Asalto de una exégesis burguesa al proceso de normalización entre los EEUU y Cuba

17/06/2016
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 sin brujula
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Sin brújula, ven en la isla un “paraguas” que los proteja de la crisis integral del poder capitalista; en busca de un sueño burgués. “¡Ay dios ampárame!”

 

Tras el asesinato de John Lennon, el escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez consagró una frase suya: “es la apoteosis de los que nunca ganan”. Podría versionarse que cada vez que acontece un incidente social trastornador, la brújula del sentido común imperante estalla del lado de quienes siempre pierden; o peor, ganan a medias. Es el trastorno frenético de quienes son excluidos del espacio de consumo del sistema burgués y terminan desplazados hacia los márgenes de la sociedad.

 

No nos referimos a las oleadas migratorias como las provenientes del medio oriente y el África subsahariana que se abalanzan hacia el centro de Europa como resultado de las guerras “locales” provocadas por la beligerancia esquizofrénica del “excepcionalismo” angloestadounidense y sus secuaces de la OTAN; sino a cierto segmento de lo que en Cuba popularmente denominamos “tembas” –personas que se acercan a, o frisan la media rueda de la vida en adelante-, y que magramente se acercan a una extinta “clase media” casi desmantelada en euro- occidente que a regañadientes han logrado conservar un retiro tras años de arduo trabajo, o han acumulado una “guanajita” en banco que hoy deviene en misérrima para sobrevivir en medio de la crisis político-económica euroccidental.

 

Tras décadas en que las agencias transnacionales de la información promovían a Cuba como un espacio tropicalizado de la “miseria socialista”, a donde ni loco alguien hubiese querido emigrar (más bien como un país emisor fuerte de emigrantes), a partir del 17D del 2014, en que dio inicio el proceso de normalización (posible) de las relaciones bilaterales entre la isla y los EEUU., esas misma agencias –por decirlo de alguna manera-, han comenzado a “chinizarnos” o a “vietnamizarnos” en el peor sentido de una semántica posible.

 

Trataré de explicarme.

 

Para ese segmento de la euro-población “temba” perjudicada por la crisis; o su equivalente en países como Argentina, somos pseudo semantizados como una apertura “china” hacia el “libre mercado” capitalista, pero sin apabullante sobrepoblación de “chinos”; tan solidarios como unos “bobos” del Caribe que se “desdogmatizan” –despolitizan-, o mejor se desideologizan en el más suave sentido del término hasta intentar alcanzar una versión “blanda” por “humana” de capitalismo “sabroso” para los capitalistas; y sobre todo siendo un “country” pobre pero sumamente abstracto por la falta de “maldad” en las relaciones sociales con los “extranjeros”. Es decir, un “paraíso ideal” para quien tiene un par de “bucks” y puede viajar hasta aquí, conseguirse una chica (o chico) autóctona, en estado de menester, y materializar su sueño dorado de vacación eterna a costas de las hendijas que –dizque-, el mismo sistema socialista está abriendo; solo por tener pasaporte extranjero.

 

Realmente existe un desplazamiento hacia nuestra región de personas europeas en condiciones de precariedad material y financiera; o a punto de… Pero lo que a ojos vista de forma prioritaria está desembarcando “aterrizando” en la Habana, son personas cerca de o que rebasan la frontera de la tercera edad, necesitados de atención médica gratuita o a muy bajo precio, de una compañía femenina (o masculina) que no joda en demasía y les permita vivir los años restantes –aumentados por la ventaja de una paz social garantizada-, sin mover un músculo; o moviéndolo en dirección contraria a las leyes cubanas. Es decir, hacia la zona de malversación.

 

El imperialismo angloestadounidense y su séquito de la OTAN desde hace mucho pretende el desguace de espacios geopolíticos que contengan reservas de recursos naturales indispensables para la continuidad esquizofrénica de la acumulación rentista de capital. Desde la emergencia de la actual hegemonía imperialista el Medio Oriente ha estado colimado y vapuleado por esos intereses; el gobierno y la política sionista de Israel junto al Islam Político (Arabia Saudita) y Turquía de manera históricamente trastornada le han hecho “la pala” a tales intereses. Desde esa zona y con extensión al cono africano subsahariano desde hace cerca de diez años las guerras locales provocadas por ese “team world” imperialista iniciaron el desguace del mundo árabe y el norte de África hasta provocar oleadas migratorias a través del Mediterráneo hacia los núcleos del capitalismo euro-occidental. La respuesta de la OTAN y la UE (Unión Europea) ha sido realmente inmisericorde, genocida. El actual Papa Francisco I, que no es totalmente de mi agrado, advirtió hace poco que dentro del actual nivel civilizatorio occidental nos hemos acostumbrado a “ver” la miseria, el hambre y los desastres humanos sin “tocarlos”. Mejor, precisaría que navegamos a nivel global un ambiente pseudo espiritual y amoral en el que contemplamos en tiempo real las angustias y calamidades sociales provocadas por la expansión actual de la cultura capitalista, como si la diversión de “comics” por la televisión.

 

Aunque nuestra región está distante del Medio Oriente no escapa a esa pandemia de guerras locales provocadas por ese “team world” del genocidio. No creo que estemos frente a un retroceso de países, proyectos políticos o programas progresistas; más bien experimentamos el clímax de una ofensiva imperialista contra ellos, con el objetivo esencial de devolver al imperialismo angloestadounidense un “patio trasero” que su “excepcionalismo” advierte de manera beligerante que le “pertenece”. Por supuesto, deshistorizando al ejercicio de su propio poder.

 

La revolución Cubana históricamente ha sido y es absolutamente solidaria con las víctimas de los ecocidios imperialistas. Estuvo y está junto al continente africano, a Viet Nam durante la sangrienta guerra de extermino angloestadounidense contra esa porción asiática, recibió compartiendo lo poco que siempre hemos tenido con las víctimas provenientes de Chile después del artero golpe de estado perpetrado contra el gobierno legítimo del Dr. Salvador Allende en 1973 como parte de aquel Plan Cóndor, que a ojos vistas parece no haber concluido. Perseguidos políticos sobre todo latinoamericanos y caribeños han recibido solidario cobijo en Cuba. Sin hablar de la colaboración en el campo de la salud y la colaboración civil.

 

Pero discernimos un entuerto por desajuste capitalista dentro de las graves complicaciones en las que se debate el mundo actual bajo esa hegemonía imperialista. Ciertas personas que huyen de los marasmos provocados por la crisis integral del sistema burgués, hablamos de personas de origen euro: procedentes de zonas geopolíticamente desguazadas por la OTAN siguiendo órdenes de la política angloestadounidense, como lo es el caso de la antigua Yugoslavia: croatas, eslovenos buscan una versión del camino de “las ratas” en dirección a espacios como el de la isla que epitelialmente muestra una seguridad y orden social, además de condiciones óptimas climáticas, cultura y relaciones sociales estables; para tirar el ancla aquí y revitalizar el sueño de un modo de vida burgués al que aspiraban antes de que el llamado “estado de bienestar” hiciese aguas por todos lados.

 

El peligro para la sociedad cubana estaría en convertirnos en receptivos pasivos de una carcoma social supuestamente deslocalizada y despolitizada, que de manera tangencial expedite la vereda que pretenden los intereses históricos de la actual hegemonía angloestadounidense en sus intensiones de recolonizar a Cuba, desmantelando al socialismo que buscamos hacer sostenible. Hasta donde hemos observado y confirmado, su apelación a formas ilegales y de malversación son evidentes.

 

Por supuesto no nos referimos a inversionistas extranjeros que abren sus oficinas a través de la Cámara de Comercio de la República de Cuba y activan legalmente sus residencias en el país. Trabajan con el país. Sino a los llamados “inversionistas con oficinas de portafolio”, que tras erogar –quizás- en Panamá (Zona Franca de) cuatro “bucks” por una “empresa off shore” pretenden colarse en el la isla trasgrediendo cualquier forma legal. Como si el estado cubano estuviese incluido en la lista de los “Panamá Papers”; que por cierto, estamos conscientes de que resulta una estrategia por parte de los intereses políticos angloestadounidenses con que hacerse del monopolio de lo depositado en los llamados “paraísos fiscales”.

 

Este proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre Cuba y los EEUU, resulta harto complicado, hasta donde la información fluida y las acciones efectivas estadounidense dejan ver, es lo más parecido al contenido enigmático de una hamburguesa McDonald. ¿Se oferta carne molida “legal”?

 

Sin propiciar un retroceso, aunque rectificación efectiva si lo requiere de por medio, las nuevas leyes, decretos y medidas de carácter migratorio hechas efectivas por el gobierno revolucionario tienen la obligación de protegernos de determinadas “tiñosas” –que me perdonen esos inocentes animalitos-, que surcan los aeropuertos, las dársenas y zonas de turismo en operaciones de prospección hurgando una hendija por dónde colarse y de manera directa o tangencial colaborar no a que el pueblo y el gobierno revolucionario cubano logren un socialismo sostenible; sino al “pase de página” amnésico al que convoca Barack Hussein Obama, con que expeditarle el camino hacia el desmantelamiento del socialismo en Cuba a la posible primera presidenta mujer de los EEUU, Hilary Clinton.

 

La teoría del “fanguero”

 

Hace unas horas aconteció, que siendo sábado –día de asueto-, mi mujer había llevado trabajo prioritario a casa y estaba concentrada en lo suyo. Mientras a mi me tocó confeccionar la comida del día, y al mismo tiempo disfrutaba del partido de fútbol entre Inglaterra y Rusia (yo siempre a favor de los rusos; nada de hooligans). De pronto la reja de entrada a mi casa fue zarandeada violentamente por una mujer con acento argentino y aspecto de “turista” en medio de un “city tour” de ciudad. Le acompañaban otras dos personas blancas que se mantuvieron a distancia prudencial (a unos cuarenta metros); mi esposa se exaltó con razón y yo salí con la disposición más “neutral” del mundo civilizado, y absolutamente relajado, el partido estaba cero a cero. La mujer no me permitió abrir la boca. De manera atropellada y como en medio de una “sirimba”, explicó que andaba buscando a cierta persona que pretendía vender su apartamento y que había llegado a ese tercer piso (frente al mar, y en primera línea de playa) con la esperanza de encontrarla. “Aquí no es”, fue mi respuesta. Y se alejó por el pasillo hacia donde la esperaban los otros. Me quedé a la expectativa, porque en el piso estábamos solamente mi mujer y yo. Al final el joven que iba con ellas tras aparentemente consultar su móvil dijo dos nombres que ella repitió volteándose hacia mí; “es en la esquina derecha de la planta baja”. Y partieron poco conformes. Había que tener en cuenta algunos elementos de juicio para comprender que todo había sido una “puesta en escena” por parte de los visitantes:

 

  • Si tenían los nombres de las personas que ofertan su casa, sabían dónde se ubicaba en el edificio.

 

  • Al comienzo mismo de la escalera está la reja de los ofertantes con el nombre de sus propietarios y un timbre enorme que hasta una persona con ambliopía puede ver.

 

  • Evidentemente no les gustó la casa en oferta; y decidieron hacer una prospección (no coordinada) por el resto del edificio, subieron cuatro pisos por las escaleras y al topar con la reja de mi casa intentaron como popularmente se dice en Cuba “meternos un pie”. Sólo que como cubanos endógenos, no tragamos.

 

  • Todo lo anterior sería una tontería comentada si uno no precisase que es la sexta vez en unos meses que un ciudadano extranjero (croata, esloveno, italiano, argentino), acompañado o no por cubanos toca en mi reja (sigilosamente) con la intención de comprarme mi casa. Y que el edificio en el que vivo desde su remodelación (para vivienda) por parte del gobierno de la capital, ha experimentado un proceso sumamente extraño en el que algunos apartamentos asignados a personas pobres albergadas o sin casa (en la calle), es decir, por caso social, han sido adquiridos por extranjeros de esa índole, hay por lo menos tres viviendo allí; uno de ellos se ha “zampado” (ayudado por “cubanos”), él solo cuatro apartamentos para construirse una casa propia; y ser dueño de casi un piso entero. Va muy avanzado en las “obras”; ¿legales?

 

El delegado del Poder Popular de la circunscripción en una reciente reunión anunció que le habían orientado que se realizaría un proceso riguroso de contraloría y supervisión en ella con el objetivo de confirmar y en ese caso rectificar ilegalidades propiciadas por personas a las que se les había asignado vivienda como caso social, y de una u otra manera fueron “incentivadas” a vendérselas a extranjeros.

 

En Cuba existen leyes y procesos legales para la venta y comercialización de viviendas a extranjeros y a firmas comerciales asentadas en la Cámara de Comercio de la República. Pero la intensión por parte de algunos ciudadanos de otros países es llegar a la isla e ilegalmente comenzar a disfrutar del contrato social que rige para los ciudadanos cubanos; sobre todo para quienes nacieron, están o viven legalmente de la parte de adentro de la zona bloqueada por los gobiernos estadounidenses.

 

El delegado, un tipo empapado por el gen humorístico tradicional de la isla, alertó a quienes estaban incurriendo en delitos de esa índole que debían aconsejarse y evitar verse sumergidos en algún “fanguero”. Todos sabemos más o menos quiénes son; quizás por ello el asunto se ha corrido y se conoce por el barrio como “la operación fanguero”.

 

Hemos reiterado en varias ocasiones que el culto abstracto al dólar estadounidense de una manera u otra incide en la situación local de la doble moneda que por momentos de la crisis y la reforma de los 90 del siglo veinte en Cuba devino en tres: dólar, peso cubano (depreciado) y peso convertible. La situación de la economía cubana no se equilibrará hasta que ese entuerto semántico-comunicativo haya desaparecido. Implica al fechitismo dinerario –se compra y se vende dinero.

 

Algunas personas generalmente optan por acopiarlo de manera improductiva, versus la propiedad legal y (valor de) uso de lo necesario; como la vivienda.

 

Contra las reformas legales aprobadas desde el 2008 se percibe una tendencia al acopio parasitario de "dinero duro" (rentismo improductivo) en mano. Bienes como la vivienda se ofertan (ilegalmente en pesos convertibles o en dólares) por quienes la recibieron mediante asignación subsidiada por “caso social”, lo que puede volver a convertirlos en vulnerables, con el riesgo de que sea otra vez el Estado el que deba solucionarles (a crédito subsidiado) un problema que depende de la justicia social efectiva; y no de “la sustancia de lo que se espera”.

 

Dicha tendencia incluye dos opciones puntuales: la intención por parte de individuos (incluso extranjeros) de adquirir una o más viviendas con el propósito de acopiar lo que es, o pueda llegar a ser capital mediante su lucro “discreto”.i La otra opción se concentra en re-potenciar servicios (por cuenta propia), ubicándolos cerca de espacios hoteleros o de alta concurrencia de turismo extranjero, apelando a procesos tóxicos de relación social.

 

Cuba históricamente fue y aún continua siendo –a pesar del bloqueo genocida estadounidense que provoca graves trastornos migratorios-, un espacio de entrada y salida de personas de orígenes diversos; con el actual proceso de normalización de marras esa tendencia, lógicamente se incentiva.

 

Todo el que esté dispuesto a vivir de su trabajo honesto, a respetar las leyes, mantener una familia con tranquilidad y responsabilidad, atención médica y escuelas garantizadas puede venir a Cuba; la nacionalidad cubana está compuesta por gente que procede hasta de la Conchinchina. Somos una etno ensalada muy diversa. Pero cierto detritus social debería abstraerse de pisar suelo cubano.

 

Somos un espacio político en el que términos como el de “gobernabilidad” no tienen sentido. Pero al no adolecer de un “pelo de tonto”, somos lampiños. Hace mucho calor en la Habana. En Cuba trabajamos muy duro para, y buscamos un socialismo sostenible. El mismo Lennon estaba consciente de ello cuando lo asesinaron en New York en 1981.

 

i Ver: Víctor Andrés Gómez Rodríguez. Socialismo sostenible versus caos institucional. SurAmericaPress. 08/04/2016. http://suramericapress.com/?p=9937&print=1

https://www.alainet.org/es/articulo/178188
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