Informe

Radiografía de la MUD: análisis sobre la oposición venezolana

14 partidos, incluidos en la MUD, han obtenido representación parlamentaria en la nueva Asamblea Nacional. Aquí, una radiografía de cada una de las fuerzas políticas.
07/01/2016
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Fuente: www.celag.org venezuela mud
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I. Quién es quién en la Mesa de Unidad Democrática

 

Catorce son los partidos incluidos en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que han obtenido representación parlamentaria en la nueva Asamblea Nacional. Aquí, una radiografía de cada una de las fuerzas políticas opositoras:

 

Primero Justicia (PJ): 33 asambleístas. Es un partido que surge en el año 2000 en el ámbito regional, proveniente de una sociedad civil homónima, que participa a nivel nacional por primera vez en 2003. Sus principales referentes son Henrique Capriles Radonski, actual gobernador del Estado Miranda, quien compitió por la presidencia en 2012 y 2013 contra Hugo Chávez y Nicolás Maduro respectivamente; Julio Borges, diputado de 2005 a 2015 y Carlos Ocariz, alcalde del municipio de Sucre.

 

Aunque en un congreso interno celebrado en 2007 los miembros de PJ hayan definido a su partido como de tendencia centro-izquierdista, es un partido que no cuestiona la economía de mercado.

 

Además, Primero Justicia ha tenido participación activa tanto en el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002 como en el paro petrolero de 2002-2003.

 

En 2005, tras la decisión conjunta con toda la oposición de no participar en las elecciones legislativas en protestas por la desconfianza que despertaba el Consejo Nacional Electoral, Primero Justicia se fractura. De allí, un sector encabezado por Leopoldo López y Delsa Solórzano va a salirse del partido creando una formación propia.

 

Al igual que otras agrupaciones políticas opositoras, PJ recibe financiamiento internacional de diversas fundaciones y organismos, entre los que se destacan la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) y la USAID, tal como denuncia la abogada y periodista Eva Golinger[1].

 

En 2012, Primero Justicia fue invitado a participar de la II edición del Campus Latinoamericano de FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), think tank del Partido Popular español.

 

Junto con Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática y Avanzada Progresista, conforma el bloque “moderado” dentro de la MUD.

 

Acción Democrática (AD): 26 asambleístas. Es uno de los partidos tradicionales de Venezuela. Fue el partido, junto con COPEI, que se alternó por más de cuatro décadas en el poder en el período conocido como “Pacto de Punto Fijo”. Originalmente representaba una ideología de centro-izquierda, pero poco a poco ha virado hacia un posicionamiento socialdemócrata de fuerte corte liberal. No obstante, el partido sigue siendo miembro de la Internacional Socialista. Acción Democrática ha sido un fuerte opositor del Chavismo.

 

Desde 2008 forma parte de la MUD y su principal referente en la actualidad es Henri Ramos Allup, quien presidirá la nueva Asamblea Nacional, tras imponerse a Julio Borges, candidato de Primero Justicia. En cables filtrados por Wikileaks, la embajada de EEUU en Venezuela decía sobre Allup: “en vez de cortejar a los votantes venezolanos, la principal estrategia de Ramos ha sido intentar conseguir la ayuda de la comunidad internacional". Al mismo tiempo, los cables revelan numerosos pedidos de financiamiento de la dirección de AD a EEUU.

 

Un Nuevo Tiempo (UNT): 20 asambleístas. Es un partido que surge en 1999 en el Estado Zulia –el cual gobierna desde el 2000- a partir de un desprendimiento de AD, y que en 2006 logra instalarse a nivel nacional, promoviendo la doctrina de la democracia social.

 

Uno de sus principales referentes fue Manuel Rosales, quien compitió con Chávez en las presidenciales de 2006 y comandó el triunfo opositor en 2007 frente al intento del chavismo por reformar la Constitución. En 2002, Rosales firmó el Decreto que proclamaba a Carmona como presidente de Venezuela, avalando el golpe contra Hugo Chávez. En 2009, tras ser acusado por hechos de corrupción, Rosales pide asilo político en Perú.

 

Voluntad Popular (VP): 14 asambleístas. Surge en el 2009 como movimiento social y político y en el 2011 se inscribe estrictamente como partido. Su leit motiv son los supuestos abusos de poder del chavismo. Junto con Vente Venezuela, Alianza Bravo Pueblo, Proyecto Venezuela, y Copei, representan el ala más dura de la MUD, que pugna por una salida anticipada de Nicolás Maduro.

 

Su principal referente, Leopoldo López, fue alcalde del municipio Chacao y hasta 2006 compartió partido (Primero Justicia) con Henrique Capriles. Juntos tuvieron una participación destacada en el golpe de Estado de 2002 en el episodio de asedio a la embajada de Cuba. En 2014 fue condenado por la Justicia a casi 14 años de prisión, acusado de ser uno de los instigadores principales de los hechos violentos de febrero de 2014 conocidos como “guarimbas”, que dejaron como saldo 43 personas asesinadas. Al mismo tiempo, López fue uno de los firmantes, junto con María Corina Machado y Antonio Ledezma, del plan insurreccional conocido como “La Salida”. A partir de un encuentro en Bogotá en 2011, Leopoldo López estrechó vínculos con el expresidente colombiano Álvaro Uribe.

 

Voluntad Popular ha manifestado en múltiples ocasiones su rechazo a la nacionalización de PDVSA, como así también a los controles de precios. Por el contrario, apoya la economía de mercado.

 

Avanzada Progresista (AP): 3 asambleístas. Es un partido fundado en 2012, autodefinido como progresista, solidario y humanista. A diferencia del resto de los partidos de la MUD, parte de sus miembros provienen del PSUV.

 

Su principal referente es Henri Falcón, gobernador del estado Lara, secundado por el periodista Vladimir Villegas y el diputado Ismael García. Consultado por la ideología de su partido, Falcón respondió que “no es solamente de izquierda, sino una izquierda eficiente, una izquierda moderna, moderada, progresista; como la de Lula, como la de Bachelet”. En su acta fundacional, Avanzada Progresista rechaza la estatización exagerada de la economía, y cree en la participación conjunta del Estado y la iniciativa privada.

 

La Causa Radical (LCR): 4 asambleístas. El partido se funda en 1971 a partir de un desprendimiento del Partido Comunista de Venezuela. Persigue la doctrina de la “democracia radical”. En 2002 La Causa R decidió formar parte de la Coordinadora Democrática, que aglutinaba una coalición de partidos y organizaciones de amplio espectro cuyos elementos en común eran ser opositoras al gobierno de Hugo Chávez, pero fue disuelta en 2004.

 

Alianza Bravo Pueblo (ABP): 1 asambleísta. Es un partido que surge en el 2000 a partir de una escisión de AD que apoyaba a Antonio Ledezma, quien se convertirá en su principal líder y llegará a ser en 2008 alcalde metropolitano de Caracas.

 

Actualmente Antonio Ledezma se encuentra encarcelado, acusado de participar junto a Leopoldo López y María Corina Machado del plan denominado “La Salida”, que buscaba derrocar al presidente Maduro.

 

Movimiento Progresista De Venezuela (MPV): 4 asambleístas. El Movimiento Progresista surgió como una división del partido político Patria Para Todos (PPT), tras dos años de conflictos internos por la ruptura de la coalición con el gobierno de Hugo Chávez, un grupo denominado PPT-Maneiro (simpatizantes al gobierno de Chávez) y otro PPT (oposición) se disputaron los símbolos del partido a meses de las elecciones presidenciales de 2012.

 

En su declaración de principios pugnan por una “economía mixta”, donde “el Estado sea propietario de las industrias básicas fundamentales, manejadas con criterios gerenciales y técnicos adecuados. Pero al mismo tiempo, el Estado debe garantizar reglas claras a la iniciativa privada y garantías jurídicas a largo plazo con el propósito de promoverla”.

 

Uno de sus principales referentes es Liborio Guarulla, líder indígena y actual gobernador del estado Amazonas.

 

En 2015 decidieron formar parte orgánica de la MUD.

 

Cuentas Claras (CC): 2 asambleístas. Es un partido regional que surge en 2004, de la mano de Vicencio “Enzo” Scarano Spisso, con fuerte raigambre en el Estado Carbobo. Enzo Scarano fue alcalde de San Diego, y en el 2014 fue condenado por el Tribunal Supremo de Justicia venezolano a 10 meses de prisión y destitución del cargo por desacato a la orden de prohibición de barricadas en su jurisdicción y colaborar con las protestas estudiantiles que buscaban tumbar al gobierno de Nicolás Maduro.

 

Proyecto Venezuela (PRVZL): 1 asambleísta. Es un partido político de raíz social- cristiana, fundado en 1998 por Henrique Salas Römer, uno de los impulsores del referéndum revocatorio contra Chávez en 2004. De acuerdo a sus principios ideológicos, el PRVZL defiende la propiedad privada y es pro-mercado. En muchas ocasiones, Proyecto Venezuela ha mantenido una actitud crítica contra el resto de la oposición ante las carencias de un proyecto de acción mancomunada.

 

Vente Venezuela (VV): 1 asambleísta. Es una organización que resalta la figura del individuo, de la propiedad y fuertemente crítica respecto a lo que definen como “populismo”. Se proponen la superación del clivaje izquierda/derecha por considerarlo obsoleto. Su principal referente de María Corina Machado, exdiputada que fue depuesta en 2014 tras aceptar el cargo de “representante alterna” de Panamá en una cumbre de la OEA. Junto a Antonio Ledezma y Leopoldo López, fue firmante del plan “La Salida” que buscaba destituir al gobierno de Nicolás Maduro. Machado fue la dirigente de la oposición venezolana más sobresaliente en las manifestaciones posteriores al 12 de febrero de 2014.

 

Gente Emergente (GE): 1 asambleísta. Es un partido de tendencia de centro-izquierda que en 2008 rompe con el oficialista PSUV. Para las elecciones de 2010 deciden sumarse orgánicamente a la MUD.

 

Convergencia (Conv): 1 asambleísta. Es un partido conservador, basado en la ideología de la democracia cristiana, defensor de la propiedad privada y la familia. Surge a partir de un desprendimiento de COPEI. Su presidente actual es Juan José Caldera.

 

Fuerza Ciudadana: 1 asambleísta. Fuerza Ciudadana es un partido político de corte socialdemócrata, de alcance regional que tiene presencia únicamente en el Estado Apure. Fue fundado el 11 de marzo de 2003 por Luis Lippa tras una escisión del partido Acción Democrática.

 

Fuente: Elaboración propia según datos del CNE

 

II. ¿Unidad? La interna en la oposición venezolana.

 

"Yo no quiero llover sobre mojado, pero a La Salida hay que incluirla en los grandes fracasos nacionales... Ahora hay una política que triunfó (acudir a las urnas en busca de una mayoría) y hay que seguir fortaleciéndola. Aquí no hay espacio para La Salida segunda parte si pretendes mantener la unidad. Quien quiera eso, le saldremos al frente con firmeza"[2]. Con estas declaraciones el dirigente opositor venezolano Henrique Capriles Radonski volvió a avivar la mecha de la disputa interna en la derecha venezolana, apenas unos días después de lo que fue la primera victoria electoral de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en Venezuela.

 

El punto más álgido de esa tensión interna se hizo evidente durante las protestas de febrero de 2014, donde la ruptura fue imposible de ocultar. “La Salida” a la que se refiere Capriles hace alusión a las protestas violentas convocadas por el sector radical de la oposición liderado por Leopoldo López (Voluntad Popular), María Corina Machado (Vente Venezuela) y Antonio Ledezma (Alianza Bravo Pueblo). Pero las tensiones no se iniciaron allí, sino que están presentes desde el inicio mismo de la MUD, que surgió como un conglomerado de fuerzas cuyo único punto en común es la alianza electoral con la intención de poner fin al gobierno de la Revolución Bolivariana. La pretendida “unidad” es casi un eufemismo en la alianza opositora, donde, tal como sostuvo José Vicente Rangel en reiteradas oportunidades, conviven tendencias irreconciliables que se manifiestan en sectores con estrategias políticas divergentes.

 

Todavía hay un sector dentro de la Mesa que sostiene que en abril de 2013 (donde Nicolás Maduro se impuso por un estrecho margen) Capriles “se dejó robar” la victoria. Capriles, luego de un errático posicionamiento inicial en el que no reconoció el resultado y que incluyó la convocatoria a “expresar la rabia” en las calles (convocatoria que dejó un saldo de siete muertos), fue tomando una posición más moderada y se negó a participar del intento destituyente de febrero de 2014 y de las subsiguientes convocatorias impulsadas por el ala radical, cuyo poder de convocatoria fue mermando significativamente en el último año donde los actos convocados tuvieron escasa concurrencia.

 

Otros momentos conflictivos recientes dentro de la MUD fueron la salida de Ramón Guillermo Aveledo en 2014 (reemplazado por el actual Secretario Jesús Chúo Torrealba) y la celebración de un controvertido proceso de elecciones internas para definir los candidatos a la AN en xx de 2015, en los que se sometieron a votación popular sólo el 25% de las candidaturas a la asamblea, mientras que el resto fue elegido por “consenso”, a puertas cerradas.

 

La particularidad del momento actual es que el escenario político obliga a la Mesa de Unidad a gestionar sus tensiones internas en el marco de la Asamblea Nacional donde por primera vez en los últimos 17 años tendrán mayoría calificada. Cómo administre la oposición esta victoria electoral desde sus escaños será un tema central en los próximos meses. No es una cuestión sencilla para un grupo de partidos demasiado acostumbrados a ser oposición ponerse ahora en el rol de construir una alternativa real de gobierno. Y a esto se suma la disputa por el liderazgo, además de las diferencias tácticas sobre el modo de gestionar políticamente la posibilidad de llegar al poder ejecutivo.

 

Apenas conocidos los resultados, un sector comenzó a plantear la necesidad de embestir contra los poderes públicos y anunciaron el impulso de una serie de leyes contrarias a las conquistas sociales de la Revolución (se anunció la intención de volver a las privatizaciones, de derogar la Ley de Trabajo, de “recuperar” los poderes públicos, etc.). Capriles, encabezando otro sector se mostró mucho más moderado intentando poner el énfasis más en construir una oposición que se perfile como alternativa real de gobierno, con propuestas para resolver la situación económica, que en la revancha ansiada por los radicales. Por eso indicó que la MUD no convertirá a la asamblea en un “ring de boxeo” y en un artículo del 3 de enero tuvo que aclarar que “puede estar seguro nuestro pueblo de la firmeza del compromiso con la agenda social de cada uno de los 112 parlamentarios. Los diputados de la Unidad no llegarán a la Asamblea Nacional para quitar los casi ya inexistentes beneficios sociales.”[3]

 

Del otro lado está el sector que se quedó con la presidencia de la Asamblea, en lo que fue el conflicto central que dividió a la MUD en los últimos días. Según la encuestadora Datanálisis, el mejor valorado para presidir el cuerpo legislativo era Julio Borges, dirigente de Primero Justicia (el partido de Capriles que obtuvo la mayor cantidad de escaños si se discrimina al interior de la MUD). Pero en medio de una disputa mediática y política, finalmente fue electo por un mecanismo cuanto menos extravagante (una votación secreta realizada incluso antes de asumir formalmente las bancas en la Asamblea) Henry Ramos Allup de Acción Democrática, gracias al apoyo de Voluntad Popular (el partido de Leopoldo López). Así, el sector más radical se quedó con la presidencia de la AN. Desde ahí intentará impulsar “La Salida”, ahora haciendo uso de los resortes institucionales para forzar una salida anticipada del gobierno de Nicolás Maduro.

 

En la instalación de la nueva Asamblea, sesión en la que se formalizó la elección de la Junta Directiva, Ramos Allup manifestó abiertamente la intención de terminar con el gobierno en un plazo de seis meses, dando inicio a lo que será un escenario de fuerte disputa política. Con ello, se incrementarán también las tensiones dentro de la Mesa, pues el sector moderado no parece dispuesto a dilapidar la victoria del 6D volviendo a la estrategia golpista. No hay que olvidar que una mayoría a nivel nacional no avalaría de ningún modo un fin anticipado del gobierno fuera de los cauces institucionales, y que la oposición sigue sin tener un líder que pueda aglutinar el voto con miras a volver al Palacio de Miraflores.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/174604?language=es
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