Crónicas del Capitán Veto
- Opinión
I
El pasado 18 de mayo se aprobó con 147 votos a favor, 3 en contra y 88 abstenciones la llamada Ley Anti - Despidos, la cual ya contaba con media sanción del Senado desde el mes pasado y que fue reclamada por las cinco centrales sindicales.
Se trata de un proyecto de ley impulsado por del Frente Para la Victoria (FPV)1 para contrarrestar la ola de despidos que, desde el mes de diciembre del año 2015 hasta abril del 2016, lleva registrado un total de 141.542 casos (según Informe de Coyuntura Económica del Centro de Economía Argentina (CEPA)). El 43% de los despidos corresponde al sector público y el restante 57% al sector privado, primando el sector de la construcción.2 Los dos puntos fundamentales de la ley mencionan, por un lado, la imposibilidad de despedir a ningún trabajador durante 180 días y por el otro, la habilitación a los trabajadores despedidos de reclamar ante la justicia su inmediata reincorporación o el pago de una doble indemnización.
El bloque Justicialista3 (Liderado por Diego Bossio) acompañó este proyecto. Por su parte, el bloque del Frente Renovador (FR) - UNA4 liderado por Sergio Massa –ex candidato presidencial- quiso instalar su propio dictamen, donde se sumaba un programa de empleo joven y la protección a las Pequeñas Y Medianas Empresas (PYMEs).
En este escenario la abstención del interbloque oficialista (CAMBIEMOS)5 -que dio lugar a que se sancione la ley- resulta no poco llamativa debido a que desde hace varias semanas diversos funcionarios oficialistas de alta gama han manifestado públicamente que de aprobarse la ley sería el mismo Presidente Mauricio Macri quien la vetaría. Incluso él mismo hizo públicas declaraciones a principios del mes de mayo, cuando llamó a sus legisladores y a los del FR-UNA a que no acompañen el proyecto del FPV-PJ. Una vez terminada la sesión, el presidente del bloque de PRO, Nicolás Massot, ratificó que Mauricio Macri vetaría dicha ley6.
El veto presidencial pondría fin al debate parlamentario, y -los días dirán- si también supone un coste político para el Ejecutivo. De esta manera las declaraciones de diversos funcionarios actúan como dispositivos discursivos para quitarle legitimidad social a la ley que declara la emergencia ocupacional.7 Así mismo el jefe de la bancada del FPV, Héctor Recalde, anticipó durante su intervención en la sesión que “si (el presidente) la veta, va a existir otro veto, el de los trabajadores"8
II
El 19 de mayo se llevó adelante el plenario del Consejo Nacional del Salario Mínimo Vital y Móvil, donde participaron representantes del sector empresarial y de las distintas centrales de trabajadores, además de funcionarios nacionales, incluido el Ministro de Trabajo Jorge Triaca y el Presidente, Mauricio Macri. Allí se estipuló que el salario mínimo pasaría de $6060 a·$8060 en enero de 2017 y que el seguro de desempleo pasaría de $400 a $3000. Desde las Centrales de los Trabajadores esperaban duplicar estos números.9 De esta manera el Gobierno Nacional impulsó una escenografía de diálogo con los representantes sindicales, al mismo que tiempo que diseñaba el discurso con el cual vetaría al día siguiente la Ley Anti – Despidos.
Hacia el atardecer del mismo día se confirmó que el veto presidencial sería total y que se llevaría adelante en un acto en la empresa Cresta Roja donde además anunciaría lo convenido en el Consejo Nacional del Salario.
III
Lo cierto es que el día 20 por la mañana, tal como se había anunciado, el Presidente de la Nación, vetó la ley.
En un escenario armado, con trabajadores de fondo, con empresarios e intendentes como público y acompañado de su ex compañera de fórmula en la Ciudad y actual gobernadora de la Provincia, María Eugenia Vidal, Macri acudió a un tipo de discurso, al cual ya nos tiene acostumbrados, donde las medidas de ajuste se explicitan con conceptos posmodernos, que pendulan entre libros de autoayuda y meritocracia: confianza, amor, alegría, capacidad, esfuerzo, son los centrales. El trabajo ya no se trata de un derecho que el Estado debe garantizar, se corre del plano de lo político y se inscribe en el plano de lo mágico religioso donde el Presidente ratifica: “tener empleo es una bendición”.
El Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en declaraciones públicas, a la finalización del acto presidencial, sostuvo lo que ya había planteado Macri, casi como un Copy Paste “este proyecto de ley no favorecía a los trabajadores, sobre todos a los que están buscando trabajo o están en la informalidad”. Estas declaraciones resultan de un fuerte cinismo si se leen teniendo en cuenta el lugar desde donde se hicieron. Cresta Roja fue el primer conflicto laboral que sufrió la gestión Macri, en diciembre de 2015, donde hubo miles de despedidos, donde el gobierno nacional mandó las fuerzas policiales a reprimir, donde reincorporaron a menos de la mitad de los trabajadores despedidos con una reducción de salario. Qué bien hubiera venido una ley que declarase la emergencia ocupacional, claro, siempre y cuando lo que primemos sean los derechos de los trabajadores y trabajadoras y no nos quedemos solo con los intereses empresarios.
Por su parte, las centrales obreras discuten qué acciones tomar. El titular de la CTA de los Argentinos, Hugo Yasky, señaló que “(Es) el segundo error que va a cometer Macri. El primero fue darle la espalda (a la ley), y el segundo vetarla, porque esta ley no surgió por generación espontánea sino que viene traccionada por las cinco centrales sindicales, respaldada por más de 300 mil trabajadores en un acto multitudinario, aprobada por una mayoría en el Congreso; va a ir en contra además de lo que siente el 65 por ciento de los ciudadanos que en todas las encuestas responden que este es un problema que se tiene que resolver y que la ley es lo que corresponde para hacerlo”.10
Lo cierto es que Macri rebautizó esta ley como Ley Anti - Empleo. Ley que de aprobarse hubiera operado contra los argentinos, según su propia interpretación. De esta manera se autoenuncia como una figura salvadora al vetarla. Al fin de cuenta él es el Capitán Veto.
Sabrina Flax/CELAG
http://www.celag.org/cronicas-del-capitan-veto-por-sabrina-flax/
1 Cuenta con 79 bancas en la Cámara de Diputados
3 Cuenta con 17 bancas en la Cámara de Diputados
4 Cuenta con 37 bancas en la Cámara de Diputados
5 Cuenta con 82 bancas en la Cámara de Diputados
Del mismo autor
- Documento especial: El claroscuro del futuro colombiano (II) 01/12/2016
- El claroscuro del futuro colombiano (I) 21/11/2016
- Peña Nieto y su GPS fallido 08/09/2016
- MORENA y los desafíos de la izquierda en México 15/08/2016
- Golpes siglo XXI: nuevas estrategias para viejos propósitos. Los casos de Honduras, Paraguay, Brasil 03/07/2016
- Ganó la Paz 23/06/2016
- El visitante 20/06/2016
- Decime la verdad que me gusta 10/06/2016
- Conflictos en la frontera colombo-venezolana y el retorno del uribismo 23/05/2016
- Crónicas del Capitán Veto 23/05/2016