9 de enero de 1964: “El pueblo panameño se siente orgulloso de la conducta de sus generaciones juveniles”

06/01/2017
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En la gesta de los días del 9 al 12 de enero de 1964  estuvieron presentes cuatro  actores. El principal de ellos era el pueblo panameño y sus distintas organizaciones. En primera línea estaban los estudiantes del nido de águila. Los segundos -fuera de los escenarios de confrontación- era la clase dominante con sus fracciones rentistas y burguesas, que para esos días –los últimos- descansaban en el Palacio de las Garzas. Su brazo represivo, para entonces llamada Guardia Nacional, estaba replegado en los cuarteles (Gandásegui, 2015).

 

Tercero, una burguesía industrial norteamericana, que desde la Casa Blanca, se expandía en todo el globo terráqueo con apetito imperial. Cuarto, las tropas norteamericanas que divisaban a través de sus lentes y apuntaban con sus cañones a un pueblo que con mucha hidalguía estaba armado pero de dignidad (Gandásegui, 2015).

 

“Un territorio, una sola bandera” fue el espíritu que impulsó a la vanguardia estudiantil; como resultado de luchas generacionales. No se puede entender la gesta de 1964 como un hecho espontáneo o aislado. Detrás de ella subyace: el rechazo del convenio de bases Filos-Hines en 1947, la siembra de banderas y la jornada estudiantil de 1958, el levantamiento de Cerro Tute y otros acontecimientos históricos de luchas que fueron entrelazándose hasta la jornada de enero de 1964. A estos acontecimientos lo reforzaron la educación y el peso de la organización con que gozaban los distintos sectores populares, para tales décadas (40s, 50s, 60s).

 

La realidad panameña de 1964 tenía sobre su palestra tres aristas: Un proyecto clasista de obreros, que tomaba conciencia de su condición de explotado y aspiraba a una profunda transformación social. Por otro lado, un proyecto burgués que encontraba sus bases en un mercado nacional y que, a su vez, pudiese realizar intercambios comerciales con la Zona del Canal. Más al extremo, un proyecto especulador “Pro Mundi Beneficio”, que en la larga noche de los 500 años nos ha ofrecido hambre y miseria. Este último, se sustentaba y se mantiene sobre los flujos de rentas producto de la posición geográfica del país.

 

Fue tanta la organización y el compromiso de tales hombres y mujeres, de esos días, que el presidente Chiari y la burguesía liberal no tuvieron otra salida que romper relaciones con los EEUU. Lo contrario, hubiese sido la negación de los sectores populares a toda la clase dominante. Durante los hechos, la clase rentista exigían el apoyo de las tropas norteamericanas (son estos los mismos que conspiraron con éxito en 1903 y celebraron 25 años más tardes en el palacio de las garzas, mientras el Chorrillo ardía en llamas).

 

Por otro lado, la embajada de los EEUU no logró asumir su rol político que exigía la coyuntura. El gobierno del enclave colonial fue superado -en las primeras horas- por los acontecimientos, delegando sus funciones al Comando Sur. Era tanta la confusión de los EEUU que dejaron como saldo 21 muertos y cientos de heridos (Gandásegui, 2015).

 

“las jornadas de enero de 1964 mostraron el rostro de un pueblo capaz de luchar hasta las últimas consecuencias y de manera organizada”, en ella se da el parto de la nación panameña. Encuentre aquí el acta de independencia y el proyecto de nación a seguir ¡NI con los GREENGOS, Ni con los RABIBLANCOS!

 

Que la presente y futuras generaciones se eduquen y organicen en los valores y principios de los mártires del 64

 

Mario Enrique De León

Estudiante de Sociología.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/182682?language=es
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