Bernie

21/02/2017
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Se trata de Madoff. Bernie Madoff. ¿No sabes quién es Bernie Madoff? Deberías leer Vanity Fair, en particular a Mark Seal, quién en el año 2009 publicó tres artículos sobre el –hasta ahora– más gran estafador de la historia. No es que Bernie haya inventado el llamado esquema de Ponzi, pero se puede decir que llevó el truco a niveles nunca antes vistos.

 

Bernie, un tipo de origen más bien modesto, logró encaramarse a las altas esferas de los mercados financieros de New York. Miembro activo de la Asociación Nacional de Agentes de Cambio, su empresa fue una de las cinco que impulsaron el desarrollo del Nasdaq, la segunda bolsa de valores electrónica más grande de los EEUU: la National Association of Securities Dealers Automatic Quotation.

 

Bernie llegó a ser el presidente (Chairman) de tan encantadora institución, aun cuando el sitio web del Nasdaq eliminó su nombre como si nunca hubiese existido (lo que recuerda el caso de Frederic Mishkin: se ve que traficar el currículo es costumbre en los EEUU).

 

Bernard Madoff Investment Securities actuaba como corredor de Bolsa y como consultoría financiera. Tú ya sabes: quienes amasan fortunas suelen no tener idea de cómo, ni de dónde, ni qué hacer con el dinero. Ahí entraba Bernie, quién, en su calidad de “experto”, amablemente, tomaba el dinero y les aseguraba una alta rentabilidad: 10 a 12% anual.

 

Bernie trabajaba (es un decir) para millonarios a título individual, para algunos hedge funds como Fairfield Sentry, Kingate u Optimal (del grupo Santander) y para las fundaciones filantrópicas que les ganan el paraíso a multimillonarios con complejo de culpabilidad. Lo cierto es que Bernie organizó una red de vendedores del cuento del tío en la que se contó lo más granado de las finanzas de New York y de Europa. Los grandes bancos le servían de gancho.

 

Cuando se destapó el escándalo, se descubrió que los auditores de Madoff –los evaluadores de riesgo– formaban un pequeño despacho en el que no había prácticamente nadie.

 

Aparte algunas viudas herederas de grandes fortunas, los clientes de Madoff no eran lo que pueda llamarse ignorantes supinos. Eran hombres de negocios, banqueros, empresarios, profesionales de las finanzas. ¿Qué es lo que explica su candidez? El ansia de lucro, la codicia, la voracidad, la avidez con la que intentaban atesorar más y más millones, aun cuando era evidente hasta para el economista más idiota (y mira que hay…), que era imposible obtener rentabilidades gigantescas en un planeta cuya economía crece a tasas inferiores al 5% anual.

 

Miles de millonarios, de parejas que acumularon toda su vida para vivir una vejez tranquila, de ejecutivos ansiosos de jugar en las grandes ligas, de viudas ignorantes, de artistas en busca de su destino, de bancos inescrupulosos, de empresarios exitosos, en suma un verdadero zoológico de imbéciles, le rogaba a Bernie que les acogiese como clientes.

 

Bernie, melindroso pero exigente, no siempre aceptaba nuevas víctimas. Imponía mínimos cifrados en millones de dólares, por bajo de los cuales no se molestaba en abrir su puerta. Entretanto, vivía a cuerpo de rey, disponía de yates en los EEUU y en el sur de Francia, y se codeaba con los grandes. Conocer a Bernie ya te situaba. No en New York, sino en el planeta.

 

Aun cuando en el año 1999 el gestor de inversiones Harry Markopolos hizo una denuncia en la SEC de Boston describiendo lo que sucedía, todo el mundo miró para el otro lado.

 

Cuando finalmente –el 11 de diciembre del 2008– se descubrió el pastel y Bernie le confesó al FBI que toda su actividad no era sino una gran estafa, quedó en evidencia que Bernard Madoff Investment Securities había hecho desaparecer unos 68 mil millones de dólares, enviando a la ruina a más de 13.800 incautos.

 

Bernie fue acusado de defraudar valores, de asesorar inversiones fraudulentas, de fraude postal, de fraude electrónico, de lavado de dinero, de falso testimonio, de perjurio, de fraude a la seguridad social y de robo de un plan de beneficios (AFP) para sus empleados.

 

Aún cuando toda la familia –su hermano, su mujer, una sobrina, y sus dos hijos– trabajaban en Bernard Madoff Investment Securities, el buen Bernie aseguró que él, y solo él, estaba al corriente del dolo.

 

El 29 de junio del 2009, el juez federal Denny Chin lo condenó a la máxima pena prevista para estos casos: 150 años de prisión. Mark, su hijo mayor, dizque ‘se suicidó’ dos años más tarde.

 

Aún así, según The New York Time Magazine, que lo entrevistó en junio del año 2010, Bernie declara: “no me arrepiento ni siento el daño causado a mis estafados (…) que se jodan mis víctimas (…) eran avaros y estúpidos (…) fue una pesadilla para mí (..) me habría gustado que me hubiesen cogido hace seis u ocho años (…) la prisión es una liberación”.

 

Si te cuento lo de Bernie es porque, tras la difusión de dos notas sobre las dudosas prácticas del mundo de las finanzas, hay quién reclama el remedio. Una amable lectora dice que es “porque generalmente cuando se plantean dificultades, lo lógico y esperado es que el que formula las críticas proponga posibles soluciones. Eso es lo que pedimos.”

 

En otras palabras, que servidor actúe como los ‘consultores financieros’ que denuncia… y además ¡gratuitamente! En más de una ocasión he afirmado que pasarle dinero a los bancos, a los traders, a los brokers y en general a los intermediarios financieros (las AFP por ejemplo) es ponerse la soga al cuello. Es cuanto puedo decir y que cada palo aguante su vela.

 

Tranquilitat y recolliment, y que haya paz y después gloria.

 

oooOooo

 

Nota 1: entre los “ganchos” (o cómplices) institucionales de Bernie se contaron: Access International Advisors LLC (a través del American Selection Fund) - Ascot Partners - Banco Espirito Santo - Banque Bénédict Hentsch – Banco Santander (a través del Optimal Fund) – BBVA – BNP Paribas - NPB Neue Privat Bank (Zurich) - Bramdean Alternatives - Fairfield Sentry Ltd - Fairfield, Connecticut - Kingate Global Fund Ltd - Robert I. Lappin Charitable Foundation - M&B Capital Advisers - Maxam Capital Management - Nomura Holdings - North Shore-Long Island Jewish Health System - Sterling Equities, Inc. led by New York Mets co-owner Fred Wilpon - Tremont Capital Management.

 

Nota 2: entre los raros clientes que Bernie buscó él mismo, se cuenta… Donald Trump. Éste último le respondió algo así como “No nos podemos ver la suerte entre gitanos” (traducción libre del inglés americano).

 

Nota 3: Bernie Madoff pasa agradables días en la Institución Correccional de Mediana Seguridad Butner (North Carolina), y se encuentra registrado con el nº 61727-054 de la Agencia Federal de Prisiones de los EEUU. Si fue a prisión, no es porque haya robado (que también), sino porque le robó a los ricos. Contrariamente a lo que se ha rumoreado en Chile, nadie le ha invitado a pasar sus años de prisión en Frutillar.

 

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https://www.alainet.org/es/articulo/183683

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