Fidel Castro: “su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra”

29/11/2016
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Vitor Teixeira
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Cuando se muere En brazos de la patria agradecida, La muerte acaba, la prisión se rompe; ¡Empieza, al fin, con el morir, la vida!” (Poema A mis Hermanos Muertos el 27 de Noviembre. Madrid 1872)

José Martí

 

“A los héroes se les recuerda sin llanto, se les recuerda en los brazos, se les recuerda en la tierra; y eso me hace pensar que no han muerto al final, y que viven allí donde haya un hombre presto a luchar, a continuar”. (Letra de la canción Su nombre es pueblo

Sara González

 

Día negro para tropa”, escribiría el Che Guevara cinco veces resumiendo uno de aquellos críticos y difíciles días en la guerrilla boliviana; parafraseando a Che el 25 de de noviembre de 2016 ha sido uno de esos días negros para los anticapitalistas y antisistemas del mundo porque muere uno de sus grandes símbolos e inspiradores: el Comandante de la Revolución Cubana camarada Fidel Castro Ruz, exactamente 60 años después de haber partido en el Yate Granma desde el puerto mexicano de Tuxpan hacia la Sierra Maestra en cuyas montañas escenificó la última y definitiva etapa de la liberación del pueblo cubano.

 

Fidel Castro fue un revolucionario creador; cuando en la década de 1950 la teoría revolucionaria recomendaba que era el Partido Comunista la organización de vanguardia encargada de hacer la Revolución, interpretando como nadie las condiciones histórico concretas de Cuba en aquel entonces (viejos , aguerridos y fogueados combatientes comunistas, pero imposibilitados de tomar el poder precisamente por ser conocidos como tales por una dictadura feroz, la de Batista) y de un profundo análisis de la situación mundial (marcada por el maccarthismo y la dura represión anticomunista), el compañero Fidel introdujo una innovación teórica, que a la postre resultó ser corroborada por la práctica (el mejor criterio para medir el acierto de la teoría) cuando creó no un partido sino un movimiento para dirigir la Revolución, que después del asalto a la fortaleza del Moncada en Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953 se conocería como el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) estructurado en células pequeñas, abierto a todo aquel que quisiera derrotar la dictadura de Batista y ante la imposibilidad del viejo Partido Comunista de llevar el pueblo al poder por medios electorales abrazó la lucha armada como la única vía para llegar al mismo y transformar la sociedad.

 

La Revolución Cubana no llegaría a ser conocida como tal, su influjo no hubiese sido tan grande y jamás habría tenido tantos seguidores dentro de Cuba y admiradores, simpatizantes e imitadores fuera de ésta si no hubiese sido por la vocación a favor de los pobres que tuvo desde el inicio Fidel Castro: concedió la propiedad de la tierra a quienes la cultivaban, le otorgó la vivienda a quien vivía en ella, entregó las fábricas a quienes trabajaban en ellas lo que lo convirtió hasta su muerte en enemigo de los terratenientes, casatenientes y capitalistas no sólo de Cuba sino del mundo que vieron aquellos actos un pernicioso ejemplo, no olvidemos que esta revolución se produce en las mismas narices de los EE. UU. a escasos kilómetros de sus costas.

 

Nadie ha enfrentado a la potencia hegemónica del capitalismo posterior a 1945, los EE. UU. con la resolución, valentía y bravura de Fidel Castro: combatió directamente contra ellos en Girón y los venció (primera derrota del imperialismo yanki en América), dirigió desde Cuba a las fuerzas cubanas que expulsaron a los racistas sudafricanos de Angola, facilitaron la independencia de Namibia y crearon las condiciones para el fin del apartheid en Sudáfrica y la liberación de Mandela; pero “pocas veces” como dijera Che (tan parco y cuidadoso en dispensar elogios) “brilló más alto un estadista” como en aquellos “días luminosos y tristes de la crisis del Caribe”.

 

Se ha tratado de edulcorar y ajustar siempre a las condiciones políticas del momento, pero, cómo entender sino como barrer del mapa al imperialismo y todo lo que él representaba al interpretar aquel fragmento de la carta de Fidel a Kruschov en la referida Crisis de los misiles del Caribe en octubre de 1962 cuando le decía que “la Unión Soviética no debe permitir circunstancias en las que los imperialistas puedan llevar a cabo un primer ataque nuclear contra nosotros…Le digo esto, porque… ése sería el momento de eliminar para siempre semejante peligro, en acto de la más legítima defensa, por dura y terrible que fuese la solución, porque no habría otra”1.

 

No hubo causa justa en el mundo que Fidel Castro no apoyara, desde Argelia, República Saharauí hasta los guerrilleros centroamericanos, a quienes envió un barco de armas que los vietnamitas le regalaron cuando vencieron a los norteamericanos, pero quizás con ninguno tuvo esa fina sensibilidad como con el pueblo de Palestina “despojados de sus tierras, expulsados de su propia patria, dispersados por el mundo, perseguidos y asesinados, los heroicos palestinos constituyen un ejemplo impresionante de abnegación y patriotismo, y son el símbolo vivo del crimen más grande de nuestra época”2 decía ante el XXXIV periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU en 1979.

 

El crimen de Barbados (la voladura de un avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo frente a las playas de esa isla del Caribe oriental) lo marcó profundamente, dicen que ha sido la única vez que se han visto lágrimas en los ojos del Comandante Fidel Castro, pero ni en ese caso de extremo dolor flaqueó; ante el sufrimiento del pueblo expresó aquellas palabras que quedaron para el futuro: “No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!”3.

 

Al pueblo de Cuba en el terreno económico (en el que tal vez sea el más criticado aspecto de su accionar) dejó un gran legado. Una economía periférica como la de Cuba (y no precisamente a causa de Fidel Castro) casi totalmente proscrita de la división internacional capitalista del trabajo, le permitió sortear bastante bien durante los primeros treinta años de Revolución todos los obstáculos heredados de su atraso, y que emanaban de la escasa producción de valor, porque su relación con la Unión Soviética no se basaba en los principios despiadados que rigen la ley del valor, pero al extinguirse el llamado campo socialista (que era al que Cuba estaba integrado) la situación cambiaba, ahora Cuba tenía que medir sus fuerzas y nivel de productividad en los marcos de la economía-mundo capitalista, careciendo como carecía de producciones con un alto valor agregado, con el agravante de que no podía acceder libremente a ella por el bloqueo económico, comercial y financiero que era objeto por parte de EE. UU.. Es aquí donde volvió a descollar el genio de Fidel Castro; conocedor de que Cuba prácticamente no producía valor (la savia del capitalismo, la única economía y sistema mundial existente, al cual no le quedaba más remedio que integrarse) intuyó, que la única posibilidad (en realidad sólo existía esa) que le quedaba a la Isla antillana era, con alguna de sus ventajas comparativas apropiarse (tanto como éstas últimas le permitieran) de aquella porción de valor ya producido (y del que Cuba carecía como se ha dicho) que se redistribuyera mundialmente; es así que nace la idea de fomentar el turismo y formar todo un ejército de profesionales de la salud. El resultado está ahí: son ambos sectores los mayores generadores de ingresos para el país, no había ni hay otros capaces de hacerlo en la misma magnitud. De no haber sido por esa genialidad de Fidel Castro, a Cuba, 25 años después de la desaparición de la URSS le hubiese sido muy difícil continuar la sostención de unas conquistas sociales que, no olvidemos, alcanzó cuando estaba fuera del accionar internacional de la ley valor mundializada, pero que una vez incorporada a la economía capitalista mundial como país periférico le hubiese sido imposible mantener.

 

Desde el mismo triunfo revolucionario Fidel Castro fue consciente de los peligros que acechaban a la Revolución, y los riesgos de su reversión histórica; treinta y siete días después del triunfo ya expresaba su preocupación al respecto:

 

Bien recuerdo el día en que tuve la noticia de la fuga del tirano, la convicción completa de que la guerra había concluido. En medio de la natural alegría de todos los cubanos, me preocupaba pensar que aquella escuela que había producido tantos hombres formidables, aquella lucha de sacrificio que había producido hombres tan ejemplares, había clausurado su curso. En lo adelante sería muy difícil distinguir el bueno y el malo, porque sólo allá en aquella escuela, en el fragor de la lucha, es posible distinguir quien sirve de quien no sirve; quien es un hombre valioso y quién un farsante, quién u interesado y quién un idealista; quién un sincero o quién un hipócrita consumado.

 

Porque luchar en las montañas, con el frío, con el hambre y con el enemigo en acecho, no es lo mismo que sentarse cómodamente en un despacho y empezar una función de carácter administrativo, sin haber conocido jamás el sacrificio. Y me preocupaba lo que podrían perder nuestros hombres en ese proceso. Y me preocupaba grandemente que el espíritu revolucionario y el espíritu de sacrificio no decaigan”4.

 

Y en 2005, cuarenta y seis años después expresaba lo mismo: “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra”5.

 

¿Se equivocó en algo Fidel?. Sin lugar a dudas, como todo ser humano, pero hay dos cosas que parecen casi inexplicables: la primera, permitir el asilo en Cuba a Ramón Mercader del Río, el asesino de Trotsky nombrado en la URSS coronel y héroe de la Unión Soviética en agradecimiento a su crimen6; y la segunda, la persecución que consintió sobre las personas homosexuales, siendo paradójicamente algunas de ellas cantores de su propia Revolución, como la integrante de la nueva trova Sara González.

 

Del primer caso, que sepamos, no se arrepintió de su craso error, del segundo tuvo tiempo de disculpar la torpeza de su actuación en entrevista a la directora de la Jornada Carmen Lira Saade7.

 

Con más luces que sombras el Comandante Fidel Castro queda para la posteridad como un referente para todos aquellos anticapitalistas y antisistemas empeñados en crear un mundo alternativo diferente al capitalismo en la que desgraciadamente, aunque como dice el compañero Santiago Alba Rico no hay otro, la Cuba post Fidel Castro con su gran dosis de liberalismo en plena ejecución parece no ser el modelo a seguir para los explotados y excluidos del mundo8.

 

Rodolfo Crespo

rodohc21@gmail.com

 

Notas

 

1. Cartas entre Fidel y Jruschov. Granma 3 noviembre de 2012. http://www.granma.cu/granmad/2012/11/03/nacional/artic02.html

 

2. Discurso ante el XXXIV periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU 12 octubre de 1979. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1979/esp/f121079e.html

 

3. Discurso pronunciado en el acto de despedida de duelo de las víctimas del avión de cubana destruido en pleno vuelo, el 6 de octubre de 1976 en la Plaza de la Revolución. http://www.granma.cu/granmad/secciones/crimen_barbados/art05.html

 

4. Buch, Luis M. y Suárez, Reinaldo. Gobierno Revolucionario. Primeros pasos. Editorial de Ciencias Sociales. La habana. 2004. Pág 80-81.

 

5. Discurso en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a la Universidad de La Habana, 17 de noviembre de 2005.

 

http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html

 

En el mismo discurso Fidel se preguntaba:

 

¿Conocían que algunos ganaban en el mes cuarenta o cincuenta veces lo que gana uno de esos médicos que está allá en las montañas de Guatemala, miembro del contingente "Henry Reeve"? Puede estar en otros lugares distantes de África, o estar a miles de metros de altura, en las cordilleras del Himalaya salvando vidas y gana el 5%, el 10%, de lo que gana un ladronzuelo de estos que vende gasolina a los nuevos ricos, que desvía recursos de los puertos en camiones y por toneladas, que roba en las tiendas en divisa, que roba en un hotel cinco estrellas…”

 

Esto mismo constatábamos en un artículo reciente, al parecer censurado por algunos medios dentro de la izquierda, ¡una persona sin trabajar gana hoy en Cuba en un día lo que otra trabajando devenga en un mes!, con la paradoja que es el Banco Central de Cuba (¿legalmente?) quien se lo paga. https://www.aporrea.org/internacionales/a237087.html

 

6. Almeyra, Guillermo. Sobre hombres y héroes. La Jornada 21 agosto 2016. http://www.jornada.unam.mx/2016/08/21/opinion/017a2pol

 

7. Soy el responsable de la persecución a homosexuales que hubo en Cuba: Fidel Castro. Entrevista a la directora de La Jornada Carmen Lira Saade. http://www.jornada.unam.mx/2010/08/31/mundo/026e1mun La primera parte de la misma en http://www.jornada.unam.mx/2010/08/30/politica/002e1pol

 

8. “Deja huérfanos incluso a sus enemigos en un mundo en el que Cuba, en pleno reflujo de América Latina y del planeta entero, no es ya el modelo”. Alba Rico, Santiago. Y en eso se fue Fidel. Rebelión 28 noviembre 2016. https://www.rebelion.org/noticia.php?id=219694

 

Nota: El título de esta nota corresponde al discurso pronunciado en inglés por Friedrich Engels ante la tumba de Carlos Marx en el cementerio de Highgate en Londres, el 17 de marzo de 1883.

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/182043
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