Porqué considero que Trump levantará el bloqueo

19/11/2016
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Algunas personas se han comunicado conmigo por la entrevista que ofrecía a VOCES DEL MUNDO donde expresé, que de acuerdo con mi criterio. Donald Trump levantará el Bloqueo comercial, económico y financiero que Estados Unidos hace más de cincuenta años mantiene contra Cuba.

 

Las razones que yo expuse para decir esto se explicaron en la entrevista, pero por un problema, al parecer de tiempo en el programa de radio, solamente difundieron la afirmación, pero no el razonamiento para hacerla, lo cual ha creado una lógica interrogante entre todos los que leyeron la entrevista.

 

CubaNews, editado por Walter Lippman, se interesó en el asunto y es por eso que hago este artículo, el cual después de ser publicado en CubaNews, lo publicaré en El Heraldo y lo enviaré a otros destinatarios, pues Walter se interesó por el asunto y considero debe tener prioridad en divulgar lo que pienso.

 

El Bloqueo comercial, económico y financiero fue impuesto con la esperanza de que el mismo ahogara la Revolución Cubana y en un momento determinado los cubanos tuvieran que pedir perdón a Estados Unidos para que lo quitaran y pudiéramos subsistir.

 

Nada de eso ha sucedido, la Revolución Cubana, con dificultades, ha continuado avanzando y viviendo, ampliando sus relaciones comerciales con otros países, en las que Estados Unidos ha estado ausente y por lo tanto, ha perdido muchas oportunidades comerciales y económicas, que de no existir el bloqueo, tendrían participación en las mismas y ahora son otros países los que sacan provecho de estas.

 

En repetidas oportunidades, el presidente saliente, Barack Obama ha planteado lo inútil que en estos momento resulta el bloqueo, además de expresar que en su opinión, el mismo debía levantarse. Considero que esta opinión de Obama es el reflejo de empresas y corporaciones deseosas de comenzar a tener relaciones comerciales con Cuba y recibir utilidades que el bloqueo le impide obtener.

 

En las declaraciones realizadas por Obama y las instrucciones que impartió después del 17 de diciembre del 2014 con el fin de crear las mejores condiciones posibles para el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, planteó a su equipo, que debía iniciar conversaciones con el Congreso encaminadas al levantamiento del bloqueo a Cuba. Algo se hizo, pero sin resultados.

 

En los últimos años, se han presentado en el Congreso de Estados Unidos un reducido número de proyectos de ley encaminados a liberar algunos aspectos relacionados con el bloqueo.

 

El proyecto de ley HR 664, nombrado Freedom to Travel to Cuba Act of 2015, fue introducido por los representantes Mark Sanford (R-SC 1st.) y James Mc Govern (D-MA 2nd). El mismo establecía la posibilidad de que los ciudadanos estadounidenses pudieran viajar libremente a Cuba.

Este proyecto tenía 127 co-patrocinadores, 109 demócratas y 18 republicanos.

 

El proyecto de ley HR 3238, denominado The Cuba Trade Act of 2015, introducido por los representantes Tom Emmer (R-MN 6th) y el representante Cathy Castor (D-Fl 14th), permitiría a los negocios privados comerciar sin restricciones con Cuba. Este proyecto tenía 22 co-patrocinadores, 12 demócratas y 10 republicanos.

 

El proyecto de ley HR 3687, titulado Cuba Agricultural Export Act, introducido por el representante Eric A. Crawford (R-AR 1st), permitiría el utilizar créditos en las exportaciones agrícolas de Estados Unidos a Cuba y además el realizar inversiones en la agricultura privada en Cuba. Este proyecto tenía 38 co-patrocinadores, de ellos 15 demócratas y 23 republicanos.

 

Lo interesante de estos proyectos, era precisamente, que un número de demócratas y republicanos se vincularon a los mismos, por lo que existió un interés bipartidista en ellos, aunque realmente limitado. No obstante todo eso, puede decirse que existen antecedentes de interés de ciertos congresistas por el asunto.

 

Ahora vamos a Trump. Él es un hombre de negocio y como muchos hombres de negocio reconoce el beneficio de que las limitaciones financieras, económicas y comerciales entre los dos países desaparezcan, para que todos los negociantes puedan establecer relaciones que le brinde utilidades a sus empresas. Lo importante no es exactamente lo que sucedió, sino lo que va a suceder.

 

En sus últimas declaraciones hizo referencia a que podría revertir todo lo realizado por Obama, pues este, para hacerlo, se había amparado en las potestades que le ofrecía la Orden Presidencial, lo cual él, como presidente, tiene la posibilidad de anular. Sin embargo, planteó también que el futuro de las relaciones entre ambos países estaría determinado en que Raúl Castro y él pudiera ponerse de acuerdo. Quizás es que piensa viajar a Cuba, o invitar a Raúl para que viaje a Washington.

 

Recuerdo mi entrevista, hace varios años, con el presidente de la American Leaf Tobbaco Company, propietaria de la patente Partagas en Estados Unidos. La Revolución Cubana le había nacionalizado las tierras donde sembraban el tabaco, los almacenes y la fábrica.

 

La propuesta de este señor era la siguiente. Cuba le daba la exclusiva de la distribución de los puros Partagas en Estados Unidos por cinco años y ellos no harían reclamación alguna por los bienes nacionalizados. Al final de los cinco años, la patente pasaba a ser propiedad de Cuba. Si Cuba lo consideraba conveniente ellos continuaban distribuyendo Partagas en Estados Unidos o Cuba se hacía cargo del asunto.

 

Según el ejecutivo , en esos cinco años ganarían mucho más dinero que lo que valía lo nacionalizado y además, recuperaría una buena parte de las pérdidas, que les había representado, todo el tiempo que debido al bloqueo no habían podido vender ni un puro Partagas en Estados Unidos.

 

Esa es la forma de pensar de un hombre de negocio. Algo parecido me fue ofrecido por otras empresas que habían sido nacionalizadas en Cuba, cuyo interés era iniciar cuanto antes el intercambio comercial y no continuar perdiendo utilidades, ni que las oportunidades fueran aprovechadas por distintos países, como los rusos, chinos, francés, españoles y otros. “Time is Money” y si continuaban perdiendo tiempo, iban a seguir perdiendo dinero.

 

Existen empresas que están realmente deseosas de poder comerciar con Cuba y el bloqueo es lo único que se lo impide.

 

El comercio de puros, de distintas marcas, pudiera llegar a cerca de 900 millones de dólares.

 

El comercio del Ron Havana Club pudiera representar cerca de 500 millones de dólares.

 

El turismo sería también una fuente importante de negocio. Pudieran viajar a Cuba anualmente 1 millón de estadounidenses, que gastarían en pasaje internacional un promedio de 400 dólares, según el lugar de procedencia, eso serían 400 millones de dólares para las empresas transportadoras. Si cada uno de ellos realiza una estancia de una semana en Cuba, tendrían que pagar un paquete turístico de aproximadamente 550 dólares, lo cual importa 550 millones de dólares que recibirán las agencias turísticas estadounidenses.

 

Sobre este aspecto y según conocemos, relacionado con los campos de Golf, ya las empresas de Trump estuvieron explorando posibilidades. Como ahora las empresas las operan sus hijos, no debe sorprendernos que en algún grupo de hombres de negocio que visite Cuba, de los que viajan con bastante frecuencia, se incluya un ejecutivo de las empresas de sus hijos.

 

El comercio de medicinas y vacunas puede ser también un aspecto importante a considerar. El precio que se le fija a la medicina en Cuba es relativamente bajo, sobre todo más bajo que el que se obtiene cuando se produce el mismo medicamento en Estados Unidos, donde la mano de obra es mucho más cara. Los tratamientos que se realizan en Estados Unidos tienen precios exorbitantes y la diferencia entre el precio de compra en Cuba y lo que tenga que pagar el paciente en Estados Unidos por la utilización de estas medicinas, puede representar un ingreso de cientos de millones de dólares para las clínicas y laboratorios estadounidenses.

 

El níquel cubano, importante para la industria estadounidense, se está cotizando en el mes de noviembre a 11,000 dólares la tonelada. Si de nuestra producción, bastante comprometida con otros países que son compradores habituales, hiciéramos el favor de vender a Estados Unidos 1,000 toneladas, serían 11 millones de dólares.

 

El levantamiento del bloqueo pudiera originar la exploración y explotación conjunta entre empresas estadounidenses y empresas cubanas de la zona económica marítima de Cuba, donde se plantea existen yacimientos de petróleo y donde la presencia estadounidense pudiera garantizar la aplicación de técnicas que permitan la explotación con altas medidas de seguridad. ¿Cuántos millones de dólares implicaría esta operación? Es un poco aventurado calcularlo, pero serían cientos.

 

La zona franca del puerto de Mariel pudiera ser también de gran interés para empresas estadounidense. Este puerto está convenientemente situado para barcos que salgan de la Florida, Luisiana, Texas y otras ciudades cuyas costas se encuentran en el Gofo de México. Es un puerto moderno, habilitado para la recepción de contenedores y de amplias facilidades, en cuya zona franca, además de tener la posibilidad de establecer industrias, las empresas estadounidenses pudieran contar con almacenes cuya operación y mantenimiento sería mucho más barata que los que pudieran tener en su país. Estos almacenes no solo servirían para suministrar a Cuba los artículos que requiera comprar, sino también para desde esos almacenes distribuir hacia clientes de Centro América y el Caribe.

 

Existen otros productos sobre los que empresas estadounidenses han mostrado interés, al igual que existen infinidad de productos fabricados en Estados Unidos sobre los que Cuba está interesada, dentro de ellos productos y equipos agrícolas, medicinas, equipos de distintos tipos, herramientas y máquinas herramientas, equipos de transporte marítimo, terrestre y aéreo, suministros para la industria turística, sistemas y programas de computación y otros.

 

El intercambio comercial entre los dos países puede alcanzar un alto nivel, beneficiado por la cercanía existente entre ambos, que no requiere altos costos de transportación ni almacenaje en grandes cantidades, pues la fuente de suministro se encuentra a pocas horas en avión y dos o tres días en barco, si es que los almacenes no se sitúan en Cuba.

 

La situación económica de Estados Unidos, con un alto déficit Comercial y Financiero, los 94 millones de personas que se encuentran fuera de la fuerza laboral y por lo que oficialmente se dice que el desempleo es de un 4.9 por ciento, lo cual no es cierto, la política planteada por Trump de cancelar los Acuerdos de Libre Comercio y el regreso a Estados Unidos de puestos de trabajo que se enviaron a otros países, requiere un comercio liberado y un mercado que ayude en cierta medida al mejoramiento de la situación interna de Estados Unidos. Las relaciones comerciales, económicas y financieras con Cuba pudieran ayudar en algo a ese propósito.

 

Algunos han tratado de plantear que Donald Trump está en deuda con la comunidad cubana por haber ganado La Florida. Los que dicen eso no se han molestado en analizar cómo se manifestó el voto cubano americano en dichas elecciones, donde Hillary Clinton recibió la mayoría de los votos de dicha comunidad, por lo que no hay deuda alguna y Trump puede sentirse libre de tomar las decisiones sobre Cuba que considere más conveniente, además de que, según encuestas realizada, cerca del 65 por ciento de los cubanos residentes en La Florida favorecen un mejoramiento de las relaciones con Cuba.

 

El levantamiento del bloqueo favorecerá la imagen internacional de Estados Unidos, mostrará al mundo que se está desarrollando una política más racional y además eliminará las posibilidades de que el próximo año, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Cuba presente nuevamente la resolución sobre el bloqueo. Pudiera Trump inclusive plantear que esa acción responde al cumplimiento de una resolución tomada en la última asamblea del organismo. Además de eso, la acción beneficiaria las relaciones de Estados Unidos con América Latina y otro países, que se sienten limitados en cierta manera para realizar operaciones con Cuba por temor a ser multados por la OFAC.

 

Esta acción, por parte de Estados Unidos, requiere no solamente el deseo de Trump, sino además que el Congreso apruebe lo que el mismo proponga. Un Congreso como el que trabajará con Trump, donde ambas cámaras tendrán mayoría republicana, presenta condiciones muy favorables para acordar el levantamiento del bloqueo a Cuba, independientemente de que algunas voces de oponentes se escuchen en el hemiciclo congresional.

 

El levantamiento del bloqueo puede ser otra, dentro de las sorpresas que nos ha dado Trump.

 

16 de noviembre de 2016.

 

- Dr. Néstor García Iturbe – para Cuba News y El Heraldo.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/181785
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