Gobierno de Trump. ¿Qué nos espera en la Región? (VIII)
- Opinión
8ª parte
A Gustavo Carvajal Moreno.
Entrañable amigo.
Precursor del internacionalismo revolucionario en Latinoamérica.
In Memorian.
La lucha que se libra en Latinoamérica y el Caribe por evitar el intervencionismo imperialista, no es privativo de la Región. Es parte del sistema de vida a que estamos sometidos –financiera, jurídica o militarmente- grandes y pequeños países de todo el Planeta. Tal estado lleva a la crisis galopante de la globalización.
Si en épocas pasadas se ocultaba cuidadosamente la razón aducida para invadir-intervenir en una nación, hoy la geopolítica globalizante se lanza sin miramientos al control de la explotación de recursos en manos de pueblos originarios. Las modernas etapas de la vida humana están marcadas por invasiones, masacres como las guerras en Vietnam, Corea, que fueron desastrosas militarmente para E.U. más en negociaciones posteriores con los gobiernos –por lo regular títeres- que surgieron, obtuvieron que sus transnacionales horadaran por muchos rincones y sembraran muerte química en el suelo de nuestros países, tanto para extraer hidrocarburos y metales, como en la producción de “alimentos” que enferman, para dar rienda suelta a la industria farmacéutica con medicamentos que prolongan la agonía, de un alto porcentaje de ciudadanos del mundo.
E.U. y sus socios de OTAN fomentan crisis sistémica en Medio Oriente, tras asesinar a millones de personas en Irak, Afganistán, Libia, Siria, Somalia, Yemen, controlando el mercado petrolero, con un cerco a Irán, parte de la geopolítica imperialista en la región. Empero, el modelo unipolar se desvanece. China, Rusia, India, en el grupo BRICS, logran un desarrollo tecnológico que jaquea al modelo neoliberal y la globalización; el fracaso de E.U. en Siria es ejemplo. La patente derrota del Estado Islámico (EI), confirma que el imperio tiene contrincantes fuertes en Medio Oriente y sus afanes de control se desvanecen.
Pero ello no elimina el grave peligro para nuestra Región, vigilada día y noche en sus más mínimos movimientos, por drones, apps y otros mecanismos que hacen recordar el libro de “Vigilar y castigar” de Michel Foucault, que usamos exhaustivamente en nuestros cursos acerca de la evaluación de la educación, en escuelas normales mexicanas. En el, entre otras cosas, se explican las prácticas carcelarios con inferencias, base de la articulación de las colectividades. Coincido con Roberto Marra en su símil del método Panóptico, con lo que ocurre con la vigilancia de las sociedades. El método se carga en una torre de vigilancia con visión constante sobre cada celda de la cárcel, el vigilante no es visto, ello provoca en el confinado la percepción de ser observado siempre. Así el Poder expresa su autoridad. Cada individuo funcionará con temor y será franca presa de las osadías del poder. Ese panoptismo sin torres ni personas, con miles de cámaras de video que nos siguen por doquier -pretexto de la “honrosa” lucha contra la delincuencia- provoca miedo. Así, millones de cuentas de Facebook y correos electrónicos, son espiados con sofisticados sistemas que Snowden sufriría para burlar. Vivimos en una prisión virtual, sin intimidad. Al comunicarnos ahondamos la sujeción. Si a esto se suma el bajo nivel democrático en que se mueven porciones oficiales de muchos de nuestros gobiernos, se explica el alto grado de impunidad que nos agobia y el miedo que le acompaña. Ver:
http://www.barometrointernacional.com.ve/2017/02/23/vigilados-y-castigados/
Evaluación Educativa, RELIEVE, 9 (1), 11-43. Recuperado de : http://www.uv.es/RELIEVE/v9n1/RELIEVEv9n1_1.pdf Foucault, M. (1977). El examen.
El mundo del miedo no es nada nuevo. La técnica se usa desde tiempos inmemoriales. En la Región, corifeos del imperio (OEA y su líder el Sr. Almagro, en particular) y el impulso a la Doctrina Monroe (1823) por el Sr. Trump, con la fórmula: “América para los americanos”, son principales y formidables obstáculos a superar. Contra ellos tenemos que avanzar atendiendo asuntos que se oponen a mejores formas para cumplir los requerimientos más sentidos de la población mayoritaria de la Región. En tal ruta se actúa por grupos en diversos países y agrupamientos regionales, en reuniones periódicas.
Los gobiernos por su lado, actúan por lo general al contragolpe, sin programa claro ni estrategias consensuadas con organizaciones sociales y partidos políticos progresistas. Están en mitad del camino atajando pelotas, sin respuestas contundentes. En México –el más afectado por decisiones ejecutivas del jefe del gobierno imperial- hay mecanismos de acción unilateral en formación y bilaterales con Canadá, en principio, que bien a bien no se conocen. Ocultar determinaciones por la observación constante a que estamos sujetos, resulta ingenuo. Se pueden mantener como propias, estrategias definidas para impulsar acuerdos internos e internacionales, base del fortalecimiento jurídico de la soberanía nacional, en que los mexicanos en la diplomacia son pioneros en su defensa.
El apoyo a gobiernos para afrontar con éxito –dentro de normas del derecho internacional y las determinaciones de los organismos multilaterales afectados- deber provenir de todas las fuerzas organizadas a nivel nacional y regional. De allí el imperativo de unidad de las izquierdas y de progresistas, para acometer tareas rumbo al fortalecimiento de la independencia, el rescate de la soberanía y el logro de la integración de los pueblos, con fines de un desarrollo sustentable.
Pero la unidad indicada requiere ser confeccionada sobre bases precisas, solidas, que sean razón de lucha de todos y cada uno de los grupos que aún se manejan aislados. Sin hegemonismos, con plena tolerancia y consideración a las diversas corrientes ideológicas llamadas a conformarla. Será, por tanto, amplia y generosa en su convocatoria y profunda en sus contenidos, para confeccionar la valoración de todas las experiencias vividas en los últimos eventos político-electorales y de lucha social, mediante intensa crítica y autocrítica, que impida incurrir en lo que detuvo el proceso, en dos o más momentos anteriores.
Pensemos nacionalmente en el debate programático, como médula de la unidad de izquierdas y progresistas. Hay empeños nacionales con esta finalidad que dan frutos comprobables en naciones que superan sus índices de pobreza y miseria, aún a contrapelo de presiones financieras, políticas y económicas en que incurre la oposición interna, aliada a las transnacionales insertas en los procesos económico-financieros que dominan las superestructuras de esas naciones.
En el plano regional hay avances de consideración. A fines de los 70 del siglo XX, en México se gestó un movimiento que nos llevó a aglutinar a partidos de avanzada en Latinoamérica y el Caribe, con quienes nos sentamos a construir un organismo en la Ciudad de Oaxaca de Juárez, cuyo resultado fue la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), cuyos documentos fueron aprobados el 12 de octubre de 1979. Con Gustavo Carvajal, desde la presidencia del Partido Revolucionario Institucional, (PRI), se ideó la formación de la Conferencia, con claro propósito de articular fuerzas progresistas en una organización continental, en lucha por la paz, el bienestar material y espiritual de los ciudadanos de nuestra Región. Desde allí se promovió –bajo el comando de Carvajal- y con el acompañamiento de los partidos que fueron agrupándose, la salida de fuerzas coloniales de nuestra región; el rechazó a bases militares e injerencia de potencias extranjeras, actitud que mantuvo, hasta su último aliento, encaminando la integración de nuestros pueblos. Ver: http://www.copppal.org/ante-su-deceso-el-legado-de-gustavo-carvajal-queda/
La concepción de Patria Grande desde la visión de una sociedad latinoamericana de oportunidades e inclusiva para hacerla próspera y pujante, que abrió la COPPPAL, se extiende hasta nuestros días con su existencia vigorosa y la conformación de otros organismos regionales que impulsan fines similares desde otras trincheras, igual o más válidas. Es el caso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac-2011) mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política que incluye a los treinta y tres (33) países de América Latina y el Caribe. Surge con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración de la Región, mediante sabio equilibrio entre unidad y diversidad política, económica, social y cultural, de los 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe. El diálogo respetuoso entre todos los países en cuanto al desarrollo social, educación, desarme nuclear, agricultura familiar, cultura, finanzas, energía y medio ambiente, fructifica con posiciones que se reflejan en los organismos multilaterales en que se debate y acuerda sobre tales temas. Ver: http://www.sela.org/celac/quienes-somos/que-es-la-celac/
Por mandato de Jefes de Estado y Gobierno, la CELAC se constituye en la voz unificada de la región en temas de consenso; es el único interlocutor que puede promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en la discusión de grandes temas globales, con el objetivo de buscar una mejor inserción y proyección de la región en el ámbito internacional.
Por su lado, desde 1990 el Foro de Sao Paulo (FSP) reúne a organizaciones de izquierda latinoamericanas, para debatir sobre la realidad política de la región y buscar acuerdos sobre cómo enfrentarla; viene trabajando en la confección de un Programa político que, a partir de acuerdos generales entre grupos y honrando las especificidades de cada país, pueda ser orientador en la lucha contra el imperio.
Luego de trabajo intenso, debates y acuerdos parciales, se creó un documento -en proceso de elaboración aún- que tiene enorme importancia en la coyuntura política que enfrentamos. En enero (2017) en el Grupo de Trabajo del FSP en Nicaragua, se conoció públicamente el documento, a fin de darlo al conjunto de fuerzas de izquierda y populares de la región, para que las mismas puedan realizar contribuciones que crean convenientes, para la redacción final. Como parte de este proceso de divulgación, debate y aportes, en Buenos Aires (23-Febr.2017) se recibió el documento “Consenso de Nuestra América”, Proyecciones para un programa político de acuerdos de la izquierda, los partidos y movimientos populares de América Latina y el Caribe. Ver: http://forodesaopaulo.org/consenso-de-nuestra-america/
El documento es “resultado de un conjunto de ideas y conceptos con el objetivo de contribuir al desarrollo de los procesos progresistas y revolucionarios en las diversas regiones y países de América Latina y el Caribe. A la fecha es ya un documento colectivo de partidos y organizaciones del subcontinente –en el caso mexicano aún es escasa la participación-. El nombre hace referencia a una unidad tanto declarativa, como en torno a un programa y a una práctica política.
El Consenso se basó en un documento presentado por el Partido Comunista de Cuba, cuenta con respaldo de organizaciones miembros del FSP y continuamente recibe apoyo de otras fuerzas, organizaciones, movimientos sociales, siendo asumido como tal por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y el de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. Sus capítulos abordan temas cruciales como: Valores y principios que nos unen; La realidad que queremos transformar; Lineamientos estratégicos ¿Qué hacer? y El instrumento político para el cambio, en ellos hay análisis y propuestas en común, para las fuerzas de izquierda y progresistas de la región.
Se destaca en otro punto: “Este programa encarna el ideal de transformación de nuestras sociedades, más allá de singularidades y especificidades propias de cada país y de diferencias ideológicas entre las organizaciones políticas y sociales convocadas. Por el alcance de sus propósitos, será medular su papel movilizador, no sólo de fuerzas y organizaciones del Foro de Sao Paulo, sino de aquellos movimientos políticos que pueden y deben contribuir a esta lucha”. Convocatoria amplia, que abarca aspectos económicos, sociales y políticos, que hacen de este documento, herramienta de militancia, al “convertirle en instrumento de debate y acción política, divulgándolo y sometiéndolo al enriquecimiento con nuestras bases políticas y con los movimientos sociales”. Representa importante avance para fuerzas de izquierda y progresistas de la Región, aporte a la cimentación y fortalecimiento de proyectos emancipadores, convencidos de que la liberación de nuestros pueblos, solo será posible en una lucha conjunta contra el imperialismo y sus manifestaciones externas e internas, en cada uno de nuestros países, en el marco del internacionalismo revolucionario, nacido en la COPPPAL y fortalecido en los organismos que vienen surgiendo en los últimos 35 años. (Continuará)
Puebla, Pue. 26-Febrero-2017.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com
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