El dólar vs. el peso

22/06/2016
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 peso mexicano
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En los tiempos de la invasión cruenta y colonizadora de España a México (1535-1821) el dinero como medio de cambio era el mismo que los españoles traían consigo; después se fue mezclando con las monedas que utilizaban los antiguos mexicanos (el cacao, la jadeíta (chalchihuis); mantas de algodón (patolcuachtli); plumas de pato rellenas de polvo de oro, etc.).

 

Los invasores españoles acumulaban grandes cantidades de oro y plata tanto de México como del resto del continente, más tarde hicieron pruebas para acuñar dinero, el cual era muy parecido al que se usaba en Europa; hicieron una aleación de oro y cobre al que llamaron peso de tepuzque, parecido a la moneda castellana o española; así se dio origen a la unidad monetaria de México y de otros países latinoamericanos.

 

Hay que recordar que la acuñación histórica de la moneda metálica viene desde el imperio romano, la cual se extendió por Europa. España que siendo conquistada por los griegos, continuó con esa labor que tiempo más tarde la introducirían a tierras de América.

 

El comercio fue abriéndose camino y fue necesario establecer la Casa de Moneda de México, siendo el virrey Don Juan de Mendoza quien la fundara en nuestro país por mandato de Carlos I y Juana (¿?), por ende las monedas traían sus nombres en latín y en el anverso el símbolo o ceca de hecho en México la moneda empezó a circular en el siglo XVI.  En el año de 1536, troqueladas en plata y de nominación 4, 3, 2,1 y medio real.

 

Con el tiempo el valor mismo de la moneda fue cambiando al acuñarse en metales industriales y al momento en que los bancos empezaron a emitir el papel moneda o billete de curso legal, el cual se sigue usando en la actualidad.

 

A través del tiempo fue modificándose la acuñación de monedas y emisiones de billetes, según la etapa histórica y evolutiva que fue dándose en nuestro país.

 

Uno de los problemas del peso mexicano y el más grave, en el tiempo que vivimos ha sido la devaluación de éste frente al dólar. Haciendo un recuento histórico, durante la guerra de Independencia y en lo que llamaron el primer imperio mexicano con Agustín de Iturbide,  la paridad estaba en $0.97 centavos  por dólar, manteniéndose  hasta 1875; en la dictadura de Porfirio Díaz, era de $1.00 por dólar. Durante el periodo de la Revolución Mexicana, se rompió la estabilidad y la fluctuación era en ocasiones desfavorable para el país, llegó a estar en $23.00 pesos por dólar en 1916. Cuando la estabilidad social y política empezó a darse de nuevo el peso regresó a $1.80 y 2.12 por dólar de 1917 hasta 1930.

 

El tipo de cambio durante el sexenio de Lázaro Cárdenas del Río era de $400.00; de Manuel Ávila Camacho, $4.85 a $6.68; Miguel Alemán Valdés, $6.68 a $8.25; Adolfo Ruiz Cortines, de $8.65 a $12.50 a pesar de que paulatinamente crecía la paridad, México logró crecer en el PIB, Producto Interno Bruto 6.5% anual hasta 1970 (gracias al desarrollo estabilizador que se logró por la actividad petrolera e industrial y los proyectos nacionales a futuro).

 

El tipo de cambio empezó a desmoronarse a fines del sexenio del Lic. Luis Echeverría e inicia la crisis cambiaria con el gobierno de Miguel de la Madrid; el tipo de cambio en ese tiempo fue de $12.50 a $2,289.58 por dólar.

 

En el año de 1993, nuevamente hubo otra devaluación y se omitieron tres ceros a los billetes de moneda nacional, pasando a lo que llamaron nuevos pesos. Con esta nueva medida se acentúa la aplicación del modelo neoliberal, con presidentes mal educados en la Universidad de Harvard, EE.UU, así fue que en el período de Salinas de Gortari el tipo de cambio pasó de  $2,289.50 a $3.41; de Ernesto Zedillo $3.41 a $9.36 pesos; Vicente Fox de $9.36 a $10.88; Felipe Calderón de $10.88 a $12,962 y,  a mediados de marzo del 2009  alcanzó a $15,365.00 pesos por dólar debido a la crisis económica mundial, alcanzado una devaluación de  poco más de 7,500%.

 

Estos gobiernos implementaron algunos ajustes tácticos con el tipo de cambio: (tipo de cambio con paridad fija; tipo de cambio dual con dos tasas distintas: tipo de cambio libre y el tipo de cambio controlado; tipo de cambio semicontrolado con “flotación” y, finalmente el tipo de cambio libre, donde el Estado realiza subastas de dólares a través del Banco de México para tratar de amortiguar las fluctuaciones bruscas de golpeteo al peso.

 

Sin duda que el problema de la devaluación se debe entre otros factores a las incorrectas políticas económicas la fuga de divisas y la especulación desmedida que convierten sus capitales en dólares o euros haciendo que el tipo de cambio aumente.

 

La devaluación representa la pérdida del valor de una moneda ante otra moneda extranjera, motivada por la inflación o emisión excesiva de dinero, el endeudamiento. Ante todo la pérdida del poder adquisitivo crea inestabilidad social y zozobra en la ciudadanía, sobre todo cuando el peso está perdiendo ante el dólar, convertido en los viejos pesos de antes de 1993 equivale a $18,300.00 pesos en lo que va 2016.

 

A partir del año 2009, en México la crisis económica propició un aumento del índice de pobres, ocasionado por el desempleo y la devaluación de nuestra moneda ante las divisas extranjeras principalmente el dólar estadounidense y los altos recortes presupuestales al gasto social o público. Las dificultades económicas golpean duramente a los estados y municipios al ver reducido los fondos que les llegaban de la federación entraron en un estado de insolvencia económica, reduciendo los salarios de los trabajadores de la administración pública, etc. La desigualdad y la pobreza, por la caída de los precios del petróleo y antes por la crisis de la deuda externa, financiera y del peso, conocida como efecto tequila.

 

Si en el siglo XIX el patrón oro y la plata habían traído estabilidad, desarrollo y crecimiento económico en varias partes del mundo, en el presente XXI siglo, habría de ser punto de análisis para su aplicación en los tiempos contemporáneos.

 

El retorno a la minería y la  mega minería con el  extractivismo de metales preciosos, al parecer no están redituando ganancias rentables a los países como México,  donde dicha actividad  ha crecido en estos años;  mucho oro, plata, cobre entre  otros metales se extraen,  incrementando  reservas para otros países  y  disminuyendo  para el nuestro.

 

Las reservas de oro y plata ya extraídas y  las que están en el subsuelo, deben considerarse estratégicas del Estado, así como la industria energética,  es decir, un mayor  porcentaje debe ser para nuestro país, cubriendo las necesidades de las mayorías y en menor grado para las empresas, nacionales y extranjeras.

 

El extractivismo mineral ha despertado la codicia de muchas transnacionales, dejando a simple vista dos cosas: alta contaminación a la naturaleza y los ecosistemas que la componen, por un lado y por el otro, desigualdad y pobreza a los países de donde extraen la riqueza.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/178290
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