Los ganadores y perdedores de la elección del 5 de junio

06/06/2016
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En política la lógica aritmética y/o maniquea no aplica, pues se juega en múltiples frecuencias y bandas. Como en muchos otros aspectos de la vida, en las elecciones se puede ganar perdiendo y perder ganando. Guiado por estas premisas, este es nuestro análisis sobre la jornada de ayer:

 

1. Sin duda existieron dos grandes perdedores: la dupla Enrique Peña Nieto (EPN)-Manlio y el PRD. Respecto al primero, la aprobación de EPN fue uno de los grandes factores que golpearon a los candidatos del PRI; pero llama poderosamente la atención que sus estructuras no hayan podido revertir los resultados en territorio pese a la baja participación en casi todo el país, como sucedió en 2015.

 

¿Será que alguien entendió que el "Día D" para asestar un golpe casi definitivo a las aspiraciones de Manlio era ayer y por eso bloquearon la actuación de las estructuras territoriales?

 

Sobre el PRD, se confirma que está en decadencia y de salida como fuerza política de relevancia nacional. Si bien su aparato gubernamental le dio para estrechar la diferencia con Morena en la Ciudad de México (CDMX) y ganar algunas gubernaturas en alianza con el PAN, ello no se traducirá en una ganancia directa para el partido pues ninguno de los triunfadores fue un perredista de cepa. Por el contrario, los resultados sólo serán cuotas de poder para su dirigencia “Chucha”, cada vez más desfigurada socialmente hablando.

 

2. Sin conseguir una sola gubernatura, uno de los grandes ganadores fue Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Si bien es cierto que la posible derrota en Zacatecas debe calar en su círculo cercano pues partían como favoritos, así como el margen estrecho conseguido en la CDMX no se podría considerar el mayor logro; el avance territorial de Morena en estados como Veracruz, Oaxaca, Quintana Roo y Puebla, aunado al vínculo logrado con movimientos sociales, confirman al tabasqueño como el hombre a vencer de cara a las presidenciales de 2018. Sólo hará falta que se establezcan alianzas con otras fuerzas políticas y sociales que sean compatibles con el proyecto para hacerlo aún más vigoroso.

 

3. Las victorias numéricas del PAN lo relanzan de cara al 2018, ahora con Anaya como un jugador interno que puede disputarle la candidatura a Margarita Zavala. Sin embargo, ninguno de los dos tiene el arrastre para competir efectivamente con AMLO, como le sucedió a Josefina Vázquez Mota en 2012.

 

Irónicamente, un PAN fortalecido es la mejor noticia que tiene el PRI de cara al 2018, pues el voto de castigo se fraccionaría aún más, dejando de ser en automático ganancia para AMLO.

 

4. Pese al triunfo en la elección del Constituyente de la Ciudad de México, debe ser preocupante para Morena el altísimo nivel de abstencionismo que terminó beneficiando a las estructuras del PRD. En mi humilde entender, el análisis a posteriori debe considerar los modelos de comunicación utilizados pues no se logró concientizar a la ciudadanía de la importancia de esta elección. Y ya hablando de nombres internos, sale mejor parado de la contienda Martí Batres que Ricardo Monreal, aunque ninguno de los dos logró los mejores números.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177933?language=es
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