Diálogo entre gorgojos de pino

21/04/2016
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 bosque dos small
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Hace ya mucho tiempo que no nos miramos ¿Qué fue lo qué pasó para que ello sucediera?  Yo creo que se debió a las fuertes lluvias que desde mayo a septiembre se hacían presentes en el país. A mi me parece otra cosa, los depredadores del bosque y pájaros, incendios forestales y la deforestación por la ganadería extensiva son las principales causas. Recuerdo que uno de nuestros enemigos, el pájaro carpintero, desapareció de Honduras y es una especie en extinción.

 

Pero hay también otras causas no te parece. Una es el desprecio que tiene la mayoría de los hondureños y sus gobernantes hacia el bosque. Creen que el recurso forestal como los “garrobos” es infinito y no se terminarán jamás. No respetan los planes de manejo ni protegen las fuentes de agua, más bien las usan como negocio afectando a comunidades que viven de ella como los pueblos lencas. Igualmente, hay empresarios e intermediarios que explotan el bosque sin regulación ni control, terminando incluso con áreas de vocación forestal localizadas en zonas protegidas y de amortiguamiento.

 

Pero quiero también agregar la débil capacidad institucional para proteger el bosque. El presupuesto del Instituto de Conservación Forestal (ICF) es el 14.3% del presupuesto anual de la Secretaria de Seguridad y 10.2% de la Secretaria de Defensa, y  las FFAA le quitan más de 200 millones de lempiras anuales para combatir los incendios forestales, pero estos siguen su curso. Un 58% del presupuesto del ICF son fondos externos, contrario al pasado donde más del 70% del presupuesto eran fondos nacionales.

 

Todos estos recursos asignados además de insuficientes no ayudan a controlar los incendios forestales y la destrucción acelerada del bosque de pino hondureño.  En la quema del parque Yaneth Kwas se demostró que el control de los incendios forestales y protección del bosque, fuentes de agua y biodiversidad necesita de la participación consciente y organizada de la población.

 

Otro factor es que la cooperación internacional sigue dando pasos de ciego en materia de protección y uso racional de los recursos naturales. Aunque en algún tiempo operó una mesa de cooperantes del sector forestal, está no se integró a las políticas, planes y demás intervenciones del gobierno central y gobiernos locales con el fin de proteger y desarrollar dicho sector para beneficio de la población que vive de su explotación. Se acompaño la formulación de planes estratégicos, sectoriales e institucionales que en la actualidad están desfasados, no son creíbles para los actores reales del sector como ejemplo las cooperativas forestales y resineras, grupos ambientales y las pequeñas y microempresas del sector.

 

Te cuento que estos cooperantes y organizaciones ambientales se han inventado un concepto denominado gobernanza forestal, y han creado varias plataformas de gobernanza ambiental en cinco Departamentos de Honduras (Colón, El Paraíso, Olancho, Yoro y Atlántida) para promover el comercio justo de la madera y luchar contra la tala ilegal del bosque. Tú y Yo sabemos que es un “chaqueteo institucional” como ese cuento de la depuración policial sin ciudadanía,  en tanto no hay voluntad política de los grandes empresarios de la madera, intermediarios y funcionarios públicos por ejercer un control estricto sobre lo que se corta, comercializa y vende. Además, la Estrategia Nacional de Forestaría Comunitaria (ENFC), Estrategia Nacional contra la Tala Ilegal  (ENCTI) y el Programa Nacional de Desarrollo Forestal (PRONAFOR) son papel mojado. Recuerda aquella vez que un maderero de Talanga dijo que había que cerrar ICF porque no sirve ni para contar la madera que se vende por las comunidades y que era mejor que nuestros intermediarios negocien directamente.

 

En algún momento tuve la esperanza que los proyectos de la Unión Europea (UE), caso de MOSEF y CLIFOR fueran la solución a la atomización institucional, pero me equivoque. En los territorios y comunidades persiste la creencia que se diseñaron para cumplir requisitos con los cooperantes y maquillar la institucionalidad forestal a través del reunionismo y comisionismo burocrático de las instancias de la Ley Forestal y técnicos de los proyectos, por cierto muy caros. Además, no ha sido posible conformar y validar una política de desarrollo del sector forestal integral y de largo plazo que se acompañe directamente y en forma conjunta con las instituciones de gobierno involucradas, agencias cooperantes y actores territoriales.

 

Se contabiliza que hemos destruido 617,000 has de bosque de pino, pero tú sabes que son y serán más, unas 800,000 has. o sea el 42% del bosque total.  Nuestra meta es afectar cerca del 45% del bosque total en 2016, para hacerles ver a los hondureños, funcionarios públicos y dirigentes de partidos políticos, que hay que cuidar el bosque tal como se los recomendó Bill Clinton después de los impactos desbastadores en la economía y sociedad hondureña dejados por el Huracán Mitch en 1998. Estamos hablando de perdidas de arriba de los 265 millones de dólares para fines del año, si es que el pacto climático que tenemos con el NIÑO no se rompe y las lluvias aumentan en comparación con el año anterior.

 

Algo que nos preocupa ¿(Quién se beneficia del corte de madera y la biomasa que queda?). Son los mismos de siempre: empresas extranjeras en asociación con empresas e intermediarios nacionales. Teníamos la esperanza que la madera serviría para construir y reconstruir las casas de familias de bajos recursos monetarios, e incluso compensar a las comunidades agroforestales por las pérdidas de bosque habidas y no recuperadas. Pero también esperamos del Estado un programa masivo y permanente de reforestación, acompañado de más recursos económicos y financieros para el ICF y la definición de una política forestal con cooperantes focalizada en la protección del bosque, fuentes de agua y biodiversidad.

 

Para el próximo año esperamos que nuestros hijos y nietos sigan con la tarea encomendada, penetrando la zonas de la Mosquita y Patuca. Pero nuestra voluntad final antes de morir es que el gobierno, los cooperantes y las comunidades hagan algo para que ello no suceda. Hay que volver a reconstruir el hábitat natural del bosque y las especies animales y vegetales existentes, igual diseñar una política de Estado donde el agua para consumo humano tenga prioridad por sobre los otros usos.  Tú sabes que hay comunidades enteras que se han quedado sin agua por la construcción de represas hidroeléctricas sin la aprobación y participación efectiva de la población, igual familias campesinas tienen que caminar hasta tres horas para conseguir agua.

 

El año 2017 será un año político; presagia que nosotros actuaremos libremente ya que los recursos del Estado serán desviados al logro de objetivos electoreros y la agenda publica no tiene espacio para seguir con una estrategia de combate a la destrucción del bosque de pino, no solo causado por nosotros y nuestra familia, sino por los mismos hondureños y gobiernos.

 

 Siguatepeque, 21 de abril de 2016

 

https://www.alainet.org/es/articulo/176941
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