Los planes de Washington

24/11/2015
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Estamos a dos semanas de las elecciones parlamentarias, convertidas en los comicios más trascendentes en los últimos 12 años, decisivos para el futuro del proceso revolucionario iniciado poco después de la elección de Hugo Chávez en 1998, donde se juega su continuación, y hasta el destino, en otros países. Y en escaso tiempo ya tenemos tres indicadores de la política y planes de Estados Unidos respecto a ese acontecimiento, de alguna manera expresado recientemente por John Kelly, jefe del Comando Sur del Ejército de EEUU, y por Thomas Shannon, asistente del subsecretario de Estado y designado como enlace con Venezuela para “normalizar” las relaciones. La última vez que ambos hablaron, lo que hicieron fueron advertencias de cómo las relaciones con EEUU dependía de esas elecciones y de su transparencia, que, por supuesto, ellos y la oposición local valorarán.

 

Los tres indicadores son: 1) la violación del espacio aéreo venezolano por un avión militar de EEUU, reconocido por el Gobierno de ese país; 2) la presencia de un portaviones al sur del continente y que se supone que estará frente a nuestras costas los primeros días de diciembre, no se sabe con cuáles propósitos y 3) la revelación que hicieron Telesur y The Intercept, especializado en las revelaciones de Edward Snowden, quien investigó en 2010 sobre el espionaje en Pdvsa que hacía la Agencia Nacional de Seguridad (NSA; en inglés)*, que llegó a fichar a 10 mil empleados, con diversidad de información confidencial sobre esa empresa.

 

Aunque hay quienes sostienen que ese espionaje no tiene intención política alguna sino económica, como Glen Greenwalds, fundador de The Intercept, que escribió que “el interés central de EEUU en Venezuela son sus grandes reservas de petróleo y representa una violación de la soberanía de ese país suramericano. El gobierno de EEUU quiere saber cómo se produce, dónde se vende y cuáles son los secretos para extraer el petróleo venezolano”.

 

Me parece una ingenuidad pensar que EEUU no tiene esa información cuando toda la tecnología de esas empresas estuvo controlada por expertos de las transnacionales hasta la llegada de Chávez al poder. EEUU lo que busca es ponerle las manos a nuestro petróleo, con las reservas más grandes del mundo, mientras ellos tienen un déficit creciente por su derroche energético. “Ponerle las manos” requiere el control del gobierno.

 

Es de tal magnitud esa intromisión e injerencia en nuestros asuntos que el presidente Maduro ordenó hacerle llegar una enérgica protesta, le pide explicaciones confiables y anunció que harán una revisión general de las relaciones con ese país.

 

Esos tres episodios, si es que así pueden llamarse, y otros desconocidos que igualmente revelan que Washington y su Pentágono creen llegado el momento para interrumpir el proceso de avanzada que desde hace algunos años se desarrolla en varios países latinoamericanos, y que debe golpear al que más ha influido en la región, como ha sido Venezuela. Están persuadidos, y con razón, de que afectará todo el proceso en la región. De allí su interés en penetrarla, sabotear, estimular la guerra económica y la campaña mediática que adelantan con las agencias y servicios noticiosos internacionales, y en medios de gran influencia en cada uno de nuestros países.

 

Esa ofensiva no cesará. Los planes de Washington no terminan el 5 de diciembre.

 

Por eso no se puede decir que es solo un interés comercial el que los mueve a operaciones tan ambiciosas como espiar a Pdvsa, y manejar el fichero de 10.000 empleados, incluidos directivos. ¿Algunos de ellos habrán sido tocados? ¿Y en sus planes no estará intentar repetir esas acciones en otras instituciones? ¿Estarán debidamente blindados la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los cuerpos policiales y los organismos electorales?

 

Por supuesto que ustedes recuerdan al ministro de Defensa, general Padrino López, denunciando la incursión del avión estadounidense, claramente identificado, en cielos venezolanos, y recordarán reacciones de opositores: que era cuentos del gobierno, que eso pasaba antes (en la IV) sin escandalizar, que era propaganda, etc., etc.

 

OK. Ocurre que el miércoles el Gobierno de EEUU reconoció esa incursión y le ofreció disculpas al de Venezuela. Se demoró un poco, pero lo hizo.

 

¿Ustedes creen que los opositores reconocerán el error u omisión?

 

 Publicado en  Últimas Noticias, 22.11.15

https://www.alainet.org/es/articulo/173800?language=en
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