Se va el “manisero”, dice…

23/03/2016
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Obama entrvistado en CNN obama cnn
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Goodbye American “embargo” against Cuba; don’t count on me, forget me! Al fin Barack Obama lo confiesa…

A poco más de setenta y dos horas de su arribo al Aeropuerto “José Martí “ de La Habana, el presidente de los EE.UU. Barack Hussein Obama confiesa a CNN que para relativa tranquilidad de quienes se oponen a la apertura y normalización de las relaciones bilaterales entre Cuba y los EE.UU., dicha visita no implicará ni para ahora, ni para el futuro avances sustanciales de su parte. Olvidarlo.

 

Así es que junto a su comitiva realizará una visita de “cortesía” oficial al interior de la zona bloqueada en la isla –excluyendo a la ilegal Base Naval de Guantánamo-; si alguien dentro de dicha zona tenía fraguado ponerse un pulóver con la imagen del primer presidente no blanco estadounidense –lo decimos porque así ocurrió con algunos el día en que salió electo, dos mandatos suyos antes-, que lo vaya cambiando por un par de chancletas chinas o una tarjeta wifi de las que vende Etecsa.

 

"En una entrevista concedida a la cadena televisiva CNN en Español [ver foto], el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró este lunes (14.03.2016) que el proceso de normalización de las relaciones con Cuba que ha impulsado su gobierno no significa, en modo alguno, “hacer concesiones” a La Habana y expresó su esperanza de que el bloqueo contra Cuba pueda ser levantado por el próximo presidente norteamericano." Argumentó además con respecto a “las relaciones con Cuba y su impacto en América Latina que: “Este es, creo, el punto culmen (sic) del arduo trabajo que hemos hecho en América Latina. Considere que cuando asumí la presidencia el prestigio de EE.UU. en la región era muy bajo, con figuras como Chávez y el Alba en ascenso.” Aclaró que “Había mucha sospecha con respecto a las intenciones de EE. UU., y mi política fue entablar una relación con base en el interés mutuo, el respeto mutuo. […] Dimos un paso atrás para atraer tanto a los amigos como a los adversarios en la región, en sólidos términos diplomáticos, a fin de producir resultados concretos sobre comercio exterior, negocios, educación, ciencia y energía. […] En consecuencia, ahora vemos en América Latina, en todo el hemisferio, un mayor respeto a EE. UU. y una percepción de que de hecho estamos interesados en ser socios fuertes, en pie de igualdad con los países de la región." Y la cereza del helado: “La única pieza que quedaba y que era un vestigio de la Guerra Fría era Cuba. Y mi opinión era que una política que no había funcionado durante 50 años, desde que yo nací, exigía ser revaluada. Entonces, sistemáticamente fuimos trabajando en lo que pensamos podría ocurrir si interactuábamos con el Gobierno cubano […] no se trata de hacer concesiones al Gobierno cubano […] [sino] de interactuar en forma directa con el pueblo cubano y de poder tener conversaciones sinceras y firmes directamente con el Gobierno cubano, del mismo modo en que lo hacemos con los gobiernos chino, vietnamita y ruso, un conjunto de países con los cuales podemos tener desacuerdos, pero con los que reconocemos que tendremos más influencia y mayor capacidad de abogar por los valores que nos son queridos, cuando tenemos un diálogo con ellos […] hemos hecho cambios administrativos que son razonables, inteligentes y legales. En última instancia, para poner fin al embargo completo se requiere el accionar del Congreso. […] Hay apoyo bipartidista, pero aún no llega a su masa crítica. [...] en algún momento del gobierno del próximo presidente, ya sea demócrata o republicano, el embargo será derogado, porque tiene sentido para nosotros poder vender en Cuba, hacer negocios con los cubanos, mostrarles nuestras prácticas comerciales, cómo tratamos a los trabajadores, cómo nos enfocamos en los temas de derechos humanos, lo que ayudará a producir los cambios necesarios.”i(1)

 

“¡Te lo dije, Adela!” No es necesario ser adivino ni aprendiz de chamán; al primer mulato presidente estadounidense ¡no le toca!, levantar “algo”, ni ir mucho más allá de la apertura de las embajadas en las capitales políticas de ambos países. La de los EE.UU., aún sin embajador designado. Si acaso venir a Cuba a dar un tour con su familia y comitiva en pago por el cumplimento del plan ordenado desde el Estado Profundo estadounidense.

 

Así es que el proceso de normalización quizás equivalga a tratar de alfabetizar al simio de un filme hollywoodense. O como reza la moraleja china: a guisar una piedra hasta beber su caldo (equivalente a paciencia inteligente); seguirá siendo un problema inventado por ellos y que ellos mismos deberán resolver en un Congreso con mayoría Republicana, antes de que comiencen a escasear las oportunidades de negocios dentro de la isla. En una etapa en que todo el mundo se está mandando a correr para acá.

 

Es un aviso a las caseritas y caseritos ingenuos –de aquí y de allá-, con respecto al cambio de método con los mismos intereses históricos de la política angloestadounidense contra Cuba. Barack Obama comenzó a cantar “El manisero”, con un Cohíba en la boca y un trago de Havana Club añejo en su diestra de “smart power” mientras disfruta de un juego de béisbol en el estadio Latinoamericano de La Habana.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/176249?language=es
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