Cabeza fría para llegar al Acuerdo Final

20/02/2016
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Terminar un conflicto armado de manera concertada es una tarea compleja. Allí se concentran por momentos todas las tensiones y ansiedades que se han vivido a lo largo del proceso de conversaciones; por ello es fundamental mantener la cabeza fría, no sólo los equipos negociadores, sino los amigos del proceso y los medios de comunicación. No son momentos para ultimátum ni para escuchar a consejeros fatalistas que tienden a actuar como unos fanáticos. Los adversarios los tiene sin cuidado, porque más bien es un momento en el cual pueden tener más 'munición' para atacarlo y eventualmente hacerlo naufragar.

 

Todos sabemos que un proceso de conversaciones para terminar un conflicto armado interno tiene una finalidad fundamental, que está relacionada con la seguridad, acabar con una amenaza a la seguridad que es la existencia de un grupo armado que actúa al margen de la legalidad y su conversión, previa dejación de las armas, en un actor de la política dentro de la legalidad. Por lo tanto esa discusión acerca de si una guerrilla como las FARC va a hacer política en el pos-acuerdo no tiene sentido, porque justamente se trata de eso, que dejen de actuar militarmente y lo puedan hacer, con todas las garantías dentro de la legalidad, como cualquier otro partido o movimiento político. Pero eso implica llegar a los Acuerdos Finales y allí está planteada la tensión de esa fase final, mucho más cuando se han colocado unas fechas de referencia para tratar de terminar los acuerdos en las mismas.

 

Sin duda que la Mesa de Conversaciones tiene necesidad de construir acuerdos en temas complejos y espinosos como el mecanismo de refrendación, que hasta donde se conoce debe ser abordado por las dos delegaciones, no impuesto por ninguna de ellas;  definir las modalidades y procedimientos para el cese del fuego bilateral definitivo, lo que implica definir las zonas de localización de las fuerzas guerrilleras, las modalidades de dejación de las armas, los cronogramas de la misma -ya acordaron una verificación tripartita, Gobierno-FARC y comunidad internacional, para verificar el cese del fuego y la dejación de armas, pero no han definido la verificación del proceso de implementación del conjunto de los acuerdos y de su cumplimiento, que debe contar también con un acompañamiento y verificación nacional e internacional, para darle seriedad a los mismos-. Por supuesto deben acordar cuántas van a ser las circunscripciones transitorias especiales a Cámara de Representantes y donde estarán ubicadas, cuál va a ser el procedimiento para seleccionar los Magistrados del sistema de justicia especial para la paz y cuál el de nombrar la Comisión de la Verdad, para mencionar solamente lo más importante. Tarea difícil de cumplir en la fecha esperada del próximo mes, más allá de los buenos deseos.

 

Ahora bien, fue una buena decisión, que así como hasta ahora el Gobierno es el único que se ha encargado de hacer la pedagogía de paz -buena, regular o mala- que se hubiera autorizado a las FARC hacer algo similar con sus bases guerrilleras. Sin embargo se planteó un debate nacional acerca de si se violaron o no determinados protocolos acordados; al respecto habría que decir que ese es un tema que debe decidir la Mesa de Conversaciones y que serán los países garantes y eventualmente los acompañantes quienes den allí su valoración y de manera privada la última palabra. Creo que 'echarle candela', como se dice coloquialmente a ese debate, no contribuye en nada al objetivo fundamental que no debe ser otro que ayudar a que se llegue al Acuerdo Final y los medios de comunicación sí que tienen un papel sensible a cumplir al respecto, o actúan como unas especies de 'barras bravas' o, ser el mecanismo que contribuye a analizar y dar elementos para entender que pasó y porque pasó en relación con determinado hecho.

 

Ojalá logremos todos mantener la necesaria tranquilidad para valorar las dificultades y problemas y de esa manera contribuir a superar los obstáculos y poder decir: lo logramos. El desafío no es de poca monta o echamos por la borda el esfuerzo difícilmente adelantado durante cerca de cuatro años, o logramos llegar a la meta final.

 

- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional, Colombia.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/175532?language=es
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