1S

29/08/2016
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El último cuatrimestre del año 2016 será decisivo. Las revolucionarias y revolucionarios tenemos prohibido distraernos, en particular en este lapso. La burguesía antibolivariana, a través de la juventud formada por el padre Ugalde y la senectud adiestrada por Betancourt y Caldera, planifican la toma de Caracas el 1° de septiembre siguiendo las instrucciones de la OTAN y la CIA tal y como lo evidencia la agenda del Comando Sur de Estados Unidos contra Venezuela en la que Kurt Tidd señala que "es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro”.

 

Por “diversos recursos y medios” debe entenderse: (1) el paramilitarismo que ha inoculado el miedo en calles, barrios y pueblos de Venezuela con el apoyo financiero de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela y de gobernadores pitiyanquis; (2) el saboteo en la distribución de alimentos, medicina y productos para el aseo que conlleva largas y humillantes colas; (3) la especulación traducida en bachaqueo y sobreprecios oficiales que generan una alarmante inflación inducida; (4) el ataque del dólar today al bolívar; (5) la transculturización sostenida; (6) la beligerancia desde la Asamblea Nacional; (7) el sándwich fronterizo; (8) el contrabando de extracción donde un porcentaje significativo de la Guardia Nacional se hace la vista gorda a la vez que se llena los bolsillos; (9) el desprestigio de liderazgos; (10) el terrorismo mediático; (11) la difamación a Bolívar; (12) los saqueos inducidos; (13) el fracking para perjudicar el precio del barril de petróleo de la Opep; (14) el intento por introducir transgénicos; (15) el terrorismo psicológico; (16) el saboteo empresarial por parte de Fedecámaras; (17) la guerra eléctrica; (18) la siembra de antivalores para abonar la desesperanza; (19) la discriminación ideológica, racial, de género; (20) la desarticulación de Mercosur; (21) la neutralización de la sociedad comunal; (22) la banalización de todas las medidas del gobierno como parte de la defensa integral de la patria (clap, aumento de salarios, pensiones, incremento del bono alimenticio; etc.); (23) el decreto de Obama; (24) la insistencia en el referéndum revocatorio tardíamente iniciado adrede; (25) y la infiltración de dirigentes en cargos públicos vitales.

 

“El impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios” con los que la oposición antibolivariana ha resuelto hambrear al pueblo y así abonar el terreno para una crisis humanitaria alcanzan su punto neurálgico en el último cuatrimestre del año.

 

A los enemigos de la humanidad les gusta este mes: el 12 de septiembre de 1906 Cuba es víctima de una intervención militar a solicitud del presidente títere Tomás Estrada Palma; el 1° de septiembre de 1939 el gobierno capitalista nazi invade Polonia; el 11 de septiembre de 1973 la CIA asesina a Salvador Allende y extermina la Unidad Popular en Chile; el 11 de septiembre de 2008 la derecha boliviana apoyada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional asesina a indígenas en lo que se conoce como la Masacre de Pando.

 

El 1S, la derecha nordómana, en términos de José Enrique Rodó, se ha planteado cinco objetivos: (1) “exigir” al CNE el cronograma electoral, (2) “dejar instalados y activados los comandos por el referéndum revocatorio”; (3) “mostrar al mundo la condición claramente mayoritaria de la Venezuela que quiere cambio”; (4) “mostrar la capacidad de conducción y liderazgo de la MUD”; y (5) “dejar claro al electorado el contenido de la agenda de lucha”.

 

Entre los años 2013 y 2016 el pueblo venezolano ha aguantado gallardamente estos 25 misiles en una guerra de baja intensidad, pero de alta perversidad. El rentismo está en crisis. Vivimos la más importante transición de nuestra historia: de la economía de puerto a la economía del pueblo socioproductivo. El fin de la prosperidad, como dice Simón Rodríguez, de “una opulencia fundada en el apocamiento de las clases que tienen oprimidas” está cerca. La fragua de conciencia de Hugo Chávez hoy ve los frutos. Iraq, Libia, Grecia, Paraguay, Honduras, Argentina, Brasil no soportaron tal arremetida. El gobierno bolivariano ha manejado con filigrana estratégica su gestión: conoce al enemigo foráneo, a la burguesía parasitaria, a la dirigencia opositora y a los corruptos internos. El pueblo sabe que parte del saboteo, como lo explica Manuel Arciniegas de la Escuela de Defensa Integral Comandante Eliézer Otaiza (Ediceo), es “la inoperancia del 80% de las empresas públicas y privadas”, razón por la cual “debemos operativizarlas al tope porque estamos obligados a aumentar la producción de bienes y servicios”. El pueblo productor ha asumido el poder constituyente a través de colectivos y comunas (“más de 400 mil familias han aumentado el nivel de producción agroalimentaria”). El bravo pueblo, contralor, campesino, marinero y miliciano, está preparado para lo que se avecina. La burguesía parasitaria ha cavado su tumba. El 1S es el inicio de su fin, día propicio para revocarla. ¡Saquemos a los mercaderes de la vida!

 

https://www.alainet.org/es/articulo/179809?language=en
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