Universidades privadas, “donaciones” y nosotros
- Opinión
Las portadas de los principales diarios marcaron la mañana de domingo, noticiando que durante el tratamiento de la Rendición de Cuentas, la bancada del Frente Amplio propondrá una modificación en el régimen de donaciones especiales con exoneraciones fiscales que hacen las empresas privadas a los centros de educación universitarios, Universidad Católica, Universidad de Montevideo, ORT y CLAEH.
Entendamos primero como funciona el procedimiento para poder tomar posición clara, sólida y justa, porque “en tiempos apretados es hora de contar las monedas”, solía decir la Nona.
Ingresemos en tema. Cuando una empresa “dona” a una universidad privada, el Estado le devuelve a la empresa un porcentaje importante de lo que “dona” mediante una quita a los impuestos que debe pagar la empresa. Esta es la esencia de la ley.
Veamos antes algunas cifras para poder cuantificar el “sacrificio económico financiero” que hacen las empresas privadas para apoyar a las universidades, también privadas. Pero, antes de pasar a visualizar números, anticipo muy esclarecedores, debemos recordar que las Instituciones universitarias privadas son pagas, es decir, cada carrera tiene un costo para el alumno.
Bajo el llamado régimen de donaciones especiales con exoneraciones fiscales, las empresas pueden aportar fondos a proyectos específicos realizados por instituciones de enseñanza (ley 18.083, artículo 79). De ese aporte, el Estado contribuye con 75% del monto y la empresa con el 25% restante. Sí, como lo leyó, el Estado aporta (o subvenciona) el 75%. Es decir nosotros. De cada 1.000 pesos que “dona” la empresa a la Universidad Privada, 750 pesos lo ponemos nosotros. ¡La empresa hace un sacrificio de 250 pesos para financiar becas e investigación!
¡Es sorprendente afirmar que las empresas financian becas y proyectos de investigación!
Cuando nos enteramos de este tema, provocó irritación y malestar. Tomar conciencia que todos los ciudadanos de ese país, que nos esforzamos trabajando, pagando impuestos e intentando ser austeros en “tiempos de vacas flacas”, estemos financiando la formación de becarios y aportando en proyectos de investigación a estudiantes de universidades privadas es impactante para utilizar un término académico. ¡Y, que los méritos se los lleven las empresas “donantes” y las universidades privadas…!
Para continuar precisando. Un medio de prensa capitalino difundió los montos que reciben las Instituciones. Por ejemplo la Universidad Católica recibió en promedio durante los últimos cinco años US$ 481 mil anuales, la Universidad de Montevideo US$ 426 mil y la Universidad ORT, US$ 406 mil. Muy por debajo, la Universidad de la Empresa tuvo una contribución de US$ 69 mil anuales y el CLAEH, US$ 40 mil.
1.- Ahora, supongan un hipotético número de empresas que “donan” a cada Institución y el aporte se dividiera entre ellas, entonces, ¿cuánto seria el peso de las donaciones para cada una de ellas? ¿No están dispuestas a aumentar las “donaciones”, reduciendo mínimamente los márgenes de ganancia en beneficio del financiamiento de becarios en universidades privadas?
2.- Suponga que las Universidades privadas, también, hacen un esfuerzo para solventar becas a alumnos que no pueden pagar los costos de la carrera en esas Instituciones y por diferentes motivos eligieron formarse en ella. ¿Es difícil, engorroso, económicamente inconveniente disponer de un número de plazas a costo de la Institución y en beneficio de la sociedad? ¿O, los aportes sociales siempre deben ser realizados con aportes del Estado, es decir de todos nosotros?
3.- Suponga ahora que las universidades privadas determinan aumentar un dólar (30 pesos) mensual a cada estudiante en la cuota como si fuera un incremento de carácter solidario, concepto que reclaman tan fuertemente a la diputada Gelman por la propuesta.
La cantidad total transferida de nuestros bolsillos y retaceada del presupuesto educativo es de 1.400.000 dólares anuales. Si multiplicamos por cinco años, el monto transferido asciende, a nada más y nada menos, a 7 millones de dólares.
Estime cuantas becas se pueden otorgar con esos millones en la Universidad de la Republica, gratuita y con niveles de excelencia que nos enorgullecen. Calcule también, cuantos proyectos de investigación en la UDELAR se podrían apoyar. Imagine la cantidad de carreras que podrían financiarse en el interior del país con esos recursos, que en definitiva son nuestros ahorros.
Así de sencillo, así de simple es la disyuntiva que plantea la diputada Macarena Gelman, principal impulsora de esta iniciativa con profunda intención redistributiva y de equidad social con los escasos recursos que dispone la sociedad (no olvidar que provienen de todos nosotros). La propuesta, también refuerza el concepto de que en tiempos de dificultades económicas, todos debemos poner el hombro a las adversidades, especialmente aquellos sectores con mayores solvencias económico-financieras.
Apoyamos fervientemente a la diputada Gelman por la iniciativa y la acompañamos desde este espacio donde los ciudadanos que desean y sienten la necesidad de expresar sus opiniones, comentarios, críticas y propuestas encuentran un lugar.
http://parlamento-ciudadano.com/universidades-privadas-donaciones-y-nosotros/