La evaluacion de los profesores ayer y hoy

Mi crimen: educar para la libertad

31/10/2016
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El pensamiento de Rousseau constituye, sin lugar a dudas, uno de los hitos más importantes de la Ilustración. No en vano El contrato social se convirtió en una de las obras más leídas después de la Revolución francesa. Sin embargo, este ensayo fue eclipsado por el Emilio (1762), que gozó de gran popularidad en su época. Este escrito sobre educación escapa a una fácil clasificación en un género concreto. Es un libro de filosofía, de pedagogía, una novela, un estudio de la bondad natural del ser humano; es, en definitiva, una narración que presenta un modelo educativo que intenta seguir los preceptos de la naturaleza.

 

En el país de Rousseau en un lugar llamado Morges, que cuenta con la Academia Musical donde desde hace 30 años en el transcurso del mes de agosto realiza conciertos de prestigio internacional, con 12 academias de bailes y más de 90 centros educativos. Se supone que en estos centros educativos se leerá y llevará a la práctica el mensaje de Rousseau a través del EMILIO, su revolucionario modelo educativo.

 

Justamente aquí en Ginebra, en ocasión de llevar a cabo un ciclo de conferencia sobre los 40 años de la OPERACIÓN CONDOR con los auspicios de la Fundación Premio Nobel Alternativo el 6 de junio del 2016 tomé conocimiento a través de la prensa que en la prestigiosa Ciudad de Morges, tres adolescentes suizos fueron sancionados con un mes de suspensión por haber evaluado a través de las redes sociales a su Profesor de Educación Física.

 

Los directivos de la institución escolar manifestaron que los alumnos no tienen aún la capacidad para juzgar la tarea de sus profesores. “Que los alumnos concurren a la Escuela para aprender y los profesores para enseñar y basta”. Es decir, que los alumnos son incompetentes para evaluar a sus profesores. Sin embargo, los padres de los alumnos en cuestión y otros padres más piensan lo contrario. Estiman que el sondeo estudiantil puede mejorar la calidad educativa. Esta historia de terrorista escolar por parte de las autoridades comenzó el 15 de mayo del 2016. El sistema educativo suizo sufrió una herida mortal al castigar severamente a los tres transgresores del sistema obsoleto. En Suiza por lo visto aterrizó tardíamente la Operación Cóndor para acallar toda voz que se levante contra la imposición del modelo neoliberal de ultra concentración de la riqueza y socialización de la pobreza. Sabemos que la educación capitalista apaga la curiosidad, la iniciativa y la creatividad sobre todo el compromiso social. En Suiza, es urgente plantear una educación nueva para una nueva sociedad del Siglo XXI.

 

Como la problemática que plantean los tres estudiantes contestatarios coincide con los datos estadísticos en que la población suiza está con increíble índices de sedentarismo y obesidad. Cuanto me anima el interés de desarrollar en Morges un conversatorio con los profesores sobre el rol de la educación frente al neoliberalismo, salvaje y criminal. El papel del Estado en los países del llamado primer mundo consiste en mantener tranquila a la población para que las empresas y las sagradas instituciones bancarias puedan funcionar sin problemas. El mayor triunfo de los señores de la industria, del comercio y fundamentalmente los bancos fue el haber conquistado las mentes de la clase política dirigente y de sus asesores intelectuales bien remunerados.

 

Historia y memoria educativa: Paulo Freire en Paraguay. Mi crimen: educar para la libertad

 

En 1972 fui director del Instituto “Juan Bautista Alberdi en la ciudad de San Lorenzo. El colegio contaba con 44 profesores, 25 de los cuales compartían conmigo el mensaje lanzado por la Iglesia católica en Medellín y que se resume en estas palabras “la educación, en todos los niveles, debe llegar a ser creadora y ha de anticipar el nuevo tipo de sociedad en América Latina”.

 

Entre nuestros mentores espirituales figuraban el argentino Aníbal Ponce y el brasileño Paulo Freire. También nos inspirábamos en las producciones intelectuales del peruano Carlos Mariátegui y en algunos documentos producidos por la reforma educativa del Perú, llevada a cabo bajo el gobierno progresista del general Velasco Alvarado. Nos aconsejaron también incluir en nuestro repertorio los Cuadernos de la prisión, del político e ideólogo de la educación, Antonio Gramsci publicada por primera vez entre 1948 y 1951. Su análisis de las dificultades que se plantean en las sociedades avanzadas y cambiantes, en las que la clase gobernante ejerce no solo el poder militar y político sino también la hegemonía intelectual y cultural, atrajo la atención de Jean Paul Sartre, Louis Althusser y otros notables pensadores de la época.

 

El sacerdote jesuita Pascual Páez, integrante del Servicio de Extensión de la Universidad Católica del trabajo de voluntariado en apoyo a la Construcción de la VILLA DEL MAESTRO de San Lorenzo, año 1971, nos obsequió un ejemplar mimeógrafo de la Pedagogía del OPRIMIDO del educador brasileño Paulo Freire, fue el factor detonante para avanzar nuestro trabajo de concientización

 

Lógico, el momento político no era el más propicio para una experiencia auto gestionaría que planteábamos. Basta recordar que ese mismo año, el Ministerio de Educación, un apéndice de la” Honorable” Junta de Gobierno del Partido Colorado (ANR) distribuyó a todas las escuelas primarias y secundarias el tristemente célebre “El Decálogo Anticomunista”,- principios y métodos para combatir al comunismo internacional, 1976. En el que se ponía en guardia a todos los maestros contra los supuestos peligros de la ideología marxista. Consciente de los riesgos que implicaba el ejecutar una pedagogía progresista carente de apoyo local, nos vinculamos con una serie de organizaciones pedagógicas nacionales e internacionales: Asociación de Educadores de San Lorenzo, Federación de Educadores del Paraguay (FEP), Universidad Católica, Confederación Mundial de Profesionales de la Enseñanza, cuya sede matriz se encontraba justamente en la Ciudad de Morges, Suiza. El Ministerio de Cultura de Educación de Argentina “Conozcamos a nuestros enemigos” fue otra cartilla distribuida en Paraguay, en 1977 con la firma del Ministro Juan José Catalán. Ambos materiales fueron enviados por el Equipo de educadores del Banco Mundial, Washington. Otra forma de penetración imperialista en las universidades latinoamericanas es “El Plan Basico”, Informe de Rudolph ATCON bajo el título “La Universidad Latinoamericana”,1978,4ª edición de ECOE, Bogotá, Colombia con el criterio neoliberal que la educación es el motor del desarrollo, mientras que Paulo Freire nos decía que la “Educación no es palanca de la transformación, pero la transformación necesita de la educación”.

 

Para definir las grandes orientaciones de nuestra futura acción pedagógica, nos reunimos en varias jornadas de reflexión un grupo de profesores/as (en su mayoría cristianos/as comprometidos/as). Ligados por algunas afinidades ideológicas, influidos por el mensaje de Medellín y por los acontecimientos de mayo de 1968 en Francia y pensando ingenuamente que se podía cambiar la institución escolar en el interior de un sistema político represivo y retrogrado, decidimos llevar a cabo determinadas acciones tendientes a democratizar nuestra enseñanza. Esto significaba en los hechos que la comunidad participaba en la toma de decisiones.

 

Los sanlorenzanos ya no estarían al margen de la escuela a mi cargo. Ellos eran protagonistas ahora.

 

Con el objeto de terminar con las viejas prácticas verticalistas y autoritarias, decidimos proceder a un cuestionamiento periódico tanto del director como los profesores. El primero era evaluado por sus colegas y estudiantes en asambleas generales: los segundos eran evaluados por sus colegas y sus estudiantes. En cuanto a los estudiantes, tratamos de habituarlos a prácticas de autocrítica sumamente rigurosa que prepararían luego, la autogestión personal y comunitaria.

 

Los estudiantes juzgaban a sus profesores de acuerdo con una serie de parámetros tales como: la competencia, la capacidad de diálogo, el desarrollo de la imaginación y la creatividad, para vincularse con la comunidad entre diversos ítems.

 

A esta altura de los acontecimientos, muchos eran los que querían conocer el verdadero rostro del Paraguay en tiempo de dictadura. Muchos alumnos y docentes se enjuiciaban entre ellos mismos y a otros. Asumieron su realidad arduamente y nuestra Escuela de San Lorenzo se convirtió en un laboratorio para despertar a los dormidos. La participación en las más variadas acciones se fue ampliando hacia los restantes niveles y llegó, incluso hasta el cuarto grado de la educación primaria. Un clima distinto coloreaba su desempeño.

 

Avanzábamos en la convicción de que era necesario llegar a la hondura misma del problema de la educación. Había que criticar, desmenuzar la cultura transmitida por la escuela para poder recrearla a la luz de nuevos valores. En la educación la pregunta fundamental para la creación y el cambio. Y, de este modo, llegamos a elaborar un instrumento de evaluación al que denominamos “TERMOMETRO ESCOLAR “(los estudiantes secundarios más bien llamaban a nuestro instrumento “COMO ATRAVESAR EL TUNEL DEL TIEMPO.”

 

La aplicación del mismo iba precedido de un planteo esquemático de la historia social y de la estructura de dominación y dependencia de cada estadio. Le seguía una descripción del hombre y su desarrollo bio-psico-social. Concluía con la presentación de tres tipos de educadores que derivan de concepciones diferentes del hombre y la educación. Estos educadores correspondían a la escuela” tradicional” (retardataria), a la simplemente “progresista” y a la “nueva”, abierta, basado en el dialogo, en la facilitación del aprendizajes para la auto-conducción personal y social.

 

Pusimos a prueba este instrumento de evaluación al comienzo con los grados superiores de la Primaria. Su manejo resultaba fácil por su esquematicidad y permitía detectar la “temperatura” de cada situación áulica, según su maestro fuese un conductor autoritario, permisivo o democrático. Para el efecto la evaluación comenzaba trazando por ej. Una raya horizontal cortada por una vertical. Al comienzo de la horizontal colocamos el año en que fue “descubierto” América Latina por los españoles, Año 1492. Justo en el cruce con la raya vertical colocamos el año de la experiencia 1971 y en el otro extremo derecho de la raya horizontal el año 2000.

 

El más importante beneficio fue, sin duda, el despertar de la conciencia, de la realidad concreta de los educadores y alumnos y las riquísimas inferencias que surgían de la circunstancia paraguaya. ¿Dónde estamos? ¿Cómo vivimos? Fueron los principales interrogantes. La discusión llegaba al consenso: la sociedad paraguaya era y sigue siendo, FEUDAL. Las relaciones de poder son de señor a siervo. La educación oficial reproducía simplemente el sistema. El combustible de la dictadura fue ignorancia y miedo favoreciendo el individualismo.

 

Impide por tanto, acceder a la conciencia social y a la participación. Frena el aprendizaje de resolución de los problemas y de la creatividad. Los jóvenes egresan de la escuela a una sociedad para la que no están preparados, pero sin resolver naturalmente la identidad propia y menos aún la de su tierra.

 

El empleo del citado “TERMOMETRO EDUCATIVO” se fue generalizando en manos especialmente de educadores sin formación didáctica. Con ellos había una corriente de entendimiento superior, directo. Con los profesionales de la educación en cambio, el hecho era diferente, no en lo formal sino en las actitudes .Los institutos profesionales no trabajan generalmente la pedagogía de las actitudes, privilegian las técnicas curriculares recomendadas por el Banco Interamericano o el Banco Mundial y esta carencia hizo que el MIEDO al cambio los llevara a actuar como lo hicieron.

 

Anotaciones, cómputos, datos de su aplicación fueron destruidos en la época de la persecución policial/militar del gobierno de Paz y Progreso sin comunismo. Recuerdo que cuando llegaron al local escolar el 26 de noviembre de 1974 los “perros rabiosos” me conminaron que les entregue el diabólico/subversivo aparato que supuestamente yo inventé. Se referían al TERMOMETRO ESCOLAR.

 

Más allá de la interpretación científica de aquella memorable experiencia queda la aseveración de Paulo Freire que nosotros hicimos nuestra:

 

“La educación en un acto de amor,

Por lo tanto, un acto de valor.

No puede temer al debate,

El análisis de la realidad,

No puede huir de la discusión creadora,

Bajo pena de ser una farsa”.

 

Por otra parte, el Lic. Lino Trinidad Sanabria con un comité de profesores se encargó de preparar el proyecto que propiciaba además de la transformación del establecimiento en una cooperativa de profesores. En ese contexto y con el nuevo clima pedagógico constatábamos con alegría el deseo de aprender que animaba a nuestros estudiantes y, sobre todo, la voluntad de compartir las luchas de nuestro pueblo.

 

En los pizarrones habíamos escritos el siguiente mensaje:

 

“El hombre y la sociedad nueva serán el fruto de la solidaridad fraterna, con el pueblo que surge en la convivencia, en el esfuerzo compartido”.

 

Se rompieron múltiples barreras, se avizoraban nuevos horizontes. Lógicamente, no todos los profesores del Instituto compartían nuestras inquietudes. El llamado “grupo reaccionario stronista”, protestó vivamente cuando solicité que las hojas de exámenes de ciencias exactas (Aritmética, Geometría, Trigonometría, etc.) fueran entregadas a los estudiantes después de las correcciones pertinentes. Me señalaba el grupo retardatario que tal medida podría ocasionar un grave daño a la autoridad del docente, quien sería controlado tanto por los estudiantes como por sus padres incapaces, según su opinión, de un juicio competente en la materia.

 

Sabíamos perfectamente el riesgo que estábamos corriendo, pero estábamos convencidos de la justeza de nuestra experiencia. El compromiso de trabajar por nuestra juventud y por nuestra patria, no impulsaba a seguir la estrella que guiaba nuestros pasos.

 

Cierto día, en presencia de los estudiantes del 5º.curso del Ciclo Bachillerato, sección mañana, el joven profesor Roberto León Reyes, me exigió que pare urgentemente el proceso de renovación pues según él, desembocaría inexorablemente en el caos total. Sus advertencias no me amedrentaron : la confianza de la mayoría de los padres organizados en el CLUB DE PADRES y de los estudiantes organizados en el CENTRO DE ESTUDIANTES DEL ALBERDI era la mejor prueba de que nuestra acción pedagógica respondía a las aspiraciones de la comunidad educativa.

 

El grupo de recalcitrantes stronistas denunció en el Ministerio de Educación la experiencia comunista que estábamos desarrollando y con el ello el entonces Ministro al servicio de la policía secreta de Stroessner, Raúl Peña, puso en marcha la maquinaria represiva.

 

El 26 de noviembre de 1974, se ordenó mi secuestro.

 

Para el régimen dictatorial yo había cometido diversas faltas gravísimas en los planos políticos, sindicales y pedagógicos.

 

Las pruebas más contundentes que fueron presentadas al Tribunal Militar integrado por militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paragua y Uruguay (OPERACIÓN CONDOR) fueron:

 

-La experiencia de autogestión educativa en el Instituto “Juan Bautista Alberdi”, en la perspectiva de la educación liberadora de Paulo Freire.

 

-La tesis con la que aprobé mi doctorado en Ciencias de la Educación, en la Universidad Nacional de La Plata que la que sostuve por una parte que “en Paraguay la educación cumple el papel legitimador del sistema imperante y está organizada para el sub desarrollo y la dependencia. Por la otra, denuncié la primera vigilancia masiva norte americana, conocida más bien como el PLAN CAMELOT (espionaje sociopolítico).1970.

 

-Más adelante, ya en la cárcel, agravé mi situación al intentar la alfabetización de compañeros prisioneros en el campo de concentración “Emboscada” a 45 kms de Asunción.

 

En definitiva, había cometido el más terrible crimen contra la tiranía…Realmente, mi crimen fue haber educado a nuestra juventud estudiosa para la libertad, es decir, haber colocado “estrellas” en el corazón del hombres libre, parafraseando a Marcos ANA, que sufrió más de 23 años en las cárceles del “generalísimo “Francisco Franco, “caudillo español”.

 

Asunción, noviembre del 2016

 

https://www.alainet.org/es/articulo/181333?language=es
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