Del pitecantropus erectus al homo sapiens-sapiens y de éste al homo pokemonicus

22/08/2016
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
 pkemon go
-A +A

Con el Pokemon Go, cuyos adeptos –que ya se cuentan por millones- “persiguen” frenéticamente pokemones para “cazarlos” en lugares establecidos previamente por quienes lo diseñaron o por sus subcontratistas, que los lleva a comercios donde quizás compren algo (especialmente gadgets electrónicos) o a otros lugares que pueden interesar a los servicios de inteligencia, entre ellos a la CIA, pues dichos servicios que están capacitados para captar la información acumulada por el jugador en su smartphone durante la “cacería”.

 

El proyecto Pokémon Go fue creado conjuntamente por The Pokémon Company, Nintendo y Niantic, una antigua filial de Google. Niantic fue fundada por John Hanke, también fundador de la empresa Keyhole, Inc. que se especializa en la creación de mapas geoespaciales. La compañía fue financiada por In-Q-Tel, un fondo de capital privado estadounidense establecido por la CIA en 1999.

 

In-Q-Tel, en su origen llamada Peleus, est un fondo estadounidense de inversiones sin fines de lucro creado en 1999 y administrado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

 

En el sitio de de In-Q-Tel puede leerse :

 

« Mission. IQT identifies, adapts and delivers innovative technology solitions to support the missions of the Central Intelligency Agency and broader U.S. Intelligence Community”.

 

(Misión. IQT identifica, adapta y ofrece soluciones tecnológicas innovadoras para apoyar las misiones de la Agencia Central de Inteligencia y del conjunto de la Comunidad de la Inteligencia de los Estados Unidos).

 

Sobre esto puede consultarse en el Northwestern Journal of International Law & Business

Volume 33 | Issue 3, Spring 2013, el trabajo del profesor John T. Reinert: In-Q-Tel: The Central Intelligence Agency as Venture Capitalist (John T. Reinert, In-Q-Tel: The Central Intelligence Agency as Venture Capitalist, 33 Nw. J. Int'l L. & Bus. 677 (2013). http://scholarlycommons.law.northwestern.edu/njilb/vol33/iss3/4)

 

Además, la CIA, a través de In-Q-Tel, participa en numerosos “start-ups” de Silicon Valley.

 

Steve Henn escribe: For more than a decade the CIA has run its own venture capital fund called In-Q-Tel. It was founded in the late 1990s when the CIA was drowning in data and didn't have the tools to connect the dots. Today, In-Q-Tel has become one of the most unusual investors in Silicon Valley.(http://www.npr.org/sections/alltechconsidered/2012/07/16/156839153/in-q-...)

 

In-Q-Tel ha invertido en Viadeo , FacebookConvera, Inxight , Tacit Software , Attensity , Nanosys, Keyhole, etc.

 

Pokemon Go es la novedad más reciente en materia de control y manipulación de las mentes y de los cuerpos de la gente.

 

Hasta ahora, los medios masivos de comunicación y los juegos electrónicos controlaban las mentes pero con el Pokemon Go se vuelve a controlar los cuerpos, como en la esclavitud de la antigüedad y en el trabajo en cadena (fordismo) del sistema capitalista de producción. En este último, cuando el control de los cuerpos se reveló insuficiente para garantizar la preservación del sistema explotador, se introdujo el management, que permite controlar también las mentes en el proceso de producción y fuera de él.

 

En un libro reciente de nuestra autoría[1] escribimos:

“…el taylorismo u “organización científica del trabajo” y su aplicación en la práctica, el fordismo, se basó en la idea de hacer del trabajador un mecanismo más en la cadena de montaje: el obrero, en lugar de desplazarse para realizar su tarea se queda en su sitio y la tarea llega a él en la cadena de montaje. La velocidad de ésta última le impone inexorablemente al trabajador el ritmo de trabajo.

 

“…La introducción de las nuevas tecnologías requería otra forma de participación de los trabajadores en la producción, que ya no podía reducirse a la de meros autómatas. Había que modificar-perfeccionar el sistema de explotación, pues las nuevas técnicas, entre ellas la informática, requerían distintos niveles de formación y de conocimientos, lo que condujo a que comenzaran a difuminarse las fronteras entre el trabajo manual e intelectual. Es así como nace el “management” en sus distintas variantes, todas tendentes esencialmente a que los asalariados se sientan partícipes –junto con los patrones– en un esfuerzo común para el bienestar de todos. Esto no implica la desaparición del fordismo, que sigue vigente para las tareas que no requieren calificación y subsiste esencialmente en la nueva concepción de la empresa: el control del personal –una de las piedras angulares de la explotación capitalista– que se realiza físicamente en la cadena fordista de producción, continúa –acentuado– en la era postfordista por otros medios. “Gracias a las tecnologías informáticas –escribe Lars Svendsen– la dirección puede vigilar lo que sus empleados hacen en el curso de la jornada y cual es su rendimiento”.[2] El nuevo “management” apunta a la psicología del personal. Los directores de personal (o Directores de Recursos Humanos) peroran acerca de la “creatividad” y del “espíritu de equipo”, de la “realización personal por el trabajo”, de que el trabajo puede –y debe– resultar entretenido, (“work is fun”) etc. y se publican manuales sobre los mismos temas. Hasta se contratan “funsultants” o “funcilitators” para que introduzcan en la mente de los trabajadores la idea de que el trabajo es entretenido, de que es como un juego (“gamification” –del inglés “game”– del trabajo).[3]…En la cadena fordista la empresa se apodera del cuerpo del trabajador, con el nuevo “management” se apodera de su espíritu. Escribe Svendsen: “Las motivaciones y los objetivos del empleado y de la organización se presume que están en perfecta armonía: El nuevo “management” penetra el alma de cada empleado. En lugar de imponerle una disciplina desde el exterior, lo motiva desde el interior”[4].

 

Con el Pokemon Go se vuelve a controlar, ya no sólo las mentes, sino los cuerpos fuera del trabajo a fin de que la gente se desplace a los lugares que establecen los programadores del “juego” para que entren a comercios a comprar y/o espíen sin saber que lo están haciendo. Esto último, como una especie de drones terrestres, dirigidos a distancia.

 

Así se cierra el círculo de la sociedad de clases, con la alienación total – espacial y temporal, del cuerpo y de la mente- del ser humano al sistema capitalista vigente.

 

De modo que puede decirse que la esclavitud asalariada propia del capitalismo, que pudo entenderse limitada sólo a la jornada laboral, ahora se extiende a TODO EL TIEMPO de la vida de los asalariados. De alguna manera, ha desaparecido la diferencia entre la esclavitud como sistema prevaleciente en la antigüedad (el esclavo al servicio del amo de manera permanente) y la esclavitud asalariada moderna.

 

Evgueni Morozov, un intelectual de origen bielorruso residente en Boston, respondió a un reportaje que se publicó en El Pais Semanal (España) el 21/12/2015 (http://elpais.com/elpais/2015/12/17/eps/1450358550_362012.html)

 

El reportaje comienza así: Fue a mediados de la década de los años 2000, en los días en que Morozov vio cómo los blogs y los mensajes de texto espoleaban la “revolución naranja» de Ucrania y el ­crowdfunding avivaba la campaña del candidato demócrata norteamericano Howard Dean. Poco tardó en darse cuenta de que las nuevas herramientas tecnológicas también podían ser usadas por los Gobiernos para vigilar, generar propaganda y manipular la conversación en las redes. Fruto de estas reflexiones fue El desengaño de Internet (Editorial Destino, 2012), libro en el que se mostraba escéptico sobre la capacidad de las redes de ser instrumento de cambio político. Un escepticismo que se expande en su nuevo libro, La locura del solucionismo ­tecnológico (Editorial Clave Intelectual, 2015).

 

A continuación, algunos de los comentarios de Morozov en el mencionado reportaje:

« Silicon Valley hizo una especie de alianza en los setenta con intelectuales. Siempre habrá gente, a los que llamaré idiotas útiles, que intentarán capturar el zeitgeist [espíritu de la época]. Habrá libros, conferencias y charlas para que esos intelectuales puedan hacer de portavoces de la causa. Silicon Valley promueve mininarrativas. Nos habla de la web 2.0 y, cuando se agota, habla del Internet de las cosas, de la economía colaborativa… Identifican pequeños fragmentos, ocupan el debate durante dos años y luego salen con una nueva historia. No hay mucho contenido en esas narrativas. He trabajado durante suficiente tiempo en esto como para decir que son tonterías. Después de la economía colaborativa vendrá la economía solidaria, de los cuidados. Lo que nos dicen estas empresas es falso. Cuando voy por ahí diciendo que para entender a Silicon Valley hay que mirar a Wall Street, al Pentágono, a las finanzas, a la geopolítica o al imperialismo, les resulta incómodo escucharlo porque prefieren hablar de los fondos de capital riesgo, de los emprendedores, del garaje de Steve Jobs, del LSD…

 

Esos dispositivos que usamos, llamados inteligentes, ¿nos pueden convertir en más estúpidos? Hay que impugnar la palabra inteligente. Me gusta aplicar una perspectiva histórica. Muchos de los dispositivos inteligentes que nos rodean reflejan intereses y compromisos de la gente que los fabrica o configura. El motivo por el que la gente comprueba una y otra vez su Facebook oTwitter en el teléfono es que los sistemas han sido diseñados para crear esas dependencias. El modelo de negocio de este tipo de servicios es así. Cuantos más clics hago, más valioso soy; ocurre, casi, como con el condicionamiento de Pavlov. Cuantos más clics míos consiguen, más dinero hacen conmigo, lo que hace que diseñen los servicios para maximizar esos clics. Yo tengo una perspectiva cínica, banal y racional de que el dinero es lo que rige el mundo. Y eso explica el modo en que se conciben los servicios. ¿Que ese sistema nos distrae y dificulta que nos centremos? Por supuesto. ¿Es un problema de los dispositivos inteligentes? No. Es cuestión del modelo de negocio. Me niego a creer que no haya otra manera de generar comunicación entre la gente sin generar distracción. Sería la derrota final de la imaginación”.

 

El perfeccionamiento de los mecanismos de manipulación mental es objeto de trabajos académicos y de seminarios internacionales.

 

En la Universidad de Stanford, California, funciona un Laboratorio de Tecnología Persuasiva que dirige B. J Fogg, quien ha escrito un libro cuyo título lo dice todo: Tecnología Persuasiva: utilizar las computadoras para cambiar lo que pensamos y lo que hacemos (tecnologías interactivas [Persuasive Technology: Using Computers to Change What We Think and Do (Interactive Technologies)]. También se llama a esta disciplina captología.

 

Del 6 al 8 de junio de 2012 se celebró en Linköping (Suecia) el “VII Congreso internacional sobre tecnología persuasiva”. En la convocatoria al Congreso se explicaba que “La tecnología persuasiva es un campo científico interdisciplinario que estudia el diseño de tecnologías y servicios interactivos para cambiar la actitud y el comportamiento de las personas. En él confluyen ámbitos como la retórica clásica, la psicología social y la computación ubicua [5] y sus especialistas suelen dedicarse al diseño de aplicaciones en dominios como el sanitario, empresarial, de seguridad y educativo. El congreso contará con la información más actual sobre cómo diseñar aplicaciones móviles y basadas en Internet, como por ejemplo juegos móviles y sitios dedicados a las redes sociales, para influir en comportamientos, pensamientos y sentimientos”. Otras reuniones y conferencias similares se suelen celebrar en distintas partes del mundo.

 

Michel Desmurget, investigador francés en neurociencias especialista en ciencias cognitivas, proporciona estadísticas sobre los efectos extremadamente nocivos del sobreconsumo de televisión y de la utilización del lenguaje twitter sobre los niños y los adolescentes franceses (Desmurget, TV Lobotomie, la vérité scientifique sur les effetts de la televisión. Edit J‘Ai Lu, Paris, reedición septiembre 2013).

 

Cabe agregar que la “twitterización” del lenguaje, es decir su empobrecimiento extremo, conduce inevitablemente al empobrecimiento del pensamiento.[6] Las redes de comunicación electrónica como Facebook, suelen tener consecuencias negativas para el ejercicio de la conciencia reflexiva o introspección,[7] uno de los elementos fundamentales (el otro es la comunicación externa) del desarrollo de la conciencia y la formación de la personalidad. En efecto, el momento indispensable de la introspección (¿quién soy? ¿qué hago? ¿qué haré?) es suplantado por la comunicación irreflexiva a terceros (a veces a una cantidad indeterminada de personas desconocidas) de esas cuestiones existenciales.

 

Esta intercomunicación carece totalmente de privacidad y es recogida por grandes empresas que así conocen los gustos y preferencias de los consumidores, las que compran y venden tal información que es utilizada en la publicidad personalizada.

 

En interacción con el medio, desde el hominídeo hasta el homo sapiens sapiens, la inteligencia se fue desarrollando, el tamaño del cerebro, que es su base material, fue creciendo, pero no uniformemente, sino unas regiones del mismo más rápidamente que otras, según sus funciones, y aumentando su complejidad, hasta alcanzar su volumen y sus funcionalidades actuales, incluyendo la autoconciencia.

 

El hombre de neandertal, cuyos primeros rastros arqueológicos datan de hace unos 230000 años y desaparecen hace unos 30000, tenía el cerebro en total un poco más voluminoso que el ser humano contemporáneo, pero diferenciado según las áreas del mismo: más voluminoso en las áreas relacionadas con la robustez del cuerpo y con las actividades puramente físicas y menos voluminoso en las áreas relacionadas con las primeras actividades intelectuales, como el empleo de utensilios. En el hombre sapiens-sapiens las primeras se han reducido y las segundas han aumentado de volumen. Pero el volumen cerebral no es la sola base material del desarrollo del intelecto, sino también el aumento de la cantidad y complejidad de las conexiones sinápticas interneuronales.

 

Los neurobiólogos estiman en cien mil millones el número de neuronas en un cerebro humano adulto y un número muchísimo mayor de interconexiones entre éstas.

 

El uso inconsiderado de los mecanismos electrónicos fabricados y programados por los dueños del poder puede provocar un proceso inverso: el progresivo anquilosamiento de las zonas del cerebro y sus interconexiones especializadas en la actividad intelectual y que la humanidad –o buena parte de ella- retrograde del homo sapiens-sapiens al homo pokemonicus.

 

 

[1] Alejandro Teitelbaum, El papel desempeñado por las ideas y culturas dominantes en la preservación del orden vigente. Editorial Dunken, Buenos Aires, diciembre 2015.

 

[2] Un estudio detallado de la organización del trabajo en las empresas que han incorporado la robótica se puede encontrar en Benjamín Coriat, L’atelier et le robot. Essai sur le fordisme et la production de masse à l’age de l’électronique. Ediciones Christian Bourgeois, Francia. 1990. Sobre el mismo tema: de Michel Freyssenet, Trabajo, automatización y modelos productivos. Grupo Editorial Lumen, Argentina 2002.

 

[3] Véase, en el sitio http://www.changeisfun.com/about/leslie.html , la ejemplar biografía y bibliografía de Leslie Yerkes, presidente de Catalyst. Su biografía comienza así: “La especialidad de Leslie está ayudando a las organizaciones a convertir los retos en oportunidades. Su filosofía es simple: La gente es básicamente buena, bien intencionada, valiente y capaz de aprender, y el trabajo de Leslie consiste en proporcionar un marco en el que la gente puede recurrir a sus propios recursos internos para encontrar soluciones creativas”.

 

[4] Lars Svendsen, Le travail. Gagner sa vie, à quel prix? Editions Autrement, Paris, setiembre 2013

 

[5] Computación ubicua o “inteligencia ambiental” es la integración de la informática en el entorno de las personas, de forma que los ordenadores no se perciban como objetos diferenciados. La persona interactúa de manera natural con los dispositivos informáticos y sistemas computacionales que a su vez interactúan entre sí y puede realizar cualquier tarea diaria a través de dichos dispositivos (encender las luces, poner en marcha la calefacción, el horno de la cocina o el televisor, encender y apagar la computadora en el lugar de trabajo, etc. desde cerca o a distancia). Estos dispositivos pueden tener una utilidad práctica (como el que impide poner en marcha el automóvil si el conductor no ha ajustado su cinturón de seguridad, lo que induce un comportamiento positivo) pero por un lado tienden a convertir al ser humano en un robot más y por el otro permiten controlar a distancia todas las actividades, aún las más rutinarias, de las personas.

 

[6] Existe una interdependencia o relación dialéctica entre la expresión oral y escrita y la formación del pensamiento lógico, la capacidad de abstracción y de conceptualización y la capacidad de diferenciar lo real y lo virtual. Lev Vigotsky escribe: Todas las funciones psíquicas elementales habitualmente relacionadas con el proceso de formación de conceptos participan de hecho en él, pero de un modo completamente diferente. No se desarrollan como procesos independientes según la lógica interna de sus propias leyes, sino como procesos mediados por el signo o la palabra, como procesos orientados a resolver una tarea dada, formando parte de una combinación nueva, una nueva síntesis en la cual, cada uno de los procesos participantes adquiere su verdadero valor funcional. En relación con el problema del desarrollo de los conceptos, esto significa que ninguno de estos procesos, ni la acumulación de asociaciones, ni el desarrollo de la capacidad y de la estabilidad de la atención, ni la combinación de ideas, ni las tendencias determinantes, por muy desarrollado que esté, puede por separado llevar a la formación de conceptos. Por consiguiente, ninguno de esos procesos puede ser tomado como el factor evolutivo determinante, esencial y decisivo del desarrollo de los conceptos. El concepto es imposible sin palabras, el pensamiento en conceptos es imposible sin el pensamiento basado en el lenguaje. El aspecto nuevo, esencial y central de todo este proceso, que puede ser considerado con fundamento la causa de la maduración de los conceptos, es el uso específico de la palabra, la utilización funcional del signo como medio de formación de conceptos. (Vigotsky, Pensamiento y Lenguaje, pag 72 de la edición electrónica http://www.ateneodelainfancia.org.ar/uploads/Vygotsky_Obras_escogidas_TOMO_2.pdf ) Jean Piaget, con un enfoque diferente al de Vigotsky, resaltó también la íntima relación entre el pensamiento y el lenguaje (Piaget, J. e Inhelder, B. (1968). Psicología del niño; Piaget, J. (1968/1976). El lenguaje y el pensamiento en el niño. Estudio sobre la lógica del niño (I), etc.

 

[7] La introspección o percepción interna tiene como fundamento la capacidad reflexiva que la mente posee de referirse o ser consciente de forma inmediata de sus propios estados. Cuando esta capacidad reflexiva se ejerce en la forma del recuerdo sobre los estados mentales pasados, tenemos la llamada “introspección retrospectiva”; pero la introspección puede ser un conocimiento de las vivencias pasadas y también de las presentes, de las que se dan conjuntamente y en el presente del propio acto introspectivo.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/179653
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS