La otra historia de América Latina

25/05/2016
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En 1971, el escritor uruguayo Eduardo Galeano sorprendió a todo el mundo con su libro “Las venas abiertas de América Latina”. Un ensayo valiente y descarnado que encontró la manera de contar el saqueo de siglos padecido por este continente, una narración que supo conjugar el lúcido antecedente histórico con el sentir de una generación de latinoamericanos. En la actualidad, se hace necesario – acaso imprescindible - consignar un nuevo capítulo a nuestra tortuosa historia. Un capítulo tan lamentable y deshonroso como todos los precedentes, no exento de agravantes. Ya no se trata, tan solo, de las “venas abiertas” sino de los bolsillos, las arcas y los paraísos fiscales… La otra historia de América Latina es la historia de la corrupción generalizada con su inevitable secuela de violencia homicida.

 

Si en décadas pasadas nos atrevíamos a discernir entre los abusadores de siempre, las oligarquías, el imperialismo, enemigos de los desposeídos…¿Qué decir, hoy, cuando muchos representantes del “progresismo” aparecen involucrados en episodios bochornosos en todos los países de Latinoamérica? ¿Qué se puede decir cuando neoliberales y “progresistas” comparten sus malas prácticas, su codicia y sus vicios? ¿Qué decir cuando toda retórica en nombre de la democracia se ha convertido, entre nosotros, en una mascarada para negocios ilícitos? ¿Qué podemos esperar cuando los señores del Narco trabajan junto a las elites políticas, a la policía y a la justicia?

 

Esta otra historia de América Latina, mal disimulada por los fastos democráticos, es la historia de la degradación. No estamos solamente ante el saqueo de las arcas fiscales en diversos países por gobiernos y políticos corruptos sino de tráfico de drogas en gran escala. Es cierto, la droga que se produce y se procesa en Sudamérica cruza la frontera mexicana y se consume finalmente en Chicago o Nueva York, distribuida por mafias locales. Es cierto también que las armas vienen del norte y que las adquiere cualquiera que posea el dinero suficiente, sin importar que se trate de militares, paramilitares, guerrilleros o carteles.

 

El Narcotráfico es, en rigor, una de las grandes inversiones estadounidenses en América Latina que involucra a todos los estamentos sociales, un lucrativo negocio que corroe cualquier ficción democrática en nuestra región. Hace cincuenta años, en plena Guerra Fría, la épica revolucionaria nos advertía del intervencionismo de la CIA, el hórrido rostro del imperialismo. En la hora presente, la DEA se ha convertido en ese rostro policíaco que amenaza con extraditar a conspicuos personajes involucrados en el gran negocio de la coca, sea que se trate de algún general chavista o el mismo “Chapo Guzmán”.

 

En nuestros días estamos escribiendo un nuevo capítulo de “Las venas abiertas de América Latina”. Ya no se trata de lejanos poderes ni de Imperios de ultramar que asolan nuestras naciones. Hoy son nuestras propias elites políticas y militares las que se han hecho protagonistas y cómplices del saqueo de estos países. En una época signada por el ocaso de las ideologías, se impone entre nosotros la tentación del enriquecimiento súbito, una tentación que comparten por igual los llamados “progresistas” y los neoliberales, la vergonzante historia presente de nuestro continente.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177700?language=es
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