sadr en contra de la corrupción del gobierno del primer ministro al Abadi, protestas que pueden llegar a provocar la dimisión del hombre de confianza de Washington. Al Sadr se declara federalista y a pesar de haber estado varios años exiliado en Irán asegura defender un proceso no violento junto con chiíes del sur y kurdos del norte para implementar reformas democráticas en su país.

 

El Ejecutivo de Trump está formado por políticos ultraconservadores, militares obsesionados con la amenaza iraní y empresarios multimillonarios dispuestos a negociar con Moscú las sanciones económicas impuestas a cambio de la devolución de Crimea al gobierno reaccionario ucraniano. La xenofobia fue el espíritu con que el presidente firmó el decreto migratorio, decreto suspendido posteriormente por un juez federal, una especie de abracadabra para bloquear la entrada de refugiados procedentes de aquellos países de Oriente Medio donde han sido desplazados por la violencia del Estado Islámico.

 

La dimisión del Consejero de Seguridad Nacional de EEUU, el general Michael Flynn, ha significado la pérdida del único asesor rusófilo. Según el FBI existieron conversaciones entre Flynn y el embajador ruso en Washington para intentar levantar las sanciones que Barack Obama había impuesto al país europeo. Sin embargo la organización WikiLeaks afirma que el motivo de la dimisión es parte de una campaña para socavar la legitimidad del candidato electo orquestada por espías estadounidenses, los medios de comunicación y las élites manejadas por los demócratas.

 

El magnate republicano ha añadido a su yerno, Jared Kushner, en el grupo de asesores de la nueva administración. Se trata de un acaudalado empresario inmobiliario, que entre otros cargos ostenta el de director de la Fundación Kushner y desde la que habría donado decenas de miles de dólares a asentamientos ilegales en Cisjordania. Trump afirmó que podría ser su mejor enviado a Oriente Medio para negociar en el conflicto palestino-israelí. No sin motivos Benjamín Netanyahu declaró en su reciente visita a la Casa Blanca: "Potenciemos la seguridad. Busquemos nuevas avenidas para la paz y llevemos la notable alianza entre Israel y Estados Unidos a alturas aún más elevadas".

 

- Francesc Casadó es analista político

 

https://www.alainet.org/es/articulo/183998
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