Avance histórico
- Opinión
En una jornada memorable, la Asamblea Legislativa aprobó ayer, por unanimidad, la propuesta de reformas a la Ley de Telecomunicaciones elaboradas por la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) en diálogo con los principales actores mediáticos del país.
Tras una maratónica jornada, la Comisión Ad Hoc logró tener un dictamen al final de la tarde y llegada la media noche estaba finalmente aprobándose la reforma en el pleno legislativo, ante la presencia de representantes de medios, organizaciones y la SIGET.
La reforma -que modifica una treintena de artículos de la referida ley- reconoce a los medios comunitarios y establece un mecanismo de concurso público distinto a la subasta para la asignación de concesiones sin fines de lucro, resolviendo así una demanda histórica de las radios comunitarias y de las organizaciones populares.
La reforma también elimina la prórroga automática de las concesiones y establece un procedimiento para su renovación.
Además, la reforma incorpora aspectos referidos a las nuevas tecnologías del ámbito info-comunicacional y redefine algunas facultades de la SIGET relacionadas con la liberación de frecuencias, reorganización del espectro, traspasos de derechos de explotación de frecuencias, entre otros.
Esta reforma constituye un primer paso relevante en el proceso de democratización de las comunicaciones a través de un marco jurídico y políticas públicas que permitan la construcción de un modelo de medios más diverso, plural y democrático que sustituya al actual esquema corporativo, concentrado y antidemocrático.
El proceso de reforma se abrió con la sentencia y resolución aclaratoria de la Sala Constitucional sobre la Ley de Telecomunicaciones, que resolvió dos demandas presentadas por ARPAS y la ReDCo. Las demandas impugnaron el mecanismo de subasta para la asignación de frecuencias, la renovación automática de las concesiones y otros aspectos de la Ley de Telecomunicaciones.
A la implementación de lo aprobado ayer deberá seguir una nueva generación de reformas que incluya medidas antimonopólicas para revertir la concentración mediática y otros estándares de libertad de expresión que no lograron incorporarse.
Por ahora, la reforma moderniza, actualiza y le introduce los primeros visos democráticos a una ley caduca y excluyente que los poderes mediáticos se resistían a cambiar. La reforma aún no cambia la estructura mediática actual, pero abre el camino para construir un modelo más diverso y plural, y eso es un avance histórico.
Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS)
http://www.prensa.arpas.org.sv/
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