Entrevista en Roma a la reconocida actriz Leticia Sabatella, contraria al “Golpe institucional”

 “Estoy aquí para defender la democracia”, dice la actriz brasileña Leticia Sabatella.  Y su bello rostro se enciende mientras explica al Manifesto porqué ha decidido jugarse contra el impeachment a Dilma Rousseff.  La hemos encontrado en Roma luego de la entrevista que ha tenido por más de una hora, con el Papa Bergoglio.  Junto a la Juez Kenarik Boujikian, Sabatella ha llevado al Papa “el saludo y la posición de los Movimientos Populares” y una carta del abogado Marcelo Lavenere, miembro de la Comisión Brasileña de Justicia y Paz de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (Cnbb), el hombre que ha escrito la solicitud de impeachment del ex presidente Fernando Collor de Mello, depuesto en 1992.

En el documento, Lavenere denuncia que el Brasil “está por sufrir un golpe de estado” y que el proceso de impeachment contra Dilma es “carente de fundamento legal”.  Un golpe que tendrá repercusiones en los otros países de América Latina, donde “gobiernos con una orientación contraria a la visión neoliberal y a favor de políticas de inclusión han sido o están por ser desestabilizados”.  Una carta enviada por Joao Pedro Stedile, de la dirección nacional del Movimiento Sem Terra, a más de ser uno de los organizadores de los encuentros mundiales entre Bergoglio y los movimientos populares.  Y ayer el Papa, durante los saludos a los grupos de lengua portugués presentes en la audiencia general, ha pedido  rezar por el Brasil, con el fin de que pueda encontrar “armonía y paz”.

¿El Pontífice está contra el impeachment?

Hemos tenido una entrevista larga y cordial, durante la cual el Papa ha escuchado con interés el mensaje de los movimientos populares con los cuales ha organizado dos encuentros mundiales.  Francisco es el Papa del diálogo y del encuentro, el Papa de los pobres.  Los que han organizado el impeachment quieren imponer un mensaje de violencia y de cierre, llevar al retroceso al país y borrar las conquistas de los más pobres realizadas durante los gobiernos Lula y Rousseff.  Cuando he decidido  defender abiertamente la democracia, he recibido una oleada de insultos y amenzas.  Se ha abierto un abismo de violencia que hemos visto volcarse contra nuestra presidenta, la primera mujer en dirigir el Brasil.

¿Qué  ha sido para una artista como usted los años del gobierno del Partido de los Trabajadores?

Ha habido un gran desarrollo en ámbito cultural, que se ha reflejado en la vitalidad expresada por el cine y por el teatro, visible hasta a nivel internacional.  Los gobiernos del PT han dado impulso a la producción popular, sea en la música que en lo que se refiere a las tradiciones de los pueblos indígenas y esto ha tenido un impacto significativo sobre el resto de la sociedad.  También yo he realizado un documental sobre edificios sacros a las poblaciones indígenas, un trabajo hecho principalmente por ellos, yo he contribuído a la recolección de fondos.  En estos años he tenido muchas críticas hacia el gobierno, que habría podido hacer más por la protección del ambiente y de los recursos, a partir de la reforma agraria, en cambio ha reproducido el modelo capitalista de desarrollo.  Pero se necesita reconocer que los del PT han sido de los mejores gobiernos que hemos tenido, y ahora se trata de defender la democracia y los derechos adquiridos por el ataque de las fuerzas golpistas.  Durante las últimas elecciones, Marina Silva ha buscado confundir al pueblo con un discurso ambientalista.  Pero mis dudas han desaparecido cuando he visto que apoyaba un programa neoliberal.

Grandes medios y TV han amplificado los ataques contra la Presidenta.  ¿Qué cosas pueden hacer los artistas?

Nos estamos movilizando muchos.  En estos años, gracias a los cambios realizados, el país, y sectores populares, han reconquistado la autoestima.  Tener como presidente a un ex-obrero como Lula y luego a una ex-guerrillera como Dilma han subvertido los cánones del imaginario.  Ahora, la derecha, las Iglesias evangelistas y el arco de las fuerzas reaccionarias y conservadoras conducen una gran ofensiva para hacer retroceder con violencia los valores positivos, imponiendo la imagen de una mujer sumisa, criminalizando el aborto y las diferencias sexuales, llevando un discurso racista allí donde habíamos construído diálogo y respeto.  Han visto las cosas que han sucedido en el Parlamento durante la votación de impeachment,  no se ha discutido del mérito solamente se ha dado desahogo a lo peor.  En este momento puede producirse una ruptura del estado de derecho y una no se puede quedar sólo mirando.

Traducido por Gabriela Pereira

Il Manifesto, Edición del 12.05.2016