Pasar y pasar
- Opinión
Todo pasa y nada pasa. “vano el motivo de esta prosa.” El efecto paisajismo tiene el lado perverso de la costumbre que no deja ver lo distinto, todo se vuelve igual ante nuestros ojos, las sensaciones nos hacen la mala jugada de no percibir los cambios que se dan en nuestros entornos. Recuerdo una expresión de un hombre, ordinario él, que es Concejal de la ciudad de Medellín durante tres períodos seguidos, doce años, éste, decía que en ese tiempo presenta, período tras período, las mismas diapositivas de crítica y sugerencias a cada administración de turno, que esto, que aquello, que el programa del Presupuesto Participativo está tomado por las Rentas Criminales, que aquella obra está mal hecha, que el operador incumplió… pero nada pasa, etc., etc., todos parecemos ir en una bicicleta estática, un movimiento sin desplazamiento, todo cambió para que todo siga igual. Cuentan que el viticultor consultó al catador sobre su arte, éste le dio a conocer que el vino no sabía bien, era mala su cosecha. Aquel, entonces, como loco, arremetió con el hacha a destruir los toneles… Si el vino está mal, la madera no sirve. Pero está no es la lógica del burócrata, lo inercial es su mundo.
Medellín, al igual que todos los municipios de Colombia, está formulando su Plan de Desarrollo. Veo a la gente ir y venir, muchas expectativas muchas angustias represadas, pero siempre con la esperanza de que algún día su barrio, su sector cambie para lo mejor, es el mundo de la esperanza el que nos abriga. Sueñan con una ciudad sin tanta desigualdad, sin tanta inequidad, sin tanta violencia, son palabras comunes las de Sostenibilidad Ambiental, Energía Limpia, ciudades transitables. Movilización Ciudadana libre y espontánea, vivir sin el miedo de que el pillo te clave el puñal, sin que el criminal ensañe el plomo en tu contra. Poder dormir tranquilo en las noches que llaman al descanso, que los bares, hoteles y hostales no les aprueben sus licencias al pié de tu residencia. Que los extranjeros de tour no sean lo peor de lo peor, que no sean de esos que vienen a desfogue de la drogadicción y afanados por el sexo. Que no sean “los americanos de mandíbulas largas…” que van de chanclas, bermudas, malolientes, tiran las basuras a la calle, van orondos con esa superioridad del conquistador del primer mundo.
Tantas cosas que decir, tantas cosas que pasan, y al final la sensación es abrumadora. Es curioso, el efecto de paisajismo hace que el bosque no deje ver los árboles. Las familias tradicionales, tejidas con amor y respeto, desconocen ese monstruo de mil cabezas que golpea en nuestras nucas sin que siquiera lo notemos. La macroeconomía decide sus líneas estratégicas en donde ganar más dinero, ponen aquí una zona hotelera, al lado bares, discotecas que alebresten al turista que hace milagros con sus dólares convertidos en pesos colombianos. Las putas están de fiesta, o las prepagos que llaman hoy, ganan diez veces más el salario de un obrero, y las son de variados catálogos a las medidas de exigentes gustos, posibles a la industria de las cirugías estéticas, todo un circuito económico, toda una cadena productiva, ya envidiada por cualquier otro renglón. Sexo, Licor y Drogas, una triada rentable que quiebra morales o éticas, Business-to-business, negocio es negocio manda la pragmática gringa.
Todo pasa para que a la economía le vaya bien. “Nada. Cosas de todo día. Gente necia, local chata y roma…” Nada pasa para quienes quieren ver alivio a sus vidas atormentadas por la gigante empresa. Acá gentes humildes, soñadores con un planeta limpio, allá empresarios desalmados, mano oculta o negra, que sólo hace sonar sus cajas registradoras. Esperemos, de los soñadores un mundo posible que parezca mejor.
El sentimiento propio e inconsulto motiva anexar unas palabras de un conocido amante de la antropología: “Mauricio, deseo que tu periplo vital continúe siendo agradable y productivo. En la lógica de la Naturaleza ya perdimos razón de ser, no llevamos hacia adelante la antorcha de la evolución que fue el papel que nos asignó, y más bien la estamos destruyendo antes, mucho antes que gestemos el entorno construido desde donde retomemos la senda evolutiva, único papel, único programa, supremo programa recibido desde el cosmos. En términos coloquiales, estamos manivacíos. Una Historia que comienza 500 años atrás, con curas culones y ventrudos, conquistadores que anhelan "blanquiar" su sangre sirviendo al rey, y soldados muecos de arcabuz al hombro, es una Historia irracional que presta servicio gratuito al genocidio que desataron Isabel y Fernando. En Antioquia Antigua pretendo construir el sillar donde descanse, en la otra orilla del río, la Historia de Antioquia Central desde los comienzos del poblamiento. Es de insanos un puente sobre el río que no descanse en una de las orillas. No pretendo que te la leas, ni que la duermas; curioséala porque es el primer esfuerzo que se ha hecho de escribirla. Hazme el favor de pasar un feliz día.” Norberto.
- Mauricio Castaño H, historiador
http://colombiakritica.blogspot.com/
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