Hace 55 años, con el general Park, Surcorea abandonó el feudalismo y se convirtió en una potencia industrial

17/05/2016
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El 16 de mayo de 1961, 55 años atrás, fue una fecha clave en la historia de la República de Corea (Corea del Sur), ya que a partir de entonces se produjo la gran transformación que llevó a ese pequeño país del sureste asiático de solo 99.720 kilómetros cuadrados, algo menor que la provincia argentina de Catamarca, con 102.602 km2, a convertirse, de la nada, en la decimocuarta potencia económica del planeta con un producto interno bruto (PIB) de 1,849 billones de dólares estadounidenses.

 

Ese día se instaló en el gobierno del Consejo Supremo para la Reconstrucción Nacional liderado por el general Park Chung-hee desplazando por la fuerza a las autoridades prexistentes y convocando a elecciones que lo convirtieron en presidente constitucional hasta 1979 cuando fue asesinado por los jefes de la Central de Inteligencia que pretendieron dar marcha atrás al proceso de cambios que no pudo ser alterado y a cuyo frente está hoy su hija Park Geum-Hye, la actual presidente.

 

Budista y creador del Partido Republicano Democrático, Park desarrolló un proceso de transformación a partir de una economía feudal que hundía en el atraso al país para llevarlo a otra de carácter industrial, con creciente nivel tecnológico y de gran inserción internacional que hace que el 44,2 por ciento de su producción tenga como destino las exportaciones, especialmente en electrónica, telecomunicaciones, automotores y productos químicos con destino a casi todo el mundo.

 

Su principal cliente es China, hacia donde en 2015 se dirigió el 30% de las exportaciones, seguida por los Estados Unidos de América, con el 12,3%, el Japón con el 5,6% y Singapur con el 4,2%, mientras sus importaciones provinieron de la misma China en un 17,1%, el Japón en un 10,2%, los EUA en un 8,7%, Arabia Saudita en un 7,4%, Qatar en un 4,9% y Alemania en un 4,1%, como sus principales proveedores, entre los que, como se observa, en más de una octava parte son abastecedores de hidrocarburos.

 

Calificado como un dictador autoritario, Park, con ciertos parecidos a los emperadores japoneses de la Restauración Meiji del Siglo XIX, cargó contra los feudales, el liberalismo y la corrupción al punto de que en una ocasión hizo detener a trece grandes empresarios a los que liberó cuando se comprometieron a invertir en proyectos estratégicos que se les establecieron y después de haberlos hecho desfilar por las calles de Seúl portando carteles con la leyenda “Soy un cerdo corrupto”.

 

Park conocía las políticas industrialistas del Japón por su experiencia como miembro del ejército de ese país, ya que Corea era parte del Imperio Manchukuo, y como tal combatió contra los EUA durante la Segunda Guerra Mundial hasta que regresó a Corea del Sur en 1946 donde alcanzó el grado de general a pesar de que fuera perseguido por el presidente Syngman Rhee, quién lo expulsó del ejército por sus presuntas ideas socialistas juveniles, pese a lo cual reingresó y se perfeccionó en los mismos EUA.

 

EL PIB Per Cápita coreano en 1961 alcanzaba a solo u$s 72 anuales (unos u$s 2.100 actuales en poder de compra), cifra multiplicada por más de 17 veces para llegar a los u$s 36.700 actuales, en un país de 26,9 millones de asalariados, lo que fue posible a partir de un Plan Quinquenal implementado a partir de 1962 conducido por un Consejo de Planificación Económica que se apoyaba, centralmente en el Ministerio de Comercio e Industria y en el Ministerio de Finanzas, con el apoyo de los EUA, “Guerra Fría” mediante.

 

Como señala Iván Cheresky en su tesis sobre los “Tigres Asiáticos” en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, con Park “Hubo una política crediticia selectiva y regulada, con represión financiera y (,) en algunos casos (,) hasta con control directo del gobierno mediante bancos estatales”, al punto de que en la actualidad la tasa de interés bancaria se sitúa en el 1,5% anual, con tendencia descendente ya que en 2014 se situaba en el 2%.

 

Las políticas, como señalara el mismo Cheresky, se basaron en “subvenciones selectivas, proteccionismo, manejo de las tasas de interés, y represión salarial” por lo que se trató de un proceso “dirigido desde el estado, si bien fue llevado a cabo en un contexto de economía de mercado”, que incluyó avanzar contra “el sesgo anti exportador creado por la protección comercial interna para permitir a los exportadores competir en condiciones favorables (o no desfavorables)”.

 

En el caso de Corea del Sur, su política inicial restrictiva “con” (sacar) respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED), le cerrará una vía de adquisición tecnológica de manera que la misma se dio a mediados de la década de 1970 ya que el modelo basado en tecnología madura se agotó por la competencia con países de niveles salariales más bajos, y por el proteccionismo tecnológico de países desarrollados (mediante patentes) lo que demoró las exportaciones a lo que se respondió con innovación propia.

 

El PIB de Corea del Sur, de acuerdo con las cifras estadísticas de 2015, está conformado solamente en un 2,3% por el sector agrícola-ganadero, en tanto que el proceso desarrollado a lo largo de estos 55 años hizo que el 38% correspondiese a bienes de carácter industrial y el restante 59,7% a los servicios, en un país cuyo Coeficiente de Gini (método internacional de medición de la distribución del ingreso) es de 30,2, similar a los de Australia y Canadá sobre unos 20 de los líderes escandinavos y algo más de Alemania.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177511
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